“Santifícalos con La
Verdad.
Tu Palabra es La
Verdad.”
Riviera
Maya, México; Noviembre 20 del 2019.
M Í S T I C A
Por: Lilia Garelli
“…¡Cuán
indispensable es en el camino de esta vocación (el matrimonio) la conciencia profunda del significado del cuerpo
en su masculinidad y en su feminidad! ¡Cuán
necesaria es una conciencia precisa del significado esponsal del cuerpo, de su significado procreador!
San
Juan Pablo II
Teología
del Cuerpo 2 abr.1980
MUJER (4)
Muy
estimados en Cristo:
DON DE LA MATERNIDAD
En
efecto, don maravilloso de Nuestro Señor, Padre Creador, en el que permite a la
mujer
ser parte de esa fecundidad que perpetúa la especie humana fruto de la unión
esponsal con ese hombre, que por amor han unido sus vidas para siempre. El Papa San Juan Pablo II bien lo reflejaba
en su Carta a las mujeres en 1995 donde enfatiza las grandes cualidades de la
mujer en sus distintos papeles en la sociedad: “…Te doy gracias, mujer-esposa, que unes
irrevocablemente tu destino al de un hombre, mediante una relación de recíproca
entrega, al servicio de la comunión y de la vida.
La
mujer, de manera infusa, tiene esa sensibilidad maternal que de esencia valora
la vida y la procura; cualquier otro pensamiento o acción es contra-natura y
representa diversos conceptos equivocados que se vienen fraguando desde hace
varios años, siendo influencia del mal que solo desea desestabilizar el
carácter propio para el que fue creado.
Es
importante reconocer que “…La fecundidad
del amor conyugal no se reduce sin embargo a la sola procreación de los hijos,
…se amplía y se enriquece con todos los frutos de vida moral, espiritual y
sobrenatural que el padre y la madre están llamados a dar a los hijos y, por
medio de ellos a la Iglesia y al mundo…” (Familiaris Consortio 28 –
SJPII).
Desafortunadamente
a lo largo de las experiencias que vivimos en este mundo, las tendencias del
papel de la mujer se han ido deformando, tomando responsabilidades externas al
hogar, en las que se han visto obligadas a complementar la labor del varón en
áreas que, si bien pueden ser cubiertas con esmero y calidad, se ha perdido la
importante labor femenina dentro de la familia.
Aunque
no quisiera parecer antagonista, quisiera tan solo exponer algunas de las
problemáticas que la sociedad ha provocado por el cambio de algunos roles que
de esencia eran perfectos, pero que al paso de las necesidades creadas por la
modernidad se han visto transformados y han ocasionado el alejamiento de la
mujer del hogar, si en el escenario vemos a una pareja joven, quizá a su
interior solo vemos casas solas, en donde solo se encuentran por la noche, en
el mejor de los casos se reparten las obligaciones, pero la idea de tener hijos
es lejana; por otro lado, si ya es una familia integrada por esposos e hijos,
en la mayoría de esas casas, vemos niños que al regreso del colegio se
encuentran solos toda la tarde, sin atención maternal y por lo tanto sin los
detalles propios de cariño y educación que provee la madre.
Podemos
pensar que la capacidad de la mujer para superar algunos retos que la vida contemporánea
le ha propuesto, han sido tomados con toda seriedad y responsabilidad, pero esto
no quiere decir que las acciones tomadas hayan sido las ideales para mantener
la esencia del bien de la familia. Tomemos en cuenta las realidades que vivimos
actualmente:
Desafíos
para la maternidad:
-
Liberación
femenina mal entendida.
-
Desprecio a la
vida. Apertura total al aborto
-
Proliferación de
conceptos egocentristas.
-
Rechazo al compromiso
que implica el cuidado de otro ser.
-
Aceptación de
conceptos relativistas – “nada es tan malo como parece”
-
Ignorancia en la
importancia de los procesos educativos.
-
Materialismo
como única forma de éxito.
-
Cambio de roles
en la familia.
-
Tendencias mundanas
– “vivir sin Dios”
-
Inmadurez
psicológica. Temor y decisiones mal tomadas.
-
Falta de tiempo
para la reflexión y la oración.
-
Carencia de
formación en la fe
-
Eliminación de
una “Iglesia Doméstica”
Efectivamente,
son diversas amenazas cuyo objetivo es confundir para desistir en la lucha de
lo correcto, pero a pesar de todo lo arriba mencionado, la mujer ha tenido la
posibilidad de brincar y superar varios de los retos con éxito, ¡Felicidades!; pero si tú ¡has caído en
la trampa! No te preocupes, tendrás
la oportunidad de hacerlo a un lado y aceptar el don de la maternidad que Dios
Nuestro Señor te ha dado, solo hace falta que tengas fe en Dios, los obstáculos
> resuélvelos, no los dejes
a la deriva, acércate a quien puede darte consejos con calidad moral;
documéntate con escritos cuya fuente sea avalada por la Iglesia católica y no
olvides en orar, ¡Dios Nuestro Señor, siempre está ahí, muy cerca, a un lado de
ti!, ¡sólo ábrele la puerta, la manija está de tu lado!
“…Te
doy gracias, mujer-madre, que te conviertes en seno del ser humano con la alegría y
los dolores de parto de una experiencia única, la cual te hace sonrisa de Dios
para el niño que viene a la luz y te hace guía de sus primeros pasos, apoyo de
su crecimiento, punto de referencia en el posterior camino de la vida…”
San
Juan Pablo II
Carta
a la Mujer 1995
Afectísima
en Jesucristo,
Lilia Garelli
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por el gusto de proclamar El Evangelio.
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