Solemnidades y Fiestas de Guardar
De La Iglesia Católica
“Santifícalos con
La Verdad.
Tu Palabra es La
Verdad.”
Ciudad de
México, Diciembre 12 del 2018.
“En la
Solemnidad de Nuestra Señora de Guadalupe,
le confiamos la
vida de los pueblos americanos y
la misión
continental de la Iglesia.”
Papa Francisco
EL MILAGRO DE GUADALUPE
Muy
estimados todos en Cristo Jesús:
Con este
sucinto y escueto título, identificamos el suceso más grande que haya sido
operado por la Santísima Virgen María –obviamente, después de la Maternidad de
su Hijo– y que aún en nuestros días, sigue vigente. A partir de aquel insigne 12 de Diciembre de
1531, El Milagro de Guadalupe se ha
realizado TODOS LOS DÍAS, o sea, 177,880 ocasiones a la fecha. ¡Esto es lo que
yo llamo un Milagro verdaderamente constante!
Me refiero por
supuesto, al hecho Milagrosísimo de que Santa María de Guadalupe haya estampado
su divina imagen en la tilma de San Juan Diego; y que permanezca allí hasta el
día hoy. Esto quiere decir que, mientras
Nuestra Señora del Tepeyac pueda verse en su hermosísimo Santuario, todos los
que la veamos podemos estar seguros de que “allí está”.
¡No, claro que
no es Tonantzin! (qué cosas se les ocurren a los historiadores con tal de no
creer), ella dijo muy claro quién es: “. . . Yo
soy la siempre Virgen María, Madre del Verdadero Dios, por quien se vive.” Y en esos Milagros de sus apariciones, dejó
muy claro que otros milagros más se producirían en el transcurso de los
años. Y así es.
SEIS MILLONES
DE MEXICANOS (y alguno que otro extranjero, que sumados son más de cien mil),
REALIZAN SU PEREGRINACIÓN ANUAL PARA VISITAR A “LA MORENITA” –como la llamó
dulcemente San Juan Pablo II–, EN SU CASITA DEL TEPEYAC. ¡¡NADA EN EL MUNDO
GENERA UN MILAGRO IGUAL DE ASISTENCIA CADA AÑO; 20 MILLONES DE FIELES DEVOTOS
PEREGRINANDO!!
Todos llevan
sus agradecimientos POR LOS MILAGROS OPERADOS POR DIOS con la intermediación de
Santa María de Guadalupe; y aprovechando la visita, todos vuelven a solicitar
su intercesión para uno o varios de los asuntos que los aquejan. La Milagrosísima Imagen de Guadalupe (que no
es solo su imagen, sino que es ella misma), los ve, los oye, los siente a
todos; pero sobre todo, les entrega esa Paz Celestial que Ella misma refleja.
Oraciones
sencillas, palabras simples, rezos insistentes; o elaboradísimas homilías,
largos discursos; y hasta sonoras canciones –con mariachi incluido– ha de
escuchar La Madre del Verdadero Dios,
provenientes de sus visitantes. Para
todos tiene atención, no importa que sea Papa, Cardenal u Obispo; o que sea
presidente, mandatario, o jefe gobernante; o que sea profesionista, labriego,
ocupado o desocupado; incluso escucha a los más necesitados, los más pecadores,
aunque sean políticos, criminales o narcos.
Para todos tiene tiempo, porque “Ella allí está siempre”.
Todos tenemos
obligación anual de visitar a Santa María de Guadalupe en su Santuario del
Tepeyac (no lo digo yo, lo dijo Ella: “.
. . Me construya aquí una casita para oración.”); por lo
tanto, debiéramos ser CIEN MILLONES de visitantes anuales, no solo 20.
El Papa
Francisco no pudo venir, pero allá en su Basílica Vaticana de San Pedro,
celebró su Misa en Memoria de la Patrona de México y de Toda América.
Los Milagros de
Guadalupe siguen operándose sin falta, no importa que ya hayan sido más de
177,880 los días que han pasado con Ella en el Tepeyac.
Orar sirve, es bueno para nuestra alma y
nuestra mente.
De todos ustedes afectísimo en Cristo,
Antonio Garelli
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por el gusto de proclamar El Evangelio.
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