“¿Por qué te afliges? ¿No estoy
Yo aquí que soy tu madre?”
Nuestra Señora de Guadalupe del Tepeyac
Riviera Maya, México; Enero 5, del 2022.
MÍSTICA
Por: Lilia Garelli
“…Pero nosotros
somos ciudadanos del cielo,
de donde esperamos como Salvador al Señor Jesucristo…”
San Pablo Fl 3, 20
EL VALOR DE LA VIDA HUMANA (12)
Reestablecer el concepto del Amor
Humano (4)
La Resurrección de la Carne
Muy
estimados en Cristo:
¡FELIZ AÑO 2022!
Deseándoles a todos nuestros lectores lo mejor para este nuevo año 2022 y a todos los niños ¡FELIZ DÍA DE REYES! Esperando que reciban todos los regalos que han pedido a los Reyes Magos por su buen comportamiento durante el año pasado; me permito continuar el escrito que hemos venido analizando, entrando ahora en el Tercer Ciclo de la catequesis de San Juan Pablo II sobre la Teología del Cuerpo. En este caso titulado “La Resurrección de la Carne”.
c. La Resurrección de la Carne ― (cats. LXIV –LXXII)
En este otro bloque de catequesis San Juan Pablo II nos quiere mostrar otra parte importantísima de la Teología del Cuerpo, si bien ya se ha analizado ―el principio de nuestra antropología adecuada ― por otro lado ―la redención en su manifestación plena con Cristo― ahora lo que se pondrá en proceso de reflexión será ―el destino del hombre enfocado a una vida eterna en comunión con Dios.
Todo este ciclo comienza con la pregunta que presentan los saduceos a Jesús en el texto Mt 22, 28-32 “…En la resurrección pues, ¿de cuál de los siete será mujer? Porque todos la tuvieron. Jesús les respondió: ―Estáis en un error, por no entender las Escrituras ni el poder de Dios. Pues en la resurrección, ni ellos tomarán mujer ni ellas marido, sino que serán como ángeles en el cielo. Y en cuanto a la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído lo dicho por Dios:―Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? ― No es Dios de muertos, sino de vivos ―Al oír esto, la gente se maravillaba de su doctrina…” Para conocer el contexto de este momento es importante comentar que los saduceos no creían en la Resurrección y a pesar de que se creían expertos intérpretes de la Sagrada Escritura, le hacen esa pregunta a Jesús, tomando un problema matrimonial, como si fuera tan solo una hipótesis con la posibilidad de ser modificada. Como bien dice el autor de la Introducción del Tercer Ciclo en el libro que les he recomendado anteriormente “De este modo la cuestión permitirá ver la intrínseca relación entre tres conceptos fundamentales de la Teología del Cuerpo: la resurrección de la carne, el significado esponsal del cuerpo y la temporalidad del matrimonio”.
La respuesta de Jesús les demuestra a los saduceos, que la interpretación literal de las Escrituras no es la correcta y les enseña como la experiencia corporal en su significado conyugal en el matrimonio se modificará cuando se logre la resurrección de los cuerpos y que, al haber superado la muerte, la dimensión temporal del mundo sobre los conceptos que conocemos actualmente cambiarán.
De la misma manera, adentrándonos en el concepto de la vida, Jesús aclara que no es un Dios de muertos, sino de vivos y, por tanto, a pesar de que el hombre ha roto la Alianza de vida por causa del pecado, Dios insiste en darle al hombre una segunda oportunidad de acceso al árbol de la vida, a través del significado de la muerte y de la resurrección de Cristo, a través del misterio pascual.
A pesar de que los saduceos ponen en duda precisamente el poder de Dios, por la aceptación de la Resurrección, Cristo viene a dar testimonio del Dios de la Vida quien, con todo su poder sobre la única verdad, confirma la Resurrección de Jesucristo, nuestro Salvador y por tanto Él es el nuevo Adán que da acceso nuevamente al árbol de la Vida para toda la humanidad.
Es impresionante reconocer que, profundizando sobre este tema, le damos un valor especial a la entrega total de Cristo, a la Voluntad de Su Padre, haciéndose hombre como nosotros, padeciendo todo tipo de calamidades como si fuera cualquier ser humano; entregar Su Vida por toda persona que quiera ser salvada; consciente de que tendrá que tomar su cruz de cada día, con humildad, generosidad y entrega para alcanzar la Vida Eterna.
San Juan Pablo II nos lo explica bellamente en su catequesis No. LXVIII: “… La comunión escatológica del hombre con Dios, constituida gracias al amor de perfecta unión, estará alimentada por la visión “cara a cara”, por la contemplación de esa comunión más perfecta ―porque es puramente divina―, que es la comunión trinitaria de las Personas divinas en la unidad de la misma divinidad…”
En efecto, lo más importante en este Tercer Ciclo es profundizar en la maravilla de la Resurrección de Jesucristo, quien ha hecho posible la resurrección del hombre a la antropología “del principio” renovando la Alianza con Dios perdida por el pecado. Les recomiendo leer detenidamente la catequesis No. LXX titulada “La Interpretación Paulina de la Doctrina de la Resurrección”, donde San Juan Pablo II analiza a fondo el punto de vista de San Pablo. Aquí solo reescribo una pequeñísima parte: “…Pablo en su argumentación postpascual sobre la resurrección futura se refiere sobre todo a la realidad y a la verdad de la resurrección de Cristo. Más aún, defiende esa verdad incluso como fundamento de la integridad de la fe: “…Si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra predicación, vana es nuestra fe… pero no; Cristo ha resucitado de entre los muertos…” (1 Cor 15, 14,20)”
Los invito a profundizar y seguir aprendiendo a través del estudio y reflexión de estas maravillosas catequesis de San Juna Pablo II.
“El Año Nuevo
simboliza nuevos propósitos,
que ellos reflejen 365 días de actos concretos
para conocer mejor tu fe”
Afectísima
en Jesucristo,
Lilia
Garelli
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Solo por el gusto de proclamar El Evangelio.
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