jueves, 10 de agosto de 2017

ESPÍRITUS Y FANTASMAS. . .

¡Alabado sea Jesucristo!

Ciudad de México, Agosto 11 del 2017


“. . . Espero la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro.  Amén.”
 Credo

ESPÍRITUS Y FANTASMAS,
¿EXISTEN? ¿SON LO MISMO?   

Muy estimados todos en Cristo Jesús:

Les agradezco mucho su confianza en mi persona, para resolver sus dudas sobre cuestiones de Fe; siempre haré ‘hasta lo imposible’ para responder sus cuestionamientos.  Esta vez es un asunto muy peculiar sobre espíritus y fantasmas.  Respondo rápido y explico más adelante: los espíritus sí existen; los fantasmas no existen; por lo tanto éstos, no son lo mismo que los espíritus (dado que no existen).

La Real Academia del Español (RAE) define:
         espírituser inmaterial dotado de razón.  Alma racional.   
         fantasma imagen de un objeto que queda impresa en la fantasía. –     Visión quimérica como la que se da en los sueños o en las figuraciones de la imaginación.

Todas las almas creadas por Dios son espíritus, inclusive las humanas; éstas constituyen nuestra parte espiritual –con la que tenemos actualmente y, tendremos en cuerpo glorioso, contacto con Dios– y es eterna; a diferencia de nuestra parte material que es mortal, finita.  Todos los seres celestiales son espíritus. Existen muchos más espíritus (infinitamente más) que seres vivos de cualquier forma o especie, inclusive si los sumáramos todos.  

La idea de los fantasmas es tan antigua como la civilización humana, pues, sumerios, egipcios y fenicios ya desarrollaban muchas supersticiones en torno a ella.  En tiempo de nuestro Señor Jesucristo –en plena cultura greco-romana, muy adicta al uso de fantasmas y seres del inframundo– era común referirse a ‘espíritus en pena’ o fantasmas (Mt 14, 26); ante visiones inexplicables de la mente humana.  Pero el hecho de que estén presentes en nuestra cultura, léxico y creencias, no quiere decir que existan en la realidad.  No hay almas en pena fantasmales, de hombre y mujeres que hayan muerto.  Si ya murieron, sus almas están con Dios o están siendo purificadas para estar con Dios.

Ahora bien, existen espíritus buenos y espíritus carentes de bien (o malos); los buenos son los que han permanecido fieles a Dios y los malos son los que han repudiado a Dios y obedecido a Satanás el Diablo.  Los buenos ‘viven’ en todas partes con Dios y gozan de su presencia; los malos deambulan por el Mundo, o están encarcelados (como es el caso de los espíritus encadenados en el Diluvio) y esperan su juicio y destrucción en la Gehena.

Muchísimos espíritus malos (o malignos o malvados o demoníacos) interactúan entre nosotros, induciéndonos al mal, al pecado, a la rebelión contra Dios.  Las manifestaciones demoníacas que han sufrido algunos Santos, no son solamente sueños o pensamientos en éxtasis, son acciones de seres espirituales reales; pero de ninguna manera de fantasmas.  Inclusive, en las Historias de San Antonio Abad, San Francisco de Asís o San Pío de Pietrelcina (Padre Pío), es el mismísimo Satanás el Diablo (no fantasma alguno) el que hace presencia física en las agresiones a los Santos Hombres de Dios.   

Siempre lo he dicho, y ahora lo repito para que quede muy claro: minusvalorar la presencia real de Satanás el Diablo y sus huestes demoníacas –o sostener consciente o inconscientemente su inexistencia– es el inicio para caer en sus dominios y ser presa fácil de sus engaños. 

Solo la presencia CONTINUA de Dios en nuestra vida –en oración, obras de misericordia y obediencia constante– nos puede garantizar (igual que a la Santísima Virgen María), salvarnos de los ataques del Maligno y sus huestes.

Orar sirve, oremos por nuestros Pueblos.

De todos ustedes afectísimo en Cristo

Antonio Garelli




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Veritelius de Garlla, Apóstol Gentil



De Milagros y Diosidencias.  Solo por el gusto de proclamar El Evangelio.

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