“Santifícalos con La
Verdad.
Tu Palabra es La
Verdad.”
Riviera
Maya, México; Septiembre 11 del 2019.
M Í S T I C A
Por: Lilia Garelli
“… El hombre, por sí mismo, no realiza totalmente la esencia de ser
una persona.
Sólo la
realiza existiendo "con alguien",
y aún más
profundamente y más completamente,
existiendo "para alguien…””
(Catequesis
del 9 de enero 1980)
San
Juan Pablo II
LA PAREJA (3)
Muy estimados en Cristo:
En esta ocasión
quisiera ahondar en el concepto de “comunio personarum” mencionado en el
escrito anterior, procurando describirlo de la forma más sencilla posible. San Juan Pablo II, fue especialmente generoso
en los escritos referentes a la familia, su dignidad y su misión en el mundo; de
su real inquietud por orientar a la pareja humana, desarrolló innumerables
reflexiones conocidas como “La Teología del Cuerpo”.
Es un verdadero
deleite leer, conocer y adentrarse en el análisis filosófico plasmado en las
catequesis de los miércoles que él impartió desde el 5 de septiembre de 1979 hasta
el 28 de noviembre de 1984, profundizando sobre “El amor humano en el plan divino”.
Lo que él llama “communio
personarum”, surge de la comprensión que el hombre (Adán) tiene de
sí mismo en la “soledad originaria”; llamado a entrar en comunión interpersonal
con la mujer (Eva), lo que los lleva a ambos a la “unidad originaria
hombre-mujer”. Esta consideración mutua de la visión del otro, en la sublimidad
de una consideración interior de la “desnudez originaria”, remarca la simplicidad
y plenitud de visión en la que la comprensión del significado del cuerpo, nace
casi en el corazón mismo de su “comunión”.
Esta es una explicación profunda y sensible que produce
el don del uno para el otro. “…una existencia llamada a servir la
verdad en el amor. El amor hace que el hombre se realice mediante la entrega
sincera de sí mismo. Amar significa dar y recibir lo que no se puede comprar ni
vender, sino sólo regalar libre y recíprocamente…” (Carta a las Familias No.11 San JPII)
Esa comunión de dos personas que se aman, y que luchan durante
toda la vida para superar los distintos retos que les presenta la vida, demostrando
la madurez propia de su edad, creará el cimiento de donde surgirá la “comunidad” derivando en LA FAMILIA, con
la procreación de los hijos, de lo cual hablaré en próximos escritos.
Por ahora, y tratando de desmenuzar la palabra “comunión” me gustaría analizar esa
relación del tú y del yo en situaciones de la cotidianidad:
Ø
Significado = “comunión”: unión de dos o más cosas que se tienen en
común y se comparten, ya sean sentimientos, ideales humanos y espirituales.
Ø
Por lo cual surgen las siguientes preguntas:
·
PROFUNDAS:
ü
¿Comparten sus anhelos?
ü
¿Comparten sus proyectos de vida?
ü
¿Comparten sus temores?
ü
¿Comparten su historia personal en pasado, presente y futuro?
ü
¿Comparten sus dolores físicos, emocionales y espirituales?
ü
¿Comparten sus dudas?
ü
¿Comparten sus fracasos?
ü
¿Comparten sus alegrías?
ü
¿Comparten sus sentimientos tras una diferencia de opinión?
ü
¿Comparten sus oraciones?
ü
¿Comparten su juventud, su madurez, su vejez?
·
COTIDIANAS:
ü
¿Comparten su tiempo libre?
ü
¿Comparten algún alimento?
ü
¿Comparten sus experiencias en el trabajo?
ü
¿Comparten sus bienes?
ü
¿Comparten las labores del hogar?
ü
¿Comparten sus preocupaciones sobre los hijos?
ü
¿Comparten momentos de esparcimiento?
ü
¿Comparten momentos en familia?
Para lograr esa comunión real, con tu
esposo/esposa ¿harías algún cambio en tu vida?
¡Recuerden que no están solos! “… no tengáis
miedo, abrid las puertas a Cristo…” (San
Juan Pablo II). Cristo,
Nuestro Señor y María, Madre de Cristo y Madre Nuestra, siempre estarán ahí, a
nuestro alcance, ellos no se van, los que nos alejan somos nosotros; bastaría
abrir la puerta, orando y actuando unos por otros, que la esperanza sea esa luz
que ilumina el camino de la “COMUNIÓN CONYUGAL”.
Les recomiendo esta bibliografía para que profundicen
sobre el tema:
Gaudium et Spes – Documento
del Concilio Vaticano II
Amor y Responsabilidad – Cardenal
Karol Wojtyla
Hombre y Mujer los creó – Catequesis
sobre el amor humano
Del
Papa San Juan Pablo II
¡Formarse nos ayuda a
EVANGELIZAR BIEN!
Afectísima
en Jesucristo,
Lilia Garelli
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Solo
por el gusto de proclamar El Evangelio.
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