Santifícalos con La Verdad.
Ciudad de
México, Diciembre 7 del 2018.
DEL
LIBRO
Veritelius
de Garlla, Apóstol Gentil
68 de 130
Novus Villa Garlla Canea, Episcopâtus Cretiens
Septembris XXVII
LXV Anno Domini
LA II EPÍSTOLA
DE PETRUS APOSTÔLUS
Esa
difícil tierra conocida como Asia Menor, con tal diversidad de culturas,
costumbres y gente, siempre será un lugar que habrá que mantener vigilado, ya
que de forma contraria siempre generará problemas para Roma. Tanto Petrus
como Paulus, le dedicaron buena parte
de su tiempo de predicación; y qué decir del Apóstol Juan, quien lleva años en
Ephesus junto con Timoteo. Judíos de la
Diáspora, Galos de Belgium, Helénicos
de Hellas; Armenios, Mesopotámicos y
Partos; todos conviven en los mismos lugares y no tienen absolutamente nada en
común: ni historia, ni religión, ni leyes, ni lengua, bueno, pues, ni
semejanzas físicas hay entre todos ellos.
Casi podría yo asegurar que las tierras de Palestina y Asia Menor,
fueron pobladas con la gente que el Señor Dios dispersó en tiempos de Babel.
Allí
ha empezado ya la división de pensamiento respecto de Iesus Christi y su Evangelîum;
ya han salido ‘falsos profetas’ contraviniendo las enseñanzas de los Apóstoles,
con ideas desviadas y contrarias a los Divinus
Mandatus. Y para remediar este
hecho, Petrus, el Christus Vicarîus, ha escrito su segunda
carta para aclarar el mal proceder de algunas personas. Como siempre, el Apóstol es determinante,
pero suave; intransigente, pero sutil; adusto, pero amoroso.
Estoy
seguro que a esta gente de Asia Menor de poco le servirán las palabras del
Apóstol; pues la dureza de su corazón, la soberbia de sus pensamientos y la
necedad de sus ideas, no les permitirán captar el elevado contenido teológico
de la epistôla. Pero lo escrito no es solo para ellos; me
imagino mejor a la gente dentro de mil o dos mil años, siguiendo las
amonestaciones y recomendaciones de Simón Petrus
para fortalecer su Fe:
“. . . Porque en
ningún tiempo fue dada la profecía por voluntad de hombre; mas los Hombres
Santos de Dios hablaron siendo inspirados del Sanctus Spirîtus. . .”
¡Qué
bien lo dice el Santo Hombre de Dios, originalmente llamado Simón y renombrado
por el Mashiaj como Céphas; Petrus; piedra! Con estas tres líneas podría yo definir el “Christus Mandatus”: Santos Hombres de
Dios, escribiendo con inspiración del Paráclito, para las generaciones por
venir.
+ + +
Novus Villa Garlla Canea, Episcopâtus Cretiens
Decembris XIX
LXV Anno Domini
II CARTA DE PAULUS A TIMOTEO
Las
matanzas de Christiani en el Circus Maxîmus Romanorum han alcanzado
niveles infrahumanos y demoníacos; las formas de muerte para nuestros desvalidos hermanos, van desde las ‘gloriosas
armas de guerra’, hasta los gladiadores y las fieras. Toda Roma ha enloquecido con el frenesí
generado por los asesinatos que ha iniciado y sigue fomentando el más ruin y
nefasto ‘emperador’ que haya gobernado este vasto Imperio Romano: Nerone Cæsar, la inmunda escoria de los gens Iulius Claudius que
haría vomitar a sus honorables antecesores, bien ellos por lo dignos que
hubiesen sido; o por sus propias infamias.
Ojalá que los insufribles cronistas e historiadores, nada escriban de
estas detestables masacres; aunque lo dudo, pues igual que el César, viven y se
alimentan del dolor humano ajeno.
Los
millares de misivas que he recibido de todo tipo de ciudadanos romanos, para
que yo encabece una rebelión contra el César, tienen su tope máximo de dolor en
esta segunda epístola que Paulus le
escribe a su queridísimo Timoteo. Se
‘siente’ de tal forma el sufrimiento por el que pasa el Apóstol de los
Gentiles, que pareciera que él mismo ‘presiente’ ya su martirio. No puedo dejar de llorar en cada línea que
leo; desde el saludo hasta la despedida son angustiantes:
“. . . Trabaja
como buen soldado de Iesus Christi; pues ninguno que milita para Dios, se afana
solo por los negocios del siglo, a fin de aguardar a Aquél para quien se
alistó. . .”
“. . . Entiende
lo que digo; porque el Señor te dará inteligencia en todo. Acuérdate que el
Señor Iesus Christi resucitó de entre los muertos, según el Evangelîum, en el
que trabajo hasta estando en prisiones como un malhechor. . .”
“Por tanto lo
sufro todo por los escogidos, para que ellos alcancen también la salud, que es
en Iesus Christi, con la Gloria del Cielo.
Fiel palabra: Si somos muertos con Él, también con Él viviremos. . .”
Este
es el denominador de los cientos de consejos y recomendaciones que da Paulus, no solo a Timoteo, sino a todos
los Christiani que lleguen a existir
‘per
sæcûlum seculorum’. Son sus palabras hoy, para toda la existencia
humana.
“. . . Porque yo
ya estoy a punto de ser sacrificado, y cerca está el tiempo de mi muerte. Yo he peleado la buena batalla, he acabado la
carrera, he guardado la Fe. Por lo
demás, me está reservada la corona de la justicia, que el Señor, Justo Juez me
dará en aquél día. . .”
¡¡¿Qué
hago Señor Iesus Christi?!! ¡¡Ya no soporto más saber del sufrimiento de
mis hermanos y seguir inmóvil ante ello!!
¡Ya no quiero solo ser el mensajero de las pésimas noticias de
injusticias, martirios, muertes y calamidades.
¡Señor mío Iesus Christi,
dímelo en un sueño, o que alguno de tus elegidos me lo ordene, y de inmediato
habrá mil Legiones Romanas salvaguardando a tus fieles! ¡No importa que yo sea
un anciano, mis hombres obedecerán mis órdenes como cuando era yo plena
vitalidad y vigor!
Me
mantengo sin reacción, solo por acatar las palabras de la Santísima Virgen
María, Madre del Salvador; y de su Vicario, Petrus
Apostôlus; aquéllas que me dijeron en ocasión de la primera ejecución
ordenada por Tiberio César cuando los iudaicus
asesinaron al Discípulo Esteban en Hierosolyma, allá en el lejano XXXVI A. D.:
“. . . El mal, Veritelius, solo genera más mal; y la
justicia de los hombres no es la Justicia de Dios. No hagas nada de lo que después tengas que
arrepentirte. Doblega con el bien al mal
hecho. . .”
Eso
dijo María Madre; y por el estilo fue lo que señaló el Apóstol:
“. . . Todos nosotros moriremos en Nombre de nuestro
Señor Iesus Christi, Veritelius, eso lo sabemos bien y lo hemos aceptado como
un hecho. Porque morir en Iesus Christi,
es alcanzar la vida eterna. . .”
Eso
y solo eso he hecho; pero ya son muchos los muertos Christiani desde
entonces. ¡Christus meus, dareum Mandatus
Tuus!
+ + +
Novus Villa Garlla Canea, Episcopâtus Cretiens
Octobris XXVI
LXVI Anno Domini
MARTIRIO DE
JUAN, PERO SOBREVIVE
El
informe que tengo en mis manos, llegado ahora mismo desde Ephesus, hiere mi alma de una forma muy singular: Juan hijo de
Zebedeo, el hermano menor de ‘Sant-Iacob”; el más joven de los Apóstoles, ha
sido martirizado por inmersión de su cuerpo en una paila de aceite hirviendo,
¡PERO NO LE HAN PODIDO MATAR! ¡Esto es un milagro del Señor, sin lugar a
dudas!, pues los doce soldados Legionarios Romanos de la escolta que le
‘cuidaba’, han muerto en el linchamiento tratando de defender al Apóstol de la
turba agresora que les atacó.
Mucha
gente ha muerto en la emboscada, pero el joven Apóstol Juan ha sobrevivido al
suplicio al que ha sido sometido por sus sanguinarios agresores; algunos de los
cuales, al ver el milagro, se han convertido allí mismo al darse cuenta del
portento que el Señor ha realizado para salvar la vida de uno de Sus Elegidos.
¡Alabado sea Iesus Christi!
¡A
mí no me queda ni la menor duda de lo que realmente ha sucedido!, pues ha
quedado de manifiesto que: “. . . La
Misericordia de Dios es infinita. . .” y “. . . Sus caminos no son los caminos de los hombres. . .” El Señor ha hecho posible que el ‘benjamín’
de sus Apóstoles, el más pequeño de ellos, de tan solo dieciocho años cuando el
Divino Rabbuni le escogió, sobreviva
a un tormento de muerte segura para cualquier hombre, pero no para uno de los
Santos de Dios.
Allá
iré por él, hasta Ephesus navegaremos para traer al Apóstol a Canea a fin de
que se recupere de sus males físicos y ¡QUE SE PONGA A ESCRIBIR!, porque es
realmente muy poco lo que ha hecho; cierto es que su carta resultó sensacional
en cuanto a enseñanza y sublimidad, pero yo creo que el joven Apóstol nos puede
dar más, mucho más de lo que hasta ahora hemos recibido.
† †
†
Orar
sirve, oremos por nuestros Pueblos.
De
todos ustedes afectísimo en Cristo
Antonio
Garelli
Tu Palabra es La Verdad.
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Solo por el gusto de
Proclamar El Evangelio.
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