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martes, 14 de abril de 2020

MÍSTICA - LILIA GARELLI - HIJOS (5) DERECHO A VIVIR EN BIENESTAR


“¡Señor, auméntanos la Fe!
Domine, adauge nobis fidem

Riviera Maya, México, Abril 15 del 2020.
MÍSTICA
Por: Lilia Garelli


“…La familia constituye, más que una unidad jurídica, social y económica,
una comunidad de amor y de solidaridad,
 insustituible para la enseñanza y transmisión de los valores culturales,
 éticos, sociales, espirituales y religiosos, esenciales
 para el desarrollo y bienestar de sus propios miembros y de la sociedad;

Carta de los Derechos de la Familia
Pontificio Consejo para la Familia 1983

HIJOS (5)

DERECHO A VIVIR EN BIENESTAR Y
EN UN SANO DESARROLLO INTEGRAL
Dentro y Fuera del Núcleo Familiar

Muy estimados en Cristo:

Me da mucho gusto que nos encontremos nuevamente por este medio, después de tanta incertidumbre con la cuarentena que seguimos viviendo en casa y de una Semana Santa totalmente diferente. Recientemente comentaba con mi esposo las distintas experiencias que hemos vivido en misiones y que ahora en casa, era otra forma de vivirlas, participando de la Eucaristía diaria o bien de los oficios, por internet o TV con el Papa, en una Basílica de San Pedro ¡vacía! ¡Qué imagen tan inimaginable!

Espero también que este ALTO obligatorio en nuestras vidas nos ayude a valorar lo que realmente somos y tenemos a nuestro alrededor, esos seres queridos que están junto a mí y con los que comparto mi vida; fuera de mercantilismo, y stress mediático que efectivamente nos mantiene activos a mil y una necesidades que nosotros mismos creamos, o que ¡nos crean!

En esta ocasión y para terminar el bloque de Hijos, que como recordarán, en artículos pasados hemos ido desglosando poco a poco, uno a uno, a cada una de esas figuras tan importantes, que conforman la institución por excelencia llamada FAMILIA. Como han visto el título y la frase introductoria, tocaremos el tema del Derecho de los Hijos a vivir en Bienestar y en un Sano Desarrollo Integral.  Nuevamente menciono la palabra integral ya que para mí dice mucho; me dice cabal, completo, colmado; lo integral, cubre todo, no le falta nada y además es íntegro, o sea pleno ¡completamente bueno!

¿Quién no desearía dar a sus hijos total bienestar?  Esto es, una vida en paz, con todo lo necesario y viviendo en armonía.  Desafortunadamente no se da por sí sola, requiere de muchos esfuerzos de los padres, de cada integrante de la familia y de la sociedad en general, el vivir sanamente, libres de peligros y violencia en el entorno tanto dentro como fuera de él.  Muchas veces no está en nuestras manos procurarles este bienestar, mucho menos si nuestro país sufriera de guerras, guerrillas entre cárteles o grupos mafiosos, o bien si se vive la terrible decisión de la inmigración, teniendo que dejar hasta lo más esencial por buscar una “supuesta vida mejor”.  El Papa Francisco en su Carta Encíclica “Laudato Si” – sobre el cuidado de la casa común, menciona el legado de San Francisco a propósito del tema que nos ocupa diciendo: “… En él (San Francisco) se advierte hasta qué punto son inseparables la preocupación por la naturaleza, la justicia con los pobres, el compromiso con la sociedad y la paz interior…” aquí nos damos cuenta cómo se incluye todo el ambiente en el que desenvuelve la vida de la humanidad y por la que debemos velar.

A continuación, me gustaría darles algunos consejos para cuidar, dentro de lo posible, ese bienestar dentro y fuera del hogar, si tenemos la fortuna de vivir en un país que nos brinde por lo menos lo más esencial:

Dentro del hogar:

-         Trato amoroso y personalizado según su carácter – Así ellos aprenderán a amar y demostrarlo a su manera.
-         Forma en el libre albedrío – Educar en una libertad responsable.
-         Crea un ambiente de tranquilidad y armonía – Donde se procure la comprensión y el buen trato entre todos.
-         Sin duda habrá momentos difíciles – lo importante es aprender de ellos.
-         Enseña el orden y la limpieza – lo que bien se forma de pequeños, permanece en el tiempo.
-         Instruye en los deberes del hogar sin distinción – más tarde lo pondrá en práctica en el suyo por convicción no por obligación.
-         Forma en ellos el gusto por la lectura y la reflexión interior – pequeños momentos, serán largos períodos de paz más adelante.
-         En tiempos largos de descanso o vacaciones enséñales a organizar un tiempo de trabajo intelectual y ejercicio físico – mente sana en cuerpo sano.
-         Crea en ellos el deseo por la oración – no hay tiempo ni espacio que limite o elimine este contacto con Dios.
-         Forma en ellos un corazón generoso – siempre habrá alguien a quien ayudar dentro y fuera del hogar.
-         Fórmalo en el conocimiento de su cuerpo y a respetarlo –  sabrá pedir el mismo respeto a los demás.
-         Enséñale a cuidar de su salud – Además de la suya, llegará el momento en que cuidará de su propia familia.
-         Aliméntalos sanamente – Será un beneficio para el presente y el futuro.

Fuera del hogar:

-         Procura diversiones sanas y en lugares sin peligro – De pequeños con más razón.
-         Cuida las amistades – siempre con prudencia y tacto para dar opinión sobre ellos.
-         Conoce a sus familiares – él/ella será lo que vive al interior de su hogar.
-         Cuida los permisos a otras casas – no sabemos lo que para la otra familia es aceptable o no de acuerdo a tus parámetros.
-         No caer en presiones sociales – Ten confianza en tu intuición.
-         Permite distracciones sanas con amigos sanos – Invítalos a tu casa para conocerlos.
-         Forma en los principios morales – Llegará el momento que serán su escudo de protección.
-         Forma en la trascendencia de sus actos – Los pondrá en práctica seguramente.
-         Ayúdalo a perseverar en su vida de oración – Siempre con prudencia.
-         Haz caso a las señales, cambios bruscos de actitud – Es mejor prevenir que lamentar más tarde.
-         Desde la pubertad llega el momento de estar alerta – Tras bambalinas.
-         Muéstrale con tacto las diferencias entre una compañía y otra – A pesar de que no lo acepten de momento, se quedará en su corazón.

“… La mayor satisfacción de un padre, es que
 sus hijos lleguen más alto que él…”

Afectísima en Jesucristo,


Lilia Garelli



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