“¡Señor, auméntanos la Fe!”
Domine, adauge nobis
fidem
Riviera
Maya, México, Abril 15 del 2020.
MÍSTICA
Por: Lilia Garelli
“…La familia constituye, más que una unidad
jurídica, social y económica,
una comunidad de amor y de solidaridad,
insustituible
para la enseñanza y transmisión de los
valores culturales,
éticos, sociales, espirituales y religiosos,
esenciales
para el desarrollo y
bienestar de sus propios miembros y de la sociedad;
Carta de los Derechos de la Familia
Pontificio Consejo para la Familia 1983
HIJOS (5)
DERECHO A VIVIR EN BIENESTAR Y
EN UN SANO DESARROLLO INTEGRAL
Dentro y Fuera del Núcleo Familiar
Muy
estimados en Cristo:
Me da mucho gusto que nos encontremos nuevamente por
este medio, después de tanta incertidumbre con la cuarentena que seguimos
viviendo en casa y de una Semana Santa totalmente diferente. Recientemente
comentaba con mi esposo las distintas experiencias que hemos vivido en misiones
y que ahora en casa, era otra forma de vivirlas, participando de la Eucaristía
diaria o bien de los oficios, por internet o TV con el Papa, en una Basílica de
San Pedro ¡vacía! ¡Qué imagen tan
inimaginable!
Espero también que este ALTO obligatorio en
nuestras vidas nos ayude a valorar lo que realmente somos y tenemos a nuestro alrededor,
esos seres queridos que están junto a mí y con los que comparto mi vida; fuera
de mercantilismo, y stress mediático que efectivamente nos mantiene activos a
mil y una necesidades que nosotros mismos creamos, o que ¡nos crean!
En esta ocasión y para terminar el bloque de Hijos,
que como recordarán, en artículos pasados hemos ido desglosando poco a poco,
uno a uno, a cada una de esas figuras tan importantes, que conforman la
institución por excelencia llamada FAMILIA.
Como han visto el título y la frase introductoria, tocaremos el tema del
Derecho de los Hijos a vivir en Bienestar y en un Sano Desarrollo
Integral. Nuevamente menciono la palabra
integral ya que para mí dice mucho; me dice cabal,
completo, colmado; lo integral, cubre todo, no le falta nada y además es
íntegro, o sea pleno ¡completamente bueno!
¿Quién no desearía dar a sus hijos total
bienestar? Esto es, una vida en paz, con
todo lo necesario y viviendo en armonía.
Desafortunadamente no se da por sí sola, requiere de muchos esfuerzos de
los padres, de cada integrante de la familia y de la sociedad en general, el
vivir sanamente, libres de peligros y violencia en el entorno tanto dentro como
fuera de él. Muchas veces no está en
nuestras manos procurarles este bienestar, mucho menos si nuestro país sufriera
de guerras, guerrillas entre cárteles o grupos mafiosos, o bien si se vive la
terrible decisión de la inmigración, teniendo que dejar hasta lo más esencial por
buscar una “supuesta vida mejor”. El
Papa Francisco en su Carta Encíclica “Laudato Si” –
sobre el cuidado de la casa común, menciona el legado de San Francisco
a propósito del tema que nos ocupa diciendo: “…
En él (San Francisco) se advierte hasta qué punto son inseparables la
preocupación por la naturaleza, la justicia con los pobres, el compromiso con
la sociedad y la paz interior…” aquí nos damos cuenta cómo se
incluye todo el ambiente en el que desenvuelve la vida de la humanidad y por la
que debemos velar.
A continuación, me gustaría darles algunos consejos
para cuidar, dentro de lo posible, ese bienestar dentro y fuera del hogar, si
tenemos la fortuna de vivir en un país que nos brinde por lo menos lo más
esencial:
Dentro del
hogar:
-
Trato amoroso y personalizado según
su carácter – Así ellos aprenderán a amar y
demostrarlo a su manera.
-
Forma en el libre albedrío – Educar en una libertad responsable.
-
Crea un ambiente de tranquilidad y
armonía – Donde se procure la comprensión y el
buen trato entre todos.
-
Sin duda habrá momentos difíciles –
lo importante es aprender de ellos.
-
Enseña el orden y la limpieza – lo que bien se forma de pequeños, permanece en el
tiempo.
-
Instruye en los deberes del hogar sin
distinción – más tarde lo pondrá en práctica en
el suyo por convicción no por obligación.
-
Forma en ellos el gusto por la
lectura y la reflexión interior – pequeños
momentos, serán largos períodos de paz más adelante.
-
En tiempos largos de descanso o
vacaciones enséñales a organizar un tiempo de trabajo intelectual y ejercicio
físico – mente sana en cuerpo sano.
-
Crea en ellos el deseo por la
oración – no hay tiempo ni espacio que limite
o elimine este contacto con Dios.
-
Forma en ellos un corazón generoso
– siempre habrá alguien a quien ayudar dentro y fuera
del hogar.
-
Fórmalo en el conocimiento de su
cuerpo y a respetarlo – sabrá pedir el mismo respeto a los demás.
-
Enséñale a cuidar de su salud – Además de la suya, llegará el momento en que cuidará
de su propia familia.
-
Aliméntalos sanamente – Será un beneficio para el presente y el futuro.
Fuera del
hogar:
-
Procura diversiones sanas y en
lugares sin peligro – De pequeños con
más razón.
-
Cuida las amistades – siempre con prudencia y tacto para dar opinión
sobre ellos.
-
Conoce a sus familiares – él/ella será lo que vive al interior de su hogar.
-
Cuida los permisos a otras casas – no sabemos lo que para la otra familia es aceptable
o no de acuerdo a tus parámetros.
-
No caer en presiones sociales – Ten confianza en tu intuición.
-
Permite distracciones sanas con
amigos sanos – Invítalos a tu casa para conocerlos.
-
Forma en los principios morales – Llegará el momento que serán su escudo de
protección.
-
Forma en la trascendencia de sus
actos – Los pondrá en práctica seguramente.
-
Ayúdalo a perseverar en su vida de
oración – Siempre con prudencia.
-
Haz caso a las señales, cambios
bruscos de actitud – Es mejor
prevenir que lamentar más tarde.
-
Desde la pubertad llega el momento
de estar alerta – Tras bambalinas.
-
Muéstrale con tacto las diferencias
entre una compañía y otra – A pesar de que
no lo acepten de momento, se quedará en su corazón.
“… La mayor
satisfacción de un padre, es que
sus hijos lleguen más alto que él…”
Afectísima en
Jesucristo,
Lilia
Garelli
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