“… Señor, quédate con nosotros …”
San Cleofás en Emaús
Riviera
Maya, México; Abril 23 del 2025.
MÍSTICA
Por:
Lilia Garelli
“…La súplica es expresión del
corazón que confía en Dios,
que sabe que solo no puede…”
Papa
Francisco - Gaudete et Exsultate 154
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GAUDETE ET EXSULTATE (23)
Alegraos
y Regocijaos
“Sobre el llamado a la
Santidad en el mundo actual”
¡FELICES PASCUAS!
En un ambiente de alegría como nos lo muestra la Resurrección de Jesucristo, nos acompaña también de forma singular la pena de la pérdida que hemos sufrido en la persona de nuestro Vicario de Cristo, el Papa Francisco quien, habiendo terminado su misión en este mundo, parte hacia la Casa del Padre. ¡Que el Señor te acoja en su Gloria, querido Papa de los pobres, marginados, inmigrantes y sufrientes de todo mal e injusticia de este mundo; este título quedará en la posteridad como parte de tu misión en la tierra!
Y Ahora, deseando que hayan vivido la Semana Santa 2025 de forma especial, llenando su vida del amor tan grande que Jesucristo nos permitió compartir con Él y con nuestros hermanos a lo largo y ancho de este mundo cristiano; y con ese regalo que la Iglesia nos ha proporcionado en este Año Jubilar de la Esperanza; continuaremos en las reflexiones de este maravilloso documento que nos ha dejado el Sumo Pontífice, el Papa Francisco “Gaudete et Exsultate” Sobre el llamado a la Santidad en el mundo actual, terminaremos el apartado “En Oración Constante” donde él profundiza sobre la oración fervorosa del pueblo:
“…En la vida el pueblo fiel de Dios encontramos mucha súplica llena de ternura creyente y de profunda confianza. No quitemos valor a la oración de petición, que tantas veces nos serena el corazón y nos ayuda a seguir luchando con esperanza. La súplica de intercesión tiene un valor particular, porque es un acto de confianza en Dios y al mismo tiempo una expresión de amor al prójimo…” (PF – GE No. 154).
En efecto, con estas palabras el Papa nos invita a orar por las necesidades de nuestros hermanos, porque en esa súplica de intercesión mostramos nuestra inquietud por la solución de los problemas de otros, porque en nosotros está la consciencia de que en nosotros no está necesariamente todo el sufrimiento o que en los demás están por cumplirse sus sueños. “…De quien se entrega generosamente a interceder puede decirse con las palabras bíblicas: “Este es el que ama a sus hermanos, el que ora mucho por el pueblo” (2 M, 14-15) …” (PF – GE No. 134).
La oración también se da en el simple hecho de reconocer que Dios existe y que su presencia está en todo lo que vemos y disfrutamos, su hermosura en la simpleza de su existencia por ello el Papa nos habla de la oración de festiva alabanza o de adoración; “…Apenas creí que Dios existía, comprendí que solo podía vivir para Él…” (Carlos de Foucauld); “…la mirada del peregrino se deposita sobre una imagen que simboliza la ternura y la cercanía de Dios. El amor se detiene, contempla el misterio, lo disfruta en silencio…” (V Conf. Gen Epsc. Lat. y del Caribe – Doc. de Aparecida 259) …” (PF – GE No. 155).
Como otro medio para lograr una vida de Oración continua, es la meditación a la Palabra de Dios si la hiciéramos cotidianamente, al igual como hacemos cualquier otra actividad diaria, encontraríamos esa paz interior que nos brinda su mensaje y podríamos seguir durante el día con otra actitud y percepción de los obstáculos propios del día. “…La devoción a la Palabra de Dios no es solo una de muchas devociones, hermosa, pero algo opcional. Pertenece al corazón y a la identidad misma de la vida cristiana. La Palabra tiene en sí el poder para transformar las vidas…” (Conf. Obispos India 3.2 (feb 2009) (PF – GE No. 156).
El Papa Francisco termina este apartado y Capítulo, invitándonos a coronar nuestra vida de oración y adoración a Cristo a través de la Eucaristía, alcanzando la máxima eficacia en la presencia real de Jesucristo, nuestro Salvador y Señor, por ello los invito a esforzase por lograr la vida de gracia en sus vidas, y de esta manera ser asiduos a la comunión sacramental.
· Capítulo Quinto – Combate, Vigilancia y Discernimiento:
Iniciamos el Capítulo Quinto y último de esta maravillosa Exhortación Apostólica, que nos ha mostrado el feliz camino hacia la santidad, camino difícil pero siempre esperanzador. El Papa Francisco nos hace notar que la vida cristiana es un combate permanente y por lo tanto necesitamos siempre de la fuerza que nos da el Espíritu Santo y la valentía de que de la mano del Señor podremos siempre superar las tentaciones del demonio y además podremos dar a conocer la Buena Nueva del Evangelio. “…Esta lucha es muy bella, porque nos permite celebrar cada vez que el Señor vence en nuestra vida…” (PF – GE No. 158).
· El Combate y la Vigilancia:
En este apartado, el Papa nos explica cómo es necesario el combate y la vigilancia en nuestra vida cotidiana, porque no tan solo luchamos contra nosotros mismos y nuestras propias miserias; así como tampoco luchamos solamente por todo el mal que provoca la misma humanidad, formando caos en la sociedad con los antivalores que invaden nuestro día a día; sino que peor aún, luchamos contra un mal mucho más fuerte y poderoso que es el demonio, siempre atento para quitarnos el tiempo y alejarnos de la oración y de todo acto de amor que podamos darle a nuestro prójimo, y sobre todo estar inconscientes de todo el bien y protección que nos brinda el amor de Dios. Bien nos recuerda el Papa cómo Jesús se alegraba cuando sus discípulos podían superar las tentaciones “… y lograban avanzar en el anuncio del Evangelio, superando la oposición del Maligno y celebraba:
“…Estaba viendo a
Satanás caer del cielo como un rayo
(Lc 10,18) …”
Papa Francisco – Gaudete et Exsultate No. 159
Afectísima en Jesucristo,
Lilia Garelli
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Solo por el gusto
de proclamar El Evangelio.
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