“¡Señor,
auméntanos la Fe!”
Domine, adauge
nobis fidem
Riviera
Maya, México; Abril 17 del 2020.
VI Semana de la Pandemia del
Coronavirus
Tomado de la Colección de Folletos
EL CREDO. SÍMBOLO DE LA FE DE LA IGLESIA
P. Emiliano Jiménez Hernández, C.N.
Grafite Ediciones – Bilbao España
2006
CREO EN DIOS…
CREO EN JESUCRISTO…
NACIÓ DE MARÍA LA VIRGEN…
FUE CRUCIFICADO, MUERTO Y
SEPULTADO…
D)
Y SEPULTADO
Al
confesar en el Credo la sepultura de Jesucristo –lo mismo que la mención de
Poncio Pilato– estamos afirmando la realidad histórica de los
acontecimientos. Sus padecimientos son
reales, la cruz y la muerte en ella, no fueron aparentes; por ello la sepultura
de Cristo está ya en la Confesión de Fe que San Pablo ha recibido y que, a su
vez, él transmite lo mismo acerca de la muerte y resurrección del Señor. (1Co
15,4)
San
Ignacio de Antioquía, en un texto suyo A
los Tralianos lo asienta con nitidez casi celestial:
“Tapaos los oídos cuando venga alguien a
hablaros fuera de Jesucristo, que desciende del linaje de David y es Hijo de
María; que nació verdaderamente y
comió y bebió; fue verdaderamente
perseguido bajo Poncio Pilato; fue verdaderamente
crucificado y murió a la vista de los moradores del cielo, de la tierra y del
infierno.”
Su
insistencia en el verdaderamente quiere resaltar la realidad humana e histórica
de Jesucristo en todos sus acontecimientos.
La salvación cristiana sería sólo aparente si la historia de Jesús, con
su pasión y muerte, no fueran reales. Ésta es la presencia del nombre de Poncio
Pilato en el Credo. Así como lo escribe
J.N. Kelly, en Primitivos Credos
Cristianos.
“La historia de la salvación de la que habla
el Credo a modo de resumen, se encuentra enraizada en la historia humana. Al confesar que padeció bajo el poder de
Poncio Pilato, se profesa que esos acontecimientos no tuvieron lugar en no se
sabe dónde ni cuándo; sino en un tiempo, sitio y lugar muy concretos.”
Jesús
de Nazaret es un personaje histórico, no se pierde en las brumas de la
mitología y la leyenda. Jesús es un
hombre de Israel, encuadrado en la historia de Israel, en un momento
determinado. El Evangelio nos da su
historia, no es simplemente un sistema ideológico.
Todo
el cristianismo remite a una historia, a unos acontecimientos, a unos
personajes; los cuales, por ser desde Dios para nuestra salvación, se anuncian como buena noticia; y por ser únicos e irrepetibles, se anuncian con autoridad, interpelando al corazón del que escucha; confesándolos con el testimonio de quien los anuncia,
desde entonces, hasta ahora, y en el futuro. Así lo aseveró Orígenes en su tratado Contra Celso:
“Confesar que Cristo fue
crucificado significa decir que “estoy crucificado con
Cristo.” (Ga 2,19) Y también que “lejos de mí gloriarme sino
en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo está crucificado
para mí y yo para el mundo.” (Ga 6,14) Porque “en cuanto al morir, de una vez
murió al pecado” (Rm 6,10)
Así, su sepultura se extiende a los
que se han configurado a su muerte “porque junto con Él,
hemos sido sepultados por el Bautismo” (Rm
6,4), destruyendo el cuerpo de pecado, pues el que está muerto está libre de
pecado, para vivir una vida nueva: “muertos
al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús.” (Rm 6,1-11)”
Orígenes
La
Sábana Santa – Turín, Italia
v v v
Fin del Cuarto Folleto de la Colección
EL CREDO. SÍMBOLO DE LA FE DE LA IGLESIA
P. Emiliano Jiménez Hernández, C.N.
Grafite Ediciones – Bilbao España
2006
v v v
Orar sirve, es bueno para nuestra alma y
nuestra mente.
De todos ustedes afectísimo en Cristo,
Antonio Garelli
También me puedes seguir en:
Solo
por el gusto de proclamar El Evangelio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario