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martes, 20 de noviembre de 2018

De mi libro: DAM - 56 - El Juicio de Pilato


Santifícalos con La Verdad.

Ciudad de México, Noviembre 21 del 2018.

DEL LIBRO
EL DEMONIO AL ACECHO DEL MESÍAS

56 DE 77

V.8.- JUICIO DE PILATO
(Mt 27, 15-26; Mc 15, 6-15; Lc 23, 13- 25)

“Cada fiesta les concedía la libertad de un preso, el que pidieran.  Había uno, llamado Barrabás, que estaba encarcelado con aquellos sediciosos que en el motín habían cometido un asesinato. 

Subió la gente y se puso a pedir lo que les solía conceder.  Pilato les contestó: ‘¿Queréis que os suelte al Rey de los judíos?’ (Pues se daba cuenta de que los sumos sacerdotes le habían entregado por envidia).

Pero los sumos sacerdotes incitaron a la gente a que dijeran que le soltase más bien a Barrabás. 

Pero Pilato les decía otra vez: ‘Y ¿qué voy a hacer con el que llamáis el Rey de los Judíos?’  La gente volvió a gritar: ‘¡Crucifícale!’

Pilato les decía: ‘Pero ¿qué mal ha hecho?’ Pero ellos gritaron con más fuerza: ‘¡Crucifícale!’

Pilato, entonces, queriendo complacer a la gente, les soltó a Barrabás y entregó a Jesús, después de azotarle, para que fuera crucificado.”

Evangelio según San Marcos

A la narración arriba transcrita (que es la hecha por San Marcos – y que los demás Evangelistas registran ese momento prácticamente con las mismas palabras), se agregan los siguientes hechos:

“Mientras (Pilato) estaba en el tribunal, le mandó a decir su mujer: ‘No te metas con ese justo, porque hoy he sufrido mucho en sueños por su causa.’. . .”
“Entonces Pilato, viendo que nada adelantaba, sino que más bien se promovía tumulto, tomó agua y se lavó las manos delante de la gente diciendo: ‘Inocente soy de la sangre de este justo.  Vosotros veréis.’  Y todo el pueblo respondió: ‘¡Su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos!’ . . .”

Evangelio según San Mateo

“. . . Me habéis traído a este hombre como alborotador del pueblo, pero yo le he interrogado delante de vosotros y no he hallado en este hombre ninguno de los delitos de que le acusáis.  Ni tampoco Herodes, porque nos lo ha remitido.  Nada ha hecho pues que merezca la muerte.  Así que le castigaré y le soltaré. . .

Evangelio según San Lucas

“. . . Desde entonces Pilato trataba de liberarle, pero los judíos gritaron: ‘Si sueltas a ése, no eres amigo del César; todo el que se hace rey se enfrenta al César.’ . . . ‘¿A vuestro Rey voy a crucificar?’ Replicaron los sumos sacerdotes: ‘No tenemos más rey que el César.’ Entonces Pilato lo entregó para que fuera crucificado.”
Evangelio según San Juan
        
         He querido transcribir los diferentes detalles de este momento que narran Los Cuatro Evangelistas, para que se vean claramente los instantes de voluntad humana, que pudieron haber cambiado el rumbo de los acontecimientos, pero que el Rey de las Tinieblas violentó:
         - Inicio con la esposa de Pilato, tratando de disuadir a su esposo de       participar en esa parodia en la que lo habían envuelto los judíos; tan solo     con que Poncio Pilato la hubiese escuchado, otro habría sido el resultado.        No te metas con ese justo, porque hoy he sufrido mucho en  sueños por         su causa. (Mt 27,19), le había dicho ella mientras estaba sentado en el          tribunal, ‘juzgando’ a Jesús.
         - Luego está la posición de Pilato mismo, queriendo tomar antecedentes          muy          precisos y circunstancias muy reales (algo poco usado por los      Procuradores Romanos de las Provincias del Imperio) para su supuesto   ‘juicio’ (en el cual hubo de todo menos ‘impartición de justicia’), para        acabar diciendo ‘que él era inocente’ de lo que pudiera suceder.    
         - Sigo con los Sumos Sacerdotes, arengando al pueblo para conseguir   sedición a su favor y violentando los acuerdos de concordia que hacía          pocos días habían pactado con los siempre odiosos invasores Imperiales.
         - Y acabo con la multitud, quienes despersonalizados y masificados       fueron presa fácil de los deseos del Demonio, el cual, por cierto,     deambulaba en medio de todos al acecho del Mesías.

         Lo que Satanás esperaba a estas alturas de la vejación de Jesús de Nazaret, era que éste se diera cuenta de lo voluble que somos los seres humanos, a los cuales Él quería salvar, y de lo poco que le tomaríamos en cuenta.  Lo que el Diablo planeaba era la dimisión del Cristo, la rendición del Salvador, la derrota del Redentor.  Lo tenía todo planeado; pero lo que no calculó bien el Demonio, fue el grado de obediencia que El Verbo Encarnado le tenía a Dios Padre.  Él sí le era fiel, no como Lucifer que traicionó la confianza del Creador en la encomienda recibida en el Edén, para ser guardián del hombre. 

Jesucristo sí quería ser ‘el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo’, porque ésa era la Voluntad del Padre; porque para eso había venido al mundo, para redimirnos del pecado.  Estas son las razones por las que la voluntad humana de todas esas personas fue invadida por el Demonio, porque él quería hacer caer a Jesús en su intento de salvación.

         Pero fue precisamente ese estado de esquizofrenia colectiva, lo que arruinó los planes del Satán.  Ya no pudo dominar las voluntades humanas y se le salieron de control; la turba ya no pensaba en disuadir al Rey de los judíos de sus doctrinas de salvación, sino que ahora querían matarlo; que era precisamente lo que no quería el Diablo.  Algunos de los actores estaban conscientes de la gravedad de los acontecimientos, pero ya nada pudieron hacer.  Ni siquiera el Demonio.  Tanto es así, que en el futuro muy cercano estos mismos protagonistas van a recordar sus errores y pagarán las consecuencias por lo hecho y lo dejado de hacer en este ‘juicio’:

         - Pilato es llamado a Roma tres años después de la muerte de Jesús de   Nazaret, para revisar el proceso judicial seguido en ese caso y es acusado   de negligencia ante el César.  Termina suicidándose.
        
         -  Herodes Antipas viaja a Roma a solicitar del Emperador Calígula la   obtención del título de Rey de Judea (de donde era Tetrarca); y en lugar        de ello, en el 39 d.C. es depuesto y desterrado, primero a la Galia y luego       a Hispania en donde muere envenenado por sus guardias y sirvientes.

         - Caifás es destituido como Sumo Sacerdote en el año 36 d.C. por el      gobernador romano Vitelio; es despojado de todas sus prerrogativas y privilegios, así como de su influencia en el Sanedrín. Es repudiado públi-   camente por los miembros Saduceos.  Muere de lepra en el año 37 d.C.

         - Satanás mismo da cuenta de la Resurrección del Señor a la Gloria de   Dios, por lo que es vencido por Cristo en la muerte.  Igualmente, es testigo      del nacimiento y consolidación del Nuevo Pacto entre Dios y el mundo.

         Estos son los ‘logros’ obtenidos por el Maligno y sus secuaces en el ‘Juicio de Pilato’; este fue el resultado inmediato obtenido por el Demonio en el acecho del Mesías: un veredicto de muerte, que ni al Diablo le convino.  Ahora que, si se trataba de impedir ‘el sacrificio de Jesús’ (que lo llevaría de inmediato a su auténtica designación como Cordero de Dios), parece irónico, pero Satanás pudo haber ‘actuado con bondad’ en el momento de la sentencia de Pilato; esto es, ‘aplicando solo el bien’ habría impedido que Cristo fuera crucificado. Que ¿cómo es eso?  Simple, apelando al César.

         El recurso de apelación a una sentencia ya estaba considerado dentro del Derecho Romano y podían solicitarlo los ciudadanos romanos y los extranjeros que ayudaran al Imperio en sus países de origen.  Uno de esos, era José de Arimatea, amigo de Jesucristo y miembro del Sanedrín Judío y del Consejo de Gobierno del Procurador Romano. José, junto con Gamaliel y Nicodemo, pudieron haber hecho frente a las anomalías cometidas tanto en el juicio judío como en el romano.  Valiéndose de ‘gente buena’ y haciendo ‘cosas buenas’, el Diablo pudo haber logrado algo que con maldad no pudo alcanzar: impedir el Advenimiento del Salvador.

         Realmente lo siento Satán, se te pasó un pequeño detalle: ¡el mal solo genera mal! ¡¡Hasta para ti!!  Nada ni nadie puede obtener algo ‘bueno’ aplicando solo maldad en sus acciones.  El bien genera mayor bien; el mal no genera nada, solo se continúa degradando en todo cuanto esté, toque o sea.


§ § §


Orar sirve, oremos por nuestros Pueblos.

De todos ustedes afectísimo en Cristo

Antonio Garelli



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