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martes, 8 de octubre de 2019

MÍSTICA - Lilia Garelli - EL PADRE (2)


“Santifícalos con La Verdad.
Tu Palabra es La Verdad.”


Riviera Maya, México; Octubre 9  del 2019.


M Í S T I C A
Por: Lilia Garelli

“…El amor a la esposa madre y el amor a los hijos
 son para el hombre el camino natural para la comprensión
 y la realización de su paternidad…”
San Juan Pablo II
Familiaris Consortio 25

EL PADRE (2)

Muy estimados en Cristo:

En el escrito anterior conocimos muy bien las cualidades humanas y espirituales del Padre adoptivo de Jesús; ciertamente todas ellas dignas de San José, aquella persona elegida por Dios para una misión tan importante.

Ahora me gustaría compartir con ustedes las cualidades, del que tiene el don de ser padre en la tierra, y que comparte con su esposa e hijos.  Y digo compartir porque cada uno de nosotros al convivir en una familia, quizá no nos damos cuenta de todo lo que somos capaces de transmitir, por ejemplo: la forma de ser, de pensar y anhelar para el futuro y seguramente todos los medios que decidió utilizar para lograr todo aquello que se propuso, desde el primer momento que tuvo la gran noticia de que a iba a ser padre y la primera vez que tuvo en sus brazos a ese hijo(a)s.

Hace algunas generaciones se podría pensar que el papel del hombre > esposo > padre eran proveer casa, comida y sustento, como parte de un compromiso natural adquirido al casarse, así como el de la madre atender y cuidar el hogar, esposo e hijos, encomiendas maravillosas y tan necesarias para mantener una familia unida y en armonía.  A pesar de que hoy en día varias de estas premisas han cambiado, por varias razones, de las cuales no me detendré por ahora; baste reflexionar que lo más importante en la vida de los hijos, será dejar aquello que jamás olvidarán, que a pesar del tiempo y las debilidades humanas quedarán como un sello en la mente y el corazón de los hijos. esto es, experiencias de vida en palabras sabias; dichos, acciones que siempre fueron un ejemplo perenne; consejos que en el futuro los hijos recordarán inmediatamente con la imagen indeleble del momento preciso;   por ello he querido enmarcar el escrito de hoy en esas cualidades que han quedado en nuestra memoria de forma perdurable y que a muchos de los nuevos padres les pueda ayudar a tenerlo presente, como lo más importante que un padre de familia debe procurar en sus hijos.

CUALIDADES DE UN PADRE DE FAMILIA
QUE SIEMPRE AGRADECERÁ UN HIJO

En mis primeros años:

-      Gracias por querer a mi mamá y cuidarla durante el embarazo;
-      Gracias por acompañarla al doctor y estar atento de su salud y la mía;
-      Gracias por compartir tus propuestas del nombre que me pondrán;
-      Gracias por estar atento cuando ha llegado la hora de mi nacimiento;
-      Gracias porque mi mamá siempre ha contado contigo;
-      Gracias por tus oraciones;
-      Gracias por tu primer beso;
-      Gracias por aceptarme y querer formar una familia;
-      Gracias por tu primera bendición en mi frente;
-      Gracias por darme la oportunidad de ser hija de Dios;
-      Gracias por ayudar a mi mamá a dormirme;
-      Gracias por auxiliar a mi mamá en mi primer baño;
-      Gracias por mi primer regaño;
-      Gracias por jugar conmigo y hacerme reir;

En mi niñez:

-      Gracias por llevarme a mi primer día de Kinder;
-      Gracias por preocuparte por mi mejor educación;
-      Gracias por enseñarme el amor de Dios;
-      Gracias por acompañarme a la Iglesia en mi Primera Comunión;
-      Gracias por enseñarme a ponerme metas y luchar por ellas;
-      Gracias por enseñarme a ser obediente, para no equivocarme;
-      Gracias por cargarme cuando ya no podía seguir caminando;
-      Gracias por enseñarme a jugar football, baseball, basketball para descubrir mis habilidades o carencia de ellas;
-      Gracias por no hacer diferencias ni comparaciones con mis hermanos;
-      Gracias por mostrarme el camino correcto;
-      Gracias por cuidar lo que era mejor para mi salud;

En mi adolescencia:

-      Gracias por enseñarme el camino de la oración;
-      Gracias por transmitirme tu gran amor por Cristo;
-      Gracias por mostrarme que se puede opinar sin gritar;
-      Gracias por enseñarme que no todo se puede obtener por tan solo desearlo;
-      Gracias por enseñarme que el esfuerzo vale la pena;
-      Gracias por mostrarme que ser honrado, honesto y fiel es recompensado;
-      Gracias por demostrarme que la congruencia de vida es valiosa;
-      Gracias por enseñarme a respetar y tratar a las mujeres
-      Gracias por mostrarme la dignidad de todas las personas y a no hacer diferencias entre ellas;
-      Gracias a tener confianza en mí, aunque yo no la tuviera;
-      Gracias por apoyarme en mis estudios universitarios;
-      Gracias por enseñarme que no pasa nada con equivocarse, lo que está mal es no aprender de los errores.
-      Gracias por hacerme experto(a) en todos los deportes; y su fan para seguirlos;
-      Gracias por escucharme cuando lo necesitaba;
-      Gracias por ser prudente ante mis secretos e intimidad;

En mi juventud:

-      Gracias por no darme todo lo material, se aprende mejor en la carencia;
-      Gracias por enseñarme a ser dócil con el cambio de planes;
-      Gracias por mostrarme que Dios siempre está con nosotros y nunca nos deja;
-      Gracias por abrazarme ante un fracaso amoroso;
-      Gracias por siempre ir juntos a Misa;
-      Gracias por contar contigo en el día más importante – mi boda –
-      Gracias por enseñarme a ser el padre que soy hoy;
-      Gracias por ser el abuelo que todos quieren;
-      Gracias por enseñarme a pensar en los demás;
-      Gracias por perdonarme todas las veces que te he fallado…
-      Gracias por estar presente siempre - aunque ahora sea desde el cielo;

Todos podríamos pensar ¡qué difícil es cumplir todo esto! y si te dijera ¡que todo se va dando tan solo con amar!  Y amar sin pedir a cambio, porque muchas veces todo aquel esfuerzo de un padre, puede parecer infructuoso, pero con el tiempo se va dando la madurez de los hijos y todo aquello que hiciste con pureza de intención, saldrá a la luz y se valorará por ellos.

En cada etapa de nuestra vida, siempre será necesaria una guía madura y estable que nos pueda orientar, es por ello que Dios Nuestro Señor nos ha dado una familia, un padre y una madre que sean los líderes que procuren el bienestar de todos los integrantes.  Es ¡URGENTE!  Que se renueve la misión del “padre” en la familia y se recupere socialmente la convicción de que el puesto y la función del padre en y por la familia son de una importancia única e insustituible.  Como la experiencia enseña, la ausencia del padre provoca desequilibrios psicológicos y morales, además de dificultades notables en las relaciones familiares…”  (San Juan Pablo II Familiaris Consortio 25).

Termino esta reflexión recordando que el 19 de marzo de 2015, día de San José, el Papa Francisco dedicó una meditación preciosa dedicada a la belleza de ser “padre”, leámosla lentamente:

“Seré feliz cada vez que te vea actuar con sabiduría, y me emocionaré cada vez que te escuche hablar con rectitud”.
“Y para que pudieras ser así (sabio), te enseñé lo que no sabías, corregí errores que no veías. Te hice sentir un afecto profundo y al mismo tiempo discreto”.

¡Padre de familia, imita a San José, no estás solo,
vale la pena que lo intentes!


Afectísima en Jesucristo,

Lilia Garelli 


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