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martes, 14 de julio de 2020

MÍSTICA - LÍLIA GARELLI - LA VIDA MORAL Y LOS DONES DEL E.S.

“¡Señor, auméntanos la Fe
Domine, adauge nobis fidem


Riviera Maya, México, Julio 15 del 2020.

MÍSTICA
Por: Lilia Garelli

“…Así os fue dada a todos una paz profunda y radiante,
un deseo continuo por las buenas obras;
 y una efusión plena de
Espíritu Santo vino sobre todos…”

 (Clemente Romano, Carta a los Corintios II,2)


LA VIDA MORAL Y
LOS DONES DEL ESPÍRITU SANTO

Muy estimados en Cristo:

Constantemente escuchamos malas noticias, no tan solo del coronavirus y sus desastrosas consecuencias, bien conocidas ya por todos, sino además de toda la violencia y destrucción de lo que más ha costado construir en la sociedad, que es la formación de “corazones buenos”, esto es en donde haya nobleza, comprensión y generosidad para con todos y así poder vivir en un mundo mejor.  Todo ello es lo que todos quisiéramos, pero ¿cómo lograrlo?

Muchos científicos, entre ellos pedagogos preocupados en el desarrollo humano y psicólogos avanzando en la psicología positiva, buscan analizar las fortalezas del crecimiento en las virtudes humanas; todos ellos buscan mejorar la calidad de vida a la que podríamos llamar, ― en la perspectiva en la que queremos centrar este artículo como: “la paz interior que el hombre necesita para vivir en armonía consigo mismo y con el entorno social” esto le ayudaría a desarrollar las virtudes humanas que se reflejarían en “…actitudes firmes, disposiciones estables, perfecciones habituales del entendimiento y la voluntad que regulan nuestros actos, ordenan nuestras pasiones y guían nuestra conducta según la razón y la fe. Proporcionan facilidad, dominio y gozo para llevar una vida moralmente buena.  El hombre virtuoso es el que practica libremente el bien…” (Catecismo de la Iglesia Católica No. 1804).

Efectivamente el “ser humano que practica libremente el bien” ha querido esforzarse para lograr, con grandes sacrificios, hacer a un lado toda tentación del demonio y luchar paso a paso en la conquista de alguna virtud que le ayudara a alcanzar su objetivo personal.

Con el objetivo de enlazar este esfuerzo humano con la gracia divina, es donde la Luz aparece y es ahí donde el ¡Espíritu Santo entra en nuestra ayuda!

El Catecismo de la Iglesia Católica nos lo explica fácilmente: “La vida moral de los cristianos está sostenida por los dones del Espíritu Santo.   Estos son disposiciones permanentes que hacen al hombre dócil para seguir los impulsos del Espíritu Santo.” (No. 1830).

¿Cuáles son los Dones del Espíritu Santo y cómo los podría aplicar en mi vida?

1.                 Sabiduría: (Mt 10, 19-20)  Es lo que me permite entender lo que es bueno para el proyecto de Dios y por lo tanto me da la gracia de ser dócil a Su Voluntad.  ― ¿Cómo podría aplicarlo en mi vida?:  Tratar de trascender el hecho específico que me preocupa o inquieta, valorando lo que es realmente importante y no efímero, verlo desde la perspectiva de Dios y no de los hombres.

2.                  Entendimiento: (Jer 24, 7)  Es el don divino que nos ilumina para reconocer las verdades reveladas por Dios y de esta manera poder adentrarnos un poco más, en todo aquello que es difícil de entender por nuestra naturaleza caída.  Este entendimiento nos ayuda a ser prudentes en aquello que no está a nuestro alcance. ― ¿Cómo podría aplicarlo en mi vida?:  El conocimiento en nuestra fe nos ayuda a percibir el mensaje que Dios nos quiere dar ante la encrucijada que vivimos en el momento, dándonos paz interior, sin tener necesidad de nada más.

3.                 Consejo: (Is 11, 3-4)  El Espíritu Santo nos da este don para saber discernir entre los mejores caminos a seguir, saber cuál es el correcto y cuál el falso.  Sabiendo que somos muy frágiles debemos pedirle con mucho fervor este don. ― ¿Cómo podría aplicarlo en mi vida? Ante un problema específico el Espíritu de Dios nos da la seguridad de decidir en aquello que percibimos como el camino correcto, sin dudar.

4.                 Ciencia: (1Cor 2, 11-12) Es importante hacer la diferencia entre la ciencia de Dios y la ciencia del mundo, en la ciencia del mundo, en el diccionario se describe la ciencia como la rama del saber humano sobre una materia determinada que son obtenidos mediante la observación y la experimentación; el don de Ciencia es todo lo contrario, debido a que viene de Dios no es objetivo ni verificable, solo ES y no necesita verificarse ya viene de la VERDAD misma.  ― ¿Cómo podría aplicarlo en mi vida?  La creación de Dios es obvia en la maravilla de todo ser vivo, no debemos querer ser dioses para entenderlo y modificarlo, eso es propio del Dios mismo, creador de todo cuanto existe; vivamos en paz conociendo la maravilla de la creación de acuerdo a esa Ley Natural venida de su propia Intimidad.

5.                 Piedad: (1Cor 12, 1-3) El Papa Francisco nos explica claramente el significado de este Don del Espíritu Santo diciéndonos en la Audiencia General del 4 de junio de 2014:  “…nos hace crecer en la relación y en la comunión con Dios y nos lleva a vivir como sus hijos, al mismo tiempo nos ayuda a verter ese amor hacia los demás y a reconocerlos como hermanos…” ¿Cómo podría aplicarlo en mi vida?  “…Seremos capaces, verdaderamente, de alegrarnos con los que están alegres y de llorar con los que lloran, de estar cercanos a los que están solos o angustiados, de corregir a quien se equivoca, de consolar a quien está afligido, de acoger y de socorrer a quien lo necesita…”

6.                 Fortaleza: (Ap 2, 10) Este don nos hace intrépidos ante las dificultades, nos ayuda a ser firmes y perseverantes ante las decisiones tomadas correctamente.  ¿Cómo podría aplicarlo en mi vida?  Nos ayuda a superar la debilidad de la naturaleza caída del hombre, ante las dificultades cotidianas de la vida, nos da la fuerza para ofrecerlas como sacrificio para nuestra salvación eterna, como puede ser también una enfermedad larga y desgastante, dificultades que se vuelven cíclicas sin fácil solución, nos consuela para no caer en el desaliento o la desesperanza.

7.                 Temor de Dios: (Is 11,2) Nos ayudará a luchar contra el pecado y de esta manera propiciar la contrición de manera fácil y espontánea. El Papa Francisco nos lo explica de forma sencilla en su catequesis de junio del 2014 diciéndonos:  “…nos recuerda cuán pequeños somos ante Dios y su amor, y que nuestro bien está en abandonarnos con humildad, con respeto y confianza en sus manos. Esto es el temor de Dios: el abandono en la bondad de nuestro Padre que nos quiere mucho…” ¿Cómo podría aplicarlo a mi vida? “…es precisamente en la experiencia de nuestros límites y de nuestra pobreza donde el Espíritu nos conforta y nos hace percibir que la única cosa importante es dejarnos conducir por Jesús a los brazos de su Padre…  no hace de nosotros cristianos tímidos, sumisos, sino que genera en nosotros valentía y fuerza. Es un don que hace de nosotros cristianos convencidos, entusiastas, que no permanecen sometidos al Señor por miedo, sino porque son movidos y conquistados por su amor…”

Pidamos pues con todo fervor y humildad al Señor, Dios del Universo, nos mande Su Espíritu con cada uno de sus Dones para que en todo momento nos sea posible vivir como Él espera de cada uno de nosotros.

“¿Buscas escaleras para subir hasta Él?
Busca el madero de la humildad y ya llegaste”
San Agustín






Afectísima en Jesucristo,


Lilia Garelli


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