Santifícalos con La Verdad.
Ciudad de
México, Enero 1 del 2019.
El escrito que a continuación se lee, es
parte de mi libro:
EL DEMONIO AL
ACECHO DEL MESÍAS
Un análisis de situaciones descritas en el
Evangelio,
que se sucedieron entre el Diablo y Cristo
Jesús.
62 DE 77
V.14.- CUSTODIA
DEL SEPULCRO
(Mt
27, 62-66)
“Al otro día, el
siguiente de la
Preparación , los sumos sacerdotes y los fariseos se reunieron
ante Pilato y le dijeron: ‘Señor, recordamos que este impostor dijo cuando aún
vivía: “A los tres días resucitaré”
Manda, pues, que
quede asegurado el sepulcro hasta el tercer día, no sea que vengan sus
discípulos, lo roben y digan luego al pueblo: “Resucitó de entre los muertos” y
la última impostura sea peor que la primera.
Pilato les dijo:
‘Tenéis una guardia. Id, aseguradlo como
sabéis.’ Ellos fueron y aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y poniendo
una guardia.”
Leví de Cafarnaúm (San Mateo), su
entrañable amigo, a quien el Divino Maestro había persuadido en la juventud que
estudiara para Fariseo (y que acabó siendo recaudador de impuestos por la
vileza de ideas y sentimientos que vio en esa gente), es el único de los
Evangelistas que reseña este momento.
Claro, Leví conoce muy bien la clase de escoria que éstos son. Ya hasta Satanás debe estar llorando su derrota
en algún lugar de las Tinieblas y, sin embargo, los que durante tanto tiempo
poseyó, ahora de su propia voluntad, siguen tramando cosas inmundas contra el
Mesías. Más mal, sobre el mal ya hecho,
diríamos.
Para la época de Jesucristo, los
fariseos llevaban más de dos siglos de existir como secta (con una escuela de
pensamiento diferente de la aplicación de la Ley de Moisés y las Tradiciones del Pueblo de
Israel), pendientes al principio de las buenas costumbres, incluso conocidos
como ‘hasidim’ (piadosos), fueron
degenerando conforme su poder político aumentó.
En
tiempos de Cristo, todo el poder gobernante, legal y económico dependía de los
fariseos y sus círculos más íntimos de agremiados a la secta. Mostraban una cara de enfrentamiento ante los
conquistadores gentiles del Imperio Romano, pero mantenían contactos velados
con todos los niveles de gobierno y milicia en Judea. La red de corrupción, sobornos, abusos y
extorsión que manejaban, abracaba en su totalidad la vida de los judíos. No en balde El Divino Maestro dijo a sus
discípulos: “En la cátedra de Moisés se
han sentado los escribas y fariseos.
Haced, pues, y observad todo lo que os digan; pero no imitéis su
conducta, porque dicen y no hacen.”
Es probable que los ‘buenos fariseos’ a
los que se refieren los Evangelistas en sus escritos (yo solo conozco de Gamaliel,
Nicodemo y José de Arimatea), hayan sido hombres cabales en su desempeño; no lo
dudo, lo que mucho me apena es que no haya podido difundir la verdad teológica,
religiosa, cronológica y ‘práctica’ de Jesús de Nazaret como el Mesías, el Hijo
de Dios, el Redentor. Queda claro que
tampoco la Fe de
estos hombres era suficientemente fuerte para ‘mover montañas’, o al menos, aminorar la furia demoníaca de sus
‘colegas’ dentro del Sanedrín Judío.
Con todo y que el sepulcro en donde fue
puesto el cuerpo de Jesús estaba en un terreno de José de Arimatea, miembro del
Consejo (Romano) y del Sanedrín Judío (a la vez); los Sumos Sacerdotes, sus
‘amigos’, ni siquiera tomaron en cuenta tal hecho, pues su ‘angustia’ es
manifiesta respecto de su ‘posible resurrección’.
Nada de lo que yo esté completamente
convencido, podrá levantar sospechas en mí. ¿Por qué la duda de los fariseos
ante las palabras de Jesús: “A los tres
días resucitaré”? Si hubiese sido un
‘simple ser humano’ de ninguna manera resucitaría; entonces, ¿están ellos
pensando que sí podría ser el Hijo de Dios, como se los dijo, y por lo que le
condenaron a muerte?
Aquí
yo podría decir: ¡Satanás, tu gente está empezando a dudar hacia el bien y la
verdad!, y esto, definitivamente no te conviene, menos aún si te arruinaron la
tarea de ‘desanimar a Jesús de querer ser el Redentor’ y ellos mismos te lo
convirtieron al decidir su muerte en “El
Cordero de Dios que quita el Pecado del mundo”. ¡Cristo en el sepulcro y en camino de la Resurrección , todos
los acechos del Demonio serán una bendición!
§ § §
Orar
sirve, oremos por nuestros Pueblos.
De
todos ustedes afectísimo en Cristo
Antonio
Garelli
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