“… Señor, quédate con nosotros …”
San Cleofás en Emaús
Riviera
Maya, México; Septiembre 3 del 2025.
MÍSTICA
Por:
Lilia Garelli
“…La fortaleza de los mártires vive
de
“la fuente celestial del agua viva que brota
de la entraña de Cristo” …”
Acta de los mártires de Lyon, Eusebio de Cesarea - Papa Francisco - Dilexit Nos No.102
“Sobre el Amor Humano
y Divino del Corazón de Jesucristo”
Estimados en Cristo:
Después de haber meditado sobre la trascendencia del “agua viva” que nos llega a través del costado herido de Jesucristo para saciarnos de esa “sed de Dios”, el Papa Francisco va a profundizar en el siguiente apartado sobre la repercusión que ha tenido en la historia de la humanidad la “herida traspasada del costado del Señor”, para lo cual describirá lo que varios Padres de la Iglesia nos han dejado en sus escritos, todos ellos mostrándonos la espiritualidad a la que llegaron sus reflexiones; vayamos pues a meditar con profundidad cada mensaje:
· Resonancias de la Palabra en la Historia:
El Papa nos dice que “su costado herido” lo entendemos como el corazón mismo de Cristo quien al ser traspasado por la lanza nos cae sangre y agua, a lo cual Novaciano, quien era un sacerdote y considerado el primer teólogo del siglo III que escribió en latín su obra llamada “De Trinitate”, de la cual sale esta frase: “…La fuente del Espíritu está enteramente en Cristo…” (Novaciano, De Trinitate 29: PL 3,44).
Sigue San Ambrosio de Milán, quien fue un destacado Obispo de Milán y un importante teólogo y orador, recordado por el poderoso papel que jugó en la vida San Agustín de Hipona, quien estaba tan conmovido por la predicación de San Ambrosio que se convirtió a la religión católica volviéndose un gran evangelizador. San Ambrosio es uno de los cuatro grandes Padres de la Iglesia latina o de Occidente y uno de los 37 doctores de la Iglesia Católica. En una de sus obras dice: “…Bebe a Cristo porque Él es la roca que derrama agua. Bebe a Cristo porque Él es la fuente de la vida. Bebe a Cristo porque Él es el río cuya fuerza alegra a la ciudad de Dios. Bebe a Cristo porque Él es la paz. Bebe a Cristo, porque de su seno fluye agua viva…” (S. Ambrosio, Expl. Ps.I,33: PL 14,983-984).
El Papa Francisco continúa en este interesante apartado hablándonos ahora de San Agustín: “…abrió el camino a la devoción al Sagrado Corazón como lugar de encuentro personal con el Señor. Es decir, para él el pecho de Cristo no es solamente la fuente de la gracia y de los sacramentos, sino que lo personaliza, presentándolo como símbolo de la unión íntima con Cristo, como lugar de un encuentro de amor. Allí está el origen de la sabiduría más preciosa, que es conocerle a él…” (PF – DN No. 103). Y continúa mencionando las palabras de San Agustín con respecto a lo dicho por San Juan en su Evangelio: “…el amado, cuando en la última cena apoyó su cabeza sobre el pecho de Jesús, se reclinó sobre el santuario de la sabiduría…” (Tract in Ioann.61,6 en Obras de San Agustín, XIV Tratados del Evangelio de San Juan (36-124).
A propósito de San Agustín y para conocerlo un poco más les comento parte de su biografía: Agustín de Hipona es ensalzado como el más grande de los Padres de la Iglesia Católica. Desarrolló la teología sistemática, como una explicación de cómo el cristianismo se relaciona en las visiones del universo, la creación y la relación de la humanidad con el Creador. San Agustín enseñaba que la gracia de Dios es un don inmerecido para cada uno de nosotros, y por tanto nos capacita para vivir según su voluntad. San Agustín reconocía que la vida cristiana debe tener una conversión continua para lograr su salvación y santificación.
El Papa Francisco nos transmite las bellas palabras de San Bernardo sobre el simbolismo del costado traspasado del Señor: “…Yo empero, lo que no hallo en mí mismo búscolo confiado en las entrañas del Salvador, rebosantes de bondad y misericordia, la cual van derramando por los diversos agujeros de su cuerpo sacratísimo, pues sus enemigos taladraron sus pies y manos y abrieron con lanza su costado; por estas aberturas puedo yo sacar miel de la piedra y óleo suave del peñasco durísimo; puedo gustar y ver cuán suave y dulce es el Señor. (…) El hierro cruel atravesó su alma e hirió su corazón, a fin de que supiese compadecerse de mis flaquezas. El secreto de su corazón se está viendo por las aberturas de su cuerpo; podemos ya contemplar ese sublime misterio de la bondad infinita de nuestro Dios…” (Sermón 61,4, Sn Bernardo, Obras completas, II, BAC, Madrid 1955,405) (PF – DN No. 104).
Conozcamos un poco más a San Bernardo: Bernardo de Fontaine, O. Cist., conocido como Bernardo de Claraval, fue un monje cisterciense francés, abad de la abadía de Claraval. Es considerado el patrono protector de la orden, misma que a partir del siglo XVI es conocida como los monjes Bernardos, ya que a él se le atribuye la plenitud espiritual y normativa cisterciense y el impulso definitivo para su expansión por Francia y toda Europa.
El Papa Francisco continúa con la reflexión de la bondad infinita de nuestro Dios, compartiéndonos ahora frases de Guillermo de Saint-Thierry, quien fue un teólogo y monje al inicio benedictino y después cisterciense: “…el arte de las artes es el arte del amor. (…) El amor es donado por el creador de la naturaleza. (…) El amor es una fuerza del alma que, como un peso natural la conduce a su lugar o fin…” (Gmo. De Saint-Thierry, Acerca de la naturaleza y la dignidad del amor, Sígueme) (PF – DN No. 105).
“… ¿A dónde llevas
Señor, a los que abrazas y estrechas sino a tu corazón? Tu corazón es el dulce
maná de tu divinidad que guardas en el interior,
oh Jesús, en la urna de oro de su sapientísima
alma.
Dichosos aquellos a los que el abrazo los
atrae hasta ahí.
Dichosos los que escondiste en lo oculto de
aquel secreto,
en tu corazón…”
(Gm.
Saint-Thierry, Oraciones meditadas 8,6)
Papa
Francisco - Dilexit Nos No. 103
Afectísima en Jesucristo,
Lilia Garelli
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Solo por el gusto
de proclamar El Evangelio.
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