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sábado, 28 de enero de 2017

DESFRONTERIZACIÓN UTÓPICA

¡Alabado sea Jesucristo!


Ciudad de México, Enero 28 del 2017


“Cuando los intereses económicos van de por medio,
El Amor se reduce a simple amistad.”



UTOPÍA DE LA DESFRONTERIZACIÓN

Muy estimados todos en Cristo Jesús:

Los límites fronterizos existen desde siempre, desde el momento en que un pueblo marcó diferencias con otro en vecindad.  Las diferencias pueden ser muchísimas, tales como: idioma, costumbres, ‘raza’ (lo pongo entre comillas porque para mí esa diferencia es inexistente, pues, todos somos ‘raza humana’), color de piel, cultura, avances, etc., etc.  Bíblicamente podemos decir que esas diferencias iniciaron en Caldea, con Nemrod (Gen 10, 8-12);  cuando Dios cambió el idioma de los habitantes de Babel. (Génesis 11, 1-9)  

Los límites de los Imperios, desde el Antiguo Egipto de los Faraones de la I Dinastía, hasta el Imperio Romano de los Césares, 400 años después de Jesucristo, marcaban los lugares en que gobernantes y ciudadanos del imperio tenían preferencias y dispensas.  Asirios, Babilonios, Persas o Greco-Macedonios; todos trazaron fronteras de sus dominios. Ríos, cordilleras, lagos, mares. . . murallas como la China o muros, como el del Emperador Adriano en Britania; todas eran señales físicas para marcar fronteras.  

Así que, algo tan antiguo como eso, no debería estar causando problemas en la actualidad; más aún si han transcurrido 5,000 AÑOS DE HISTORIA HUMANA con esa costumbre.  Y, sin embargo, así es; los actuales problemas fronterizos atañen a cuando menos 100, de los 200 países existentes. Y nuestro querido México no podría ser la excepción.

En el Siglo XX y XXI, plenos de avances tecnológicos, se han edificado ‘muros’ con las más variadas características físicas; pero las más importantes han sido las intenciones morales y anímicas de su edificación.  “El Muro de Berlín” (1963), el que quiso ahogar la unidad de los alemanes; “El Muro de la Ignominia” (2003) o ‘barrera de seguridad’ como lo llaman los judíos, entre Israel y Palestina; que quiere detener físicamente los odios y anhelos de esos dos pueblos, milenariamente en conflicto. 

Pero el más vergonzoso de todos es “El Muro Fronterizo USA-México” (1994), que pretende detener la inmigración ilegal a Estados Unidos (el mercado de empleo y consumo más grande del mundo), desde territorio Mexicano; y que se ha convertido en una vejación permanente entre dos naciones antagónicas, y sin embargo, complementarias.

Hoy, con el ‘nivel cultural’ o simplemente ‘educativo’, que ha alcanzado nuestra ‘civilización’, las fronteras debieran ser inexistentes; toda vez que los medios de transporte nos unen de forma inmediata.  Lo que antes se lograba con viajes náuticos de meses de duración, ahora se ha reducido a algunas horas de vuelo de avión; y lo que representaban caminatas o cabalgatas extenuantes e interminables, hoy son trayectos a gran velocidad en auto, camión o tren.

Pero es la comunicación la que más ha avanzado; pues la velocidad de la luz a la que es capaz de moverse, nos enlaza inmediatamente con quien queremos hacer contacto.  Radio, teléfono, televisión, internet, redes sociales, son medios de comunicación al instante, sin importar en absoluto las distancias.  Nos conocemos mucho más y mejor entre culturas, que lo que nunca logró la Humanidad anteriormente; nos enlazamos de manera instantánea con toda clase de eventos y acontecimientos, tan rápido, que ni en sueños lo imaginaron nuestros antepasados -ni nosotros mismos-.

Por eso, simplemente es inaceptable que estemos usando el avance técnico y tecnológico, para separarnos en lugar de unirnos; y no solo físicamente, cuanto intelectual y espiritualmente.  Sí, es inadmisible que sigan existiendo fronteras.  Pero la Utopía de Santo Tomás Moro, es realizable; ahora más que nunca; solo tenemos que querer hacerlo.     

Orar sirve, oremos por México.

De todos ustedes afectísimo en Cristo

Antonio Garelli




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Veritelius de Garlla, Apóstol Gentil



De Milagros y Diosidencias.  Solo por el gusto de proclamar El Evangelio.

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