“¡Señor,
auméntanos la Fe!”
Domine, adauge
nobis fidem
Riviera
Maya, México; Febrero 7 del 2020.
Tomado de la Colección de Folletos
EL CREDO. SÍMBOLO DE LA FE DE LA IGLESIA
P. Emiliano Jiménez Hernández, C.N.
Grafite Ediciones – Bilbao España
2006
CREO EN DIOS…
CREO EN JESUCRISTO…
NACIÓ DE SANTA MARÍA VIRGEN.
C) Madre en la Fe y en
su Seno
María
es verdadera madre de Jesús. Son muchos
los pasajes del Nuevo Testamento que así lo confiesan. El relato del nacimiento atestigua que lo
llevó en su seno durante nueve meses y le dio a luz cuando le llegó la hora del
alumbramiento. (Lc 2,5-7)
Pero
no solo es madre biológica del Señor, pues, antes de recibir a Jesús en su
seno, lo había aceptado y recibido en la Fe.
De ella, no solo se puede decir: “¡Dichoso
el seno que te llevó y los pechos que te criaron!”, sino también:
“¡Dichosos más bien los que escuchan la Palabra de Dios y la guardan!” (Lc 11,
27-28). Con razón exclamará Isabel ante
ella: “¡Dichosa, tú, que has creído!” Como también dicen Tertuliano y San
Agustín:
“Mediante
una obra, que se oponía al diablo, recuperó Dios su imagen y semejanza,
conquistada por el diablo. Pues, como la palabra mortífera penetró en la virgen Eva, así la vivificante Palabra
de Dios debía penetrar en una Virgen,
a fin de que lo perdido fuese salvado por medio del mismo sexo. Había creído
Eva a la serpiente (Gn 1,27); creyó
María a Gabriel, cancelando la fe de
María el pecado cometido por la incredulidad
de Eva.”
Tertuliano – De
carne Christi
“La
bienaventurada María, en efecto, concibió por su fe a Quien por su fe dio a
luz… Llena de fe concibió a Cristo en su mente antes que en su seno, al
responder: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí lo que dices.” (Lc
1,35), es decir:
que
sin el concurso de varón conciba yo
permaneciendo
virgen;
que
del Espíritu Santo y de una Virgen nazca aquel,
en
quien la Iglesia renacerá virgen del Espíritu Santo;
que,
el “Santo”, que nacerá de una Madre sin padre,
se
llame “Hijo de Dios”…
¡Creyó
María y en ella se cumplió lo que creyó! ¡Creámoslo también nosotros, para que
se cumpla en nosotros!”
San Agustín
– De Sanata
Virgine – Sermo
196
-
Madre Virgen
San
Ignacio de Antioquía habla de “tres misterios sonoros que se cumplieron en el
silencio de Dios:
1 Quedó
oculta al príncipe de este mundo la virginidad de María;
2 Y
el parto de ella;
3 Del
mismo modo que la muerte del Señor.”
(A los Efesios 19,1)
Las
tinieblas del Calvario envolvieron a Jesús mientras moría; la noche del establo
de Belén ocultó el parto de María; y la soledad de Nazaret rescató de la
curiosidad la Concepción Virginal.
A
los Padres de la Iglesia les gusta repetir que “la profecía de Isaías preparó la credibilidad de algo increíble;
explicando lo que es un signo: ‘Pues el Señor os dará un signo: He aquí que una
virgen concebirá en su seno y dará a luz un hijo.’ (Is 7,14) Un signo enviado por Dios no sería tal, si no
envolviese alguna novedad extraordinaria. ¡No es un signo lo que todos los días
sucede, es decir, que una joven no virgen conciba y dé a luz! Pero ¡sí es un
signo el que una virgen sea madre!” (Tertuliano – Adversus
Marcion)
Rufino
de Aquileia dice que para aceptar que Jesús nació de la Virgen por obra del
Espíritu Santo “se requiere un oído
limpio y un entendimiento puro.”
“¡Un parto nuevo fue dado al mundo!
Y no sin razón. Pues, quien en el Cielo
es el Hijo Único, también en la tierra nace único y de modo único. De todos conocidas, y evocadas en los Evangelios
(Mt 1,22ss) son, a este respecto, las palabras de los profetas, afirmando que ‘una virgen
concebirá y dará a luz un hijo’.
(Is 7,14)
Pero también Ezequiel había preanunciado el modo admirable del parto,
designando simbólicamente a María “Puerta del Señor”, es decir, a través de la cual el Señor
entró en el mundo:
“La puerta que da al oriente estará cerrada y
no se abrirá ni nadie pasará por ella, porque el mismo Señor Dios de Israel
pasará a través de ella, y estará cerrada.”
(Ez 44,2)
¿Puede decirse algo más claro
sobre la consagración de la Virgen?
En
ella estuvo cerrada la ‘puerta de la virginidad’; por ella entró en el mundo el
Señor Dios de Israel y, a través de ella, salió del vientre de la Virgen,
permaneciendo asimismo cerrada la puerta de la Virgen, pues conservó la
virginidad.”
Rufino de Aquileia –
Expositio symboli
Con
la Confesión de Fe en la Concepción Virginal, la Iglesia confiesa que Cristo,
El Salvador, es puro don, irrupción gratuita de Dios, no logro humano. Y esto para todo cristiano. La Salvación en Cristo es don y no conquista
humana. Cristo es don, que se acoge en
la Fe, como María Virgen.
+ + +
Orar sirve, es bueno
para nuestra alma y nuestra mente.
De todos ustedes afectísimo en Cristo,
Antonio Garelli
También me puedes seguir en:
Solo por el gusto de proclamar El Evangelio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario