Santifícalos con La Verdad.
Ciudad de
México, Diciembre 28 del 2018.
DEL
LIBRO
Veritelius
de Garlla, Apóstol Gentil
Entrega No. 71
Mare
Nostrum, Mare Ægeum, Mare Cretiens
Novembris IV
LXVI Anno Domini
NUEVAMENTE EN
CASA
El
alba y su Sol Autumnus (que desplanta
en el Levante Meridionalis en esta
época del año), nos encuentra frente a las costas Septentrionalis de Creta, a cincuenta millas de Canea; no más de
tres horas de navegación. Durante la
noche, Silenio Abdera ordenó el avance más rápido hacia Canea, de la liburna
más ligera y veloz con que contamos; ésta, llegando al Puerto ha dado aviso de
lo ocurrido y ha regresado con más de cien naves, comandadas por Sóstenes
Kirítis y sus hijos, armadas para batalla; nos esperan a diez millas de la
Península de Novus Villa Garlla Canea. Aguardan mis instrucciones para hacerse a la
mar y ‘cazar’ a los agresores que han perpetrado el ataque.
Nada
se hará; el mal solo genera mal. “Vence con el bien al mal”, así me lo
dijo la Virgen Madre hace treinta años; así se lo comenté algún día a Paulus; y él lo dejó registrado en su
Epístola a los Efesios. Ciertamente no
le enviaré mi agradecimiento a los helénicos que nos han atacado, pero ninguna
represalia ordenaré contra ellos. El
Señor se encargará de sus vidas, así como ha dispensado la mía. Perdimos quince hombres; más de cien heridos,
incluido yo; más de sesenta embarcaciones hundimos e incendiamos con nuestras
embestidas; ellos pudieron haber tendido más de un millar de muertos. Todo esto es ya suficiente mal como para
pensar en generar algo mayor. Que la Lex Romana se ocupe de ellos; y que la
Misericordia de Dios no nos desampare.
Lili,
mi amada esposa, ha esperado llena de angustia mi arribo; también ha sido
avisada de los sucesos y ha llorado durante todo este tiempo. Estamos llegando a Novus Villa Garlla Canea
a la tercera hora del día; me han subido desde Canea en una lectica, una especie de litera, como una
silla solium sin patas, que han
cargado los brazos fuertes de ocho corpulentos remerii. Aún no puedo hablar
¡y me muero de hambre!, pues ha pasado un día completo sin que haya ingerido
alimento alguno.
Mis
camilleros se detienen en la gran pérgola de entrada del domus y, a pesar de lo débil que me encuentro, desciendo por mi
propio pié del ‘transporte’; y al instante en que todos me ven con la flecha
clavada en el cuello, las expresiones de sorpresa no se hacen esperar,
encabezados por el grito de llanto y angustia de mi amada esposa, quien es
detenida por sus ayudantes antes de que caiga desfallecida por la
impresión. Me dirijo hacia ella de
inmediato y la estrecho con fuerza con mis debilitados brazos en mi dolorido
pecho, para apaciguar su llanto y desamparo.
Entonces intento decirle algo de lo mucho que quisiera expresarle:
–
A Dios gracias, hoy no voy a morir.
Quizás después, pero no esta vez.
La
voz ha salido ronca, rasposa y con un susurro sumamente leve, casi
imperceptible, ¡pero he podido hablar!
¡¡Alabado sea Iesus Christi!!
Los
rostros de Silenio y Tulio, y de muchos otros, estallan en llanto ante la
alegría y emoción de haber escuchado salir una voz de mi boca, no la mía,
ciertamente, pero una voz al fin. La
herida de la flecha duele muchísimo aún, y el movimiento de la cabeza es
imposible sin dolor; pero me doy cuenta de que el aspecto del dardo encajado en
mi cuello es muy desagradable y a todos impresiona mucho, por lo que le pido al
Maiordomus que me traiga unas tijeras
grandes para cortar la madera que sobresale de mi cuerpo, pues no correré el
riesgo de extraer el proyectil que podría ocasionarme una muerte segura.
Si
no me mató al entrar, es porque Dios nuestro Señor así lo quiso; así que yo no
le voy a dar oportunidad de matarme al salir. Si esta es la Voluntad de Dios,
pues ahí que se quede; viviremos juntos lo que resta de vida, mi “Saeta Achaia”
y yo.
+ + +
Novus Villa Garlla Canea, Episcopâtus Cretiens
Decembris V
LXVI Anno Domini
VERITELIUS DE
GARLLA CONVALECIENTE
Aún
me recupero de mis heridas, pero la carta del Apóstol Juan es ‘un bálsamo’ para
mi alma:
Amadísimo Hermano en Iesus Christi Veritelius de
Garlla.
Doy gracias a nuestro Señor por haberte conservado
la vida, después del artero y
desagradable ataque que han sufrido todos ustedes durante su viaje de
regreso a Canea, después de la visita que me han realizado en Ephesus y de mi
traslado a Patmos.
También
tú, Veritelius, puedes decir que el Señor operó un milagro en tu vida; pues ni
las flechas que impactaron mortalmente tu cuerpo, han podido acabar ni con tu
existencia ni con el cumplimiento del “Christus Mandatus”.
Que te quede muy claro mi amado ‘Apóstol
Gentil’, que tu labor aún no ha terminado y que nuestro Señor Iesus Christi
todavía tiene planes en tu vida.
Aplícate a cumplirlos,
Oro al Señor para que te dé la pronta recuperación
de tus heridas corporales, pues estoy plenamente seguro que tan indeseable
acontecimiento del mal, solo ha logrado reafirmar tu Fe en Dios, fortalecer tu
Esperanza en el Señor y aumentar tu Caridad hacia tus amados hermanos los
hombres; ya que es amor lo único que necesitamos para estar cerca del Padre;
pues Dios es Amor.
Recibe mi bendición Apostólica y la seguridad de mis
oraciones.
Iohannês
Apostôlus
Servus Domini
Le
agradezco infinitamente a Iohannês
Apostôlus sus palabras y sus parabienes; con ello he logrado sentir gran
paz en mi alma y tranquilidad de espíritu, de cara a Dios nuestro Señor. Me apego a sus lineamientos y consejos.
¡Alabado
sea Iesus Christi!
+ + +
Novus Villa Garlla Canea, Episcopâtus Cretiens
Maius XIII
LXVII Anno Domini
CARTA CATHOLÎCUS DE JUDAS TADEO
De
aquéllos seis Apóstoles que conocí en mi primer viaje a Hierosolyma, en el XXXIII A.
D., Petrus, Mateo, Santiago el
Menor, Judas, Andrés y Juan; ahora puedo decir que solo Andrés, el hermano
menor de Petrus, martirizado hace
cuatro años, nunca escribió. Ya Petrus con sus dos Cartas Catholîcus y El Evangelio según Juan
Marcos (que también es de él); Mateo, por supuesto, con el Primer Documento
Apostólico que es El Evangelio según Mateo; Santiago y Juan también con sus
Epístolas Católicas, solo faltaba al menos un escrito de Judas; ya lo ha hecho,
es muy pequeño, pero muy oportuno.
La
dirige a todos los Christiani en
general, iudaicus o gentiles, y
reafirma la posición reprobatoria de los Apóstoles respecto a las predicaciones
sediciosas de ‘supuestas revelaciones más allá de las enseñanzas directas del
Divino Rabbuni’, que mezclan ideas iudaicus,
con persas y Christiani; lo que
obviamente da una ensalada de pensamientos contradictorios entre sí
mismos. Dice claramente el Apóstol Judas
Tadeo qué les espera a esos hombres que con sus ideas torcidas quieren destacar
en medio de las Congregaciones.
† †
†
Orar
sirve, oremos por nuestros Pueblos.
De
todos ustedes afectísimo en Cristo
Antonio
Garelli
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