“… Señor, quédate con nosotros …”
San Cleofás en Emaús
Riviera Maya, México; Septiembre 10 del 2025.
MÍSTICA
Por:
Lilia Garelli
“…Levántate, pues, alma amiga de
Cristo,
y sé la paloma que anida en la pared de una
cueva;
sé el gorrión que ha encontrado una casa y no
deja de guardarla;
sé la tórtola que esconde los
polluelos de su casto amor
en aquella abertura sacratísima…”
S. Buenaventura,
Jesucristo, árbol de la vida 30
Papa Francisco - Dilexit
Nos No.108
DILEXIT NOS (17) - Él nos Amó
“Sobre el Amor Humano
y Divino del Corazón de Jesucristo”
Estimados en Cristo:
Concluyendo este bello apartado que el Papa Francisco llamó “Resonancias de la Palabra en la Historia”, haciendo un recorrido en los diversos escritos de santos y reconocidos Padres de la Iglesia, vamos ahora a reflexionar sobre San Buenaventura quien fue un místico, filósofo y teólogo franciscano, obispo de Albano y cardenal italiano, rol desde el que el Santo Padre le encomendó la misión de preparar el Concilio de Lyon en el que se logró por un tiempo la reunión de las Iglesias oriental y occidental.
“…San Buenaventura une las dos líneas espirituales en torno al Corazón de Cristo: al mismo tiempo que lo presenta como la fuente de los sacramentos y de la gracia, propone que esta contemplación se convierta en una relación de amigos, en un encuentro personal de amor…” (PF – DN No. 106).
Sin duda, este enfoque que le dio San Buenaventura a los sacramentos nos ayuda a valorar la gracia que tienen para nosotros: “…Para que del costado de Cristo dormido en la cruz se formase la Iglesia y se cumpliese la Escritura que dice: mirarán al que traspasaron, uno de los soldados lo hirió con una lanza y le abrió el costado. Y fue permisión de la divina providencia, a fin de que, brotando de la herida sangre y agua, se derramase el precio de nuestra salud, el cual, manando de la fuente arcana del corazón, diese a los sacramentos de la Iglesia la virtud de conferir la vida de la gracia, y fuese para los que viven en Cristo como una copa llenada en la fuente viva, que salta hasta la vida eterna…” (S. Buenaventura, Jesucristo, árbol de la vida, 30, Obras de San Buenaventura II, BAC) (PF – DN No. 107).
· La difusión de la devoción al Corazón de Cristo:
En este apartado el Papa Francisco nos ayuda a reflexionar cómo, poco a poco, a lo largo de la historia, el concepto del costado herido de Jesucristo se definió como el lugar donde reside el amor de Cristo; y del cual asumimos que de él mana la vida de la gracia que es la fuente del agua que saciará nuestra sed y, por tanto, se fue dirigiendo hacia la figura del corazón, especialmente en la vida monástica donde se dedicaban a la meditación espiritual para comprender mejor el amor de Dios.
Sin duda la historia de la humanidad nos muestra en todos los aspectos, cómo los conceptos se modifican en versiones propias de lo que se comprendía en ese momento, por lo tanto, en ningún caso se desprecian las formas de expresión de los tiempos medievales, las formas de devoción al Sagrado Corazón serán de acuerdo a lo que Espíritu Santo nos vaya marcando a lo largo de los siglos.
El Papa continúa reflexionando en este tema, tocando ahora las experiencias que varias mujeres tuvieron a través de la devoción al Corazón de Cristo, que sin duda les dio esa paz interior que necesitaban, así como la luz que trasparentaba la misión que les Dios les daba. “…Así sucedió a Santa Lutgarda, a Santa Matilde de Hackeborn, a Santa Ángela de Foligno, a Juliana de Norwich, entre otras, Santa Gertrudis de Helfta, religiosa cisterciense, narró un momento de oración en el cual reclinó la cabeza en el Corazón de Cristo y escuchó sus latidos. (…) Concluye Gertrudis que “la dulzura de esos latidos se reservó para los tiempos modernos, de manera que, escuchándolos, pueda renovarse el mundo envejecido y tibio en el amor de Dios” …” (S. Gertrudis de Helfta, en Revelaciones de Santa Gertrudis la Magna, virgen de la Orden de San Benito, Monasterio de Santo Domingo de Silos, Burgos 1932,415) (PF – DN No. 110).
El Papa se hace esta pregunta: “… ¿Podríamos pensar que es un anuncio referido a nuestros tiempos, un llamado a reconocer cómo se ha vuelto “viejo” este mundo, necesitado de percibir el mensaje siempre nuevo del amor de Cristo? Santa Gertrudis y Santa Matilde han sido consideradas entre “las confidentes más íntimas del Sagrado Corazón”. (Léon Dehon, Directoire spirituel des pretres du Sacré Coeur de Jésus) (PF – DN No. 110).
Por otro lado, el Papa Francisco nos comenta cómo los monjes cartujos fueron alentados por Ludolfo de Sajonia quien se unió a la orden de los “Dominicos”, tras unos treinta años de vida activa en esta orden, se le concedió el permiso para convertirse en monje cartujo, pues sentía la vocación de una vida mucho más estricta en el silencio y la soledad por lo que en 1340 ingresó en la Cartuja de Estrasburgo, su vida espiritual era intensa y para acercarse más a Jesucristo a través de su devoción al Sagrado Corazón decía: “…Quien entra por la herida de su Corazón es inflamado de afecto…” . Continúa el Papa recordando a Santa Catalina de Siena quien tuvo la gracia de tener contacto con Jesucristo quien le decía en una de sus apariciones:
“…Por eso quise que
vieseis el secreto de mi corazón
mostrándotelo abierto, para que vieses que
yo amaba más que lo que podían demostraros
mis sufrimientos finitos…”
El
Diálogo, 75 en Obras de Sta. Catalina de Siena 1996
Papa
Francisco - Dilexit Nos. No.111
Afectísima en Jesucristo,
Lilia Garelli
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