MÍSTICA - LILIA GARELLI (CFL-25)

“… Hazme un instrumento de tu paz …”

San Francisco de Asís

  

Riviera Maya, México; Mayo 22 del 2024.

           MÍSTICA

Por: Lilia Garelli

 

“…La Iglesia no se ha dado nunca por vencida frente a todas las violaciones

 que el derecho a la vida ha recibido…” 

San Juan Pablo II - Christifideles Laici No. 38

CHRISTIFIDELES LAICI (25)

“Vocación y Misión de los Laicos en la Iglesia y en el Mundo”

 

Estimados en Cristo:

Habiendo recibido nuevamente al Espíritu Santo, Solemnidad que seguramente vivimos todos en la Celebración Eucarística del domingo pasado, pidámosle que nos ilumine para comprender el mensaje de tan importante documento para nosotros, los fieles laicos, aprovechando sus enseñanzas y profundizando en el análisis de este tema sobre la inviolabilidad al derecho a la vida, que dejamos inconcluso en el escrito pasado.   San Juan Pablo II nos recuerda la posición de la Iglesia fundamentada en la Constitución Pastoral sobre la Iglesia en el mundo actual “Gaudium et Spes”, documento resultante del Concilio Vaticano II como sigue:

“…Cuanto atenta contra la vida  —homicidios de cualquier clase, genocidios, aborto, eutanasia y el mismo suicidio deliberado—; cuanto viola la integridad de la persona humana como por ejemplo: las mutilaciones, las torturas morales o físicas, los conatos sistemáticos para dominar la mente ajena; cuanto ofende a la dignidad humana, como son las condiciones infrahumanas de vida, las detenciones arbitrarias, las deportaciones, la esclavitud, la prostitución, la trata de blancas y de jóvenes; o las condiciones laborales degradantes, que reducen al operario al rango de mero instrumento de lucro, sin respeto a la libertad y a la responsabilidad de la persona humana; todas estas prácticas y otras parecidas son en sí mismas infamantes, degradan la civilización humana, deshonran más a sus autores que a sus víctimas y son totalmente contrarias al honor debido al Creador…” (CVII – Gaudium et Spes No. 27).

Para lo cual el Papa nos exhorta que si bien es cierto que todos los seres humanos debemos defender el derecho a la vida humana con especial atención deberán hacerlo principalmente: “…los padres, los educadores, los que trabajan en el campo de la medicina y de la salud, y los que detentan el poder económico y político de algún país…” (SJPII – CFL No. 38).

En efecto, parece lógico pensar que quienes tienen la posibilidad de formar a las nuevas generaciones, de cuidar un crecimiento sano y por otro lado quienes deben tener como principal interés el cuidar el bien común de la sociedad sean quienes deben alentar y procurar el bien de todos en su localidad y nación para lograr la convivencia sana entre todos; principalmente de aquellos que son débiles o minusválidos por alguna razón; sin embargo, es un clamor que la Iglesia desea extender a toda la humanidad.  Esa “cultura de la muerte” que tanto San Juan Pablo II mostró como uno de los grandes males de la humanidad, en ese tiempo en que él siendo Papa hace más de 40 años, sigue siendo un tema a defender “el respeto a la vida humana”.

En aquel tiempo, el Papa nos recuerda este párrafo, mencionado en su Exhortación Apostólica Familiaris Consortio: “…la Iglesia cree firmemente que la vida humana, aunque débil y enferma, es siempre un don espléndido de Dios de la bondad.  Contra el pesimismo y el egoísmo, que ofuscan el mundo, la Iglesia está en favor de la vida; y en cada vida humana sabe descubrir el esplendor de aquel “Sí”, de aquel “Amén” que es Cristo mismo (cf. 2Co 1, 19; Ap 3,14).  Frente al “no” que invade y aflige al mundo, pone este “Sí” viviente, defendiendo de este modo al hombre y al mundo de cuantos acechan y rebajan la vida…” (SJPII – FC No. 30: AAS 74(1982), 116).

San Juan Pablo II continúa haciéndonos conscientes de que, a pesar del desarrollo de las ciencias biológicas, médicas y del poder tecnológico que ha descubierto nuevas posibilidades y responsabilidades para defender la vida humana, muchos de esos logros han sido utilizados en contra de la vida, por ello el Papa nos exhorta a ir en favor de ella, con estas contundentes palabras:

“…La conciencia moral de la humanidad no puede permanecer extraña o indiferente frente a los pasos gigantescos realizados por una potencia tecnológica, que adquiere un dominio cada vez más dilatado y profundo sobre los dinamismos que rigen la procreación y las primeras fases de desarrollo de la vida humana…” (SJPII – CFL No. 38). 

El Papa continúa fundamentando todos los criterios de la Iglesia al respecto, tocando el documento “Donum vitae sobre el respeto de la vida humana naciente y la dignidad de la procreación” publicado por la Congregación para la Doctrina de la Fe; el cual les invito encarecidamente a leer y analizar, ya que contiene importantísimos principios de la religión católica a la que pertenecemos y que es vital conocer. Igualmente recordarles que este y otros documentos al respecto los analicé en escritos del 20 de octubre de 2021 hasta el 23 de marzo de 2022 llamados “El Valor de la Vida Humana”; y que podrían solicitar a los correos al calce de este escrito. Me permito incluir parte del documento que San Juan Pablo II transcribe de dicho documento, en la Exhortación Apostólica que estamos reflexionando:

“…Los cristianos han de ejercitar su responsabilidad como dueños de la ciencia y de la tecnología, no como siervos de ella (…).  Ante la perspectiva de esos “desafíos” morales, que están a punto de ser provocados por la nueva e inmensa potencia tecnológica; y que ponen en peligro no sólo los derechos fundamentales de los hombres sino la misma esencia biológica de la especie humana, es de máxima importancia que los laicos cristianos —con la ayuda de toda la Iglesia— asuman la responsabilidad de hacer volver la cultura a los principios del auténtico humanismo, con el fin de que la promoción y la defensa de los derechos humanos puedan encontrar fundamento dinámico y seguro en la misma esencia del hombre, aquella esencia que la predicación evangélica ha revelado a los hombres…” (Congregación para la Doctrina de la Fe 22 febrero 1987) (SJPII – CFL No. 38).

 “…Urge hoy la máxima vigilancia por parte de todos ante el fenómeno de la concentración del poder (…) que tiende a manipular no sólo la esencia biológica, sino también el contenido de la misma conciencia de los hombres y sus modelos de vida…”

San Juan Pablo II - Christifideles Laici No. 38

Afectísima en Jesucristo,

Lilia Garelli

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