“Santifícalos
con La Verdad.
Tu
Palabra es La Verdad.”
Riviera Maya, México; Septiembre 18
del 2019.
M Í S
T I C A
Por: Lilia Garelli
“El
amor, principio y fuerza de la comunión…
sin el amor la familia no puede vivir, crecer y perfeccionarse
como
comunidad de personas…”
(Familiaris Consortio 18)
San
Juan Pablo II
LA PAREJA (4)
Muy
estimados en Cristo:
Pareciera que después de los escritos
que les he enviado sobre saber valorar el amor de Dios hacia nosotros –al
habernos creado a imagen y semejanza suya– en la que se ha enfatizado la
dignidad que enmarca el ser persona humana y la importancia de hacer comunión
en el trato sensible de la pareja, sería fácil pensar que todo es
posible tan solo por así desearlo; sin embargo, estamos bastante
lejos de poder lograrlo, por el simple hecho de la naturaleza caída,
de la que somos todos portadores, desde el momento del pecado original.
De cualquier manera, siempre queda la
esperanza de que seremos capaces de desear hacer el cambio a través
de nuestras acciones presentes y futuras,
procurando una renovación y reforzamiento de los valores
aprendidos en nuestra familia, o bien, si la experiencia no fue del
todo positiva en ella, lograr que el nuevo núcleo formado
por nosotros, se integre con nuevos conceptos, tratando de mejorar las
experiencias vividas anteriormente con nuestros padres.
La verdad, es que nada es fácil
y estando en el papel de hijos, nos es cómodo poner en tela
de juicio el pasado suponiendo mejores formas de actuar en nuestra
futura familia; pero quizá las alternativas que
ilusionamos en algún momento de nuestra niñez o juventud de lo que sería
nuestro matrimonio, una vez puesto en marcha, quizá no resultó como lo
esperábamos y complicamos más la vida de los
hijos; aunque no me gustaría generalizar, ya que algunos
seguramente dejamos valores mejor definidos y arraigados, que forman ahora
familias sanas a pesar del mar de influencias negativas que están presentes y
que menciono más adelante.
Es de todos conocida la sociedad en la que
vivimos y que poco a poco, por las diversas presiones culturales, sociales y
económicas, obligan al matrimonio y a la familia a vivir en:
(1) el
relativismo, que propone no ser tan estrictos en vivir los
valores como los aprendimos en el núcleo familiar; (no exageren, si no
es tan malo, todos lo hacen);
(2) el
hedonismo, en donde el centro es la persona misma, sin preocuparse
por los demás;
(3) la
degradación de la vida, promoviendo el aborto y la
esterilización;
(4) la
secularización, cada vez más extendida en la humanidad, que
asegura que vivir sin Dios es más sencillo; así como muchas
otras tendencias liberales mal entendidas que destruyen la comunión conyugal y
la continuidad de una comunidad familiar.
Con frecuencia escuchamos comentarios
negativos hacia la Iglesia sobre su postura ante todos los retos que el
matrimonio y la familia de hoy viven, por lo que en la reflexión del día
de hoy me gustaría me acompañen en el análisis de todos aquellos
matrimonios y familias que se encuentran en situaciones difíciles con
respecto a la sociedad e irregulares desde el punto de vista de la
Iglesia, aclarando las estrategias pastorales que ha implementado el
Magisterio desde hace muchos años, para ayudarles y orientarles
eficazmente.
Este análisis está principalmente tomado de
la Exhortación Apostólica FAMILIARIS
CONSORTIO (San Juan Pablo II, promulgada el 22 de
noviembre de 1981) misma que les
recomiendo mucho, la lean, estudien, reflexionen y la ¡hagan
suya!; así como del documento conclusivo de la III Asamblea General
Extraordinaria del Sínodo de los Obispos para tratar el tema “Los desafíos pastorales de la familia en el contexto de
la Evangelización” convocada por el Papa Francisco en el mes de
octubre de 2013; les aseguro que le dará mucha paz a su alma en
cuanto a toda la postura real que tiene la Iglesia sobre la problemática que
viven estas familias en su interior, y que de ninguna manera son rechazadas
por el magisterio.
La familia ha sido el centro de atención para
la Iglesia desde sus inicios, Jesucristo mismo nos dejó el mejor ejemplo,
haciéndose hombre en una Sagrada Familia; ejemplo
de “Iglesia Doméstica”, (Jesús, crecía
en sabiduría, en estatura y en gracia ante los hombres… Lc. 2,52); por
lo tanto la Iglesia marca la importancia de la “Pastoral
Familiar”, “el arte del acompañamiento” (Papa
Francisco) en los desafíos que vive el mundo contemporáneo. A
continuación, comentaré algunos de los casos difíciles que considera la
Iglesia dar un trato especialmente generoso, inteligente y prudente:
·
Matrimonios
mixtos: católicos y otros no bautizados
·
Matrimonio a
prueba: experimental, sin compromiso
·
Uniones libres de
hecho: ni civil, ni religioso
·
Matrimonio
civil: rechazando el vínculo religioso
·
Separados y
divorciados no casados de nuevo
·
Divorciados casados
de nuevo
· Los privados de
familia: inmigrantes, de la calle, drogadictos, personas que se han quedado
solas en el mundo.
A todos ellos que se sienten rechazados,
aislados, no aceptados por la Iglesia, San Juan Pablo II exhorta al Episcopado,
al Clero y a todos los fieles de la Iglesia: “… hay que abrirles todavía más las puertas de la gran
familia que es la Iglesia; … la Iglesia es casa y familia para
todos, especialmente para cuantos están fatigados y cargados.” (Familiaris Consortio 77
- 85)
Termino citando al Papa Francisco en el
documento conclusivo del Sínodo de los Obispos mencionado anteriormente, en
donde enfatiza la importancia de experimentar la alegría del Evangelio de la
Familia, “La Palabra de Dios, no es sólo
una buena noticia para la vida privada de los individuos, sino también un
criterio de juicio y una luz para el discernimiento de los diversos retos que
enfrentan los cónyuges y familias.” (III AGESO octubre 2014).
Bibliografía: Biblia
de Jerusalén
Exhortación
Apostólica – Familiaris Consortio – JPII
III
Asamblea General Extraordinaria Sínodo de los Obispos –
Octubre 2014
¡Formarse nos ayuda a
EVANGELIZAR BIEN!
Afectísima en Jesucristo,
Lilia Garelli
También me puedes seguir en:
Solo
por el gusto de proclamar El Evangelio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario