“Santifícalos con
La Verdad.
Tu Palabra es La
Verdad.”
Riviera
Maya, México; Septiembre 4 del 2019.
M Í S T I C A
Por: Lilia Garelli
“… Es una
“puerta estrecha” porque es exigente, el amor es exigente siempre,
requiere compromiso, es decir,
“esfuerzo”,
la
voluntad firme y decisiva para vivir según el Evangelio…”
(Angelus Papa Francisco
19 agosto 2019).
LA PAREJA (2)
Muy estimados en Cristo:
Continuando con LA
PAREJA, ya que hay mucho más que compartir, vamos a ahondar en la importancia
de la mística en la vida cotidiana del matrimonio; ese hombre y mujer que
aprenden a vivir juntos en comunidad “communio personarum” (Juan Pablo II,
catequesis sobre el amor humano).
Desde el primer
momento en que han decidido unir sus vidas para siempre (en la salud y en la
enfermedad…) fruto del verdadero amor que existe entre ellos, se inicia la vida
conyugal, un camino lleno de ilusiones metas esperanzadoras, como resultado de
un amor verdadero; sin embargo, no
tardarán en darse una serie de acciones y reacciones que no siempre son lo que
uno y el otro esperaban, y es natural que, siendo dos personas educadas de
diferente manera, puedan presentar diversas formas de ver las cosas, por lo que
suelen surgir momentos de fricción, intolerancia, rechazo, etc. resultando como
lo más normal en la interacción de una comunidad. ¿qué hacer para que esas inconveniencias no
resulten destructivas?
Ante todo y como base fundamental de la estabilidad
de la pareja siempre será el considerar la oración como ese acompañamiento en
el que el amor de Dios siempre está presente en nuestras vidas, tan real como
las palabras del apóstol Pablo: “… Por eso
doblo mis rodillas ante el Padre, de quien toma nombre toda familia en el cielo
y en la tierra, para que os conceda, por la riqueza de su gloria, fortaleceros
interiormente, mediante la acción de su Espíritu…” (Ef. 3, 14-16).
Todo momento de crisis que, a través de la
cotidianidad puede enfrentar una relación de pareja, sea por crisis
existencial, provocada por las diversas etapas de madurez por la que pasa el
ser humano; o bien por la problemática
económica, tan conocida en el siglo XX y lo que va del XXI; o quizá vivir en
algún momento un problema de salud, etc. podría ser no superable con las
propias fuerzas, es por eso necesario considerar el consejo del documento
conciliar Gaudium et Spes en el No. 49 cuando habla “Del amor conyugal: …Para hacer frente con constancia a las obligaciones
de esta vocación cristiana se requiere una insigne virtud; por eso los esposos,
capaces ya de llevar una vida santa por la gracia, fomentarán la firmeza en el
amor, la generosidad de corazón y el espíritu de sacrificio pidiéndolo
asiduamente en la oración…”
La mejor forma de superar las debilidades humanas y
por tanto los momentos de prueba en el matrimonio, es a través de: (1) la
oración y (2) la acción que nos vence y
ayuda a descubrir nuevas formas para seguir adelante:
(1) San Juan
Pablo II nos decía en su Carta a las Familias recordando la oración que
se reza en el rito del matrimonio: “… Infunde
sobre ellos (los novios) la gracia del Espíritu Santo, a fin de que, en virtud
de tu amor derramado en sus corazones, permanezcan fieles a la alianza
conyugal. Es de esta efusión del
Espíritu Santo de donde brota el vigor interior de las familias, así como la
fuerza capaz de unirlas en el amor y en la verdad…”
(2) Las acciones que nos podrían ayudar siempre
requerirán de esfuerzo, dedicación y más que nada voluntad para vencerse a uno
mismo, vertiendo en lo más posible el pensamiento hacia nuestro ser querido:
a.
Ser paciente con el otro,
b.
Ser prudente en el hablar,
c.
Ser amable ante las diferencias de puntos de vista,
d.
Ser sencillo y humilde en las reacciones,
e.
Ser honesto y leal en palabra y obra, buscando el bien del otro,
f.
Alegrarse con sus éxitos,
g.
Ser justo ante las incongruencias,
h.
Aceptar los errores,
i.
Saberse perdonar a sí mismo y perdonar al otro,
j.
Ser fiel de pensamiento y obra,
k.
Motivar al otro a seguir adelante,
l.
Mostrarle diferentes caminos para encontrar la paz interior,
m. Dejar ir las nimiedades,
n.
Luchar por ser coherente, dando ejemplo
Todas y cada una
de las propuestas de acción requerirán de fuerza de voluntad para vencer los
propios deseos para descubrir nuevas estrategias que ayuden a superar las
problemáticas de la pareja. Cabe
mencionar que el esfuerzo deberá ser de ambas partes.
Recuerden, no
están solos, van ¡de la Mano del Señor! por la bendición del Sacramento, y hay
muchas herramientas que podrán ayudarles a nivel humano, a través de cursos de
orientación familiar, documentos pontificios (cartas, encíclicas, etc.) muy valiosos
en los que pueden formarse y crecer en sabiduría.
¡Formarse nos ayuda a
EVANGELIZAR BIEN!
Afectísima
en Jesucristo,
Lilia Garelli
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por el gusto de proclamar El Evangelio.
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