“Santifícalos con La
Verdad.
Tu Palabra es La
Verdad.”
Ciudad de
México, Octubre 15 del 2018.
“Velad y orad
para que no caigáis en tentación;
que el espíritu
está listo, pero la carne es débil.”
Jesucristo
(Mt 26, 41)
PRIMERA ENTREGA DEL
MANUAL DE ORACIONES
PRESENTACIÓN
La
oración y los Sacramentos son el alimento de la vida cristiana; por ello, La
Iglesia recomienda encarecidamente a los fieles que dediquen espacios de su
tiempo a la oración, al diálogo espontáneo y familiar con Dios nuestro Señor, y
susciten en su corazón actitudes de adoración, de admiración de gratitud, de
petición, de contrición.
La
oración debe ser como una atmósfera que envuelva toda la vida personal,
familiar, social y todo lo que constituye sus problemas cotidianos: el
alimento, el amor, el trabajo, la salud, la amistad, el dolor, los
acontecimientos del propio país, los del mundo, y los de La Iglesia.
El
Movimiento Regnum Christi presenta a
sus miembros el Manual de Oraciones, como una ayuda para su oración en las diversas
circunstancias de la vida y como un medio de comunión entre todos los miembros
esparcidos por el mundo. En él se
encuentran con las oraciones propias del Movimiento, otras oraciones que La
Tradición de La Iglesia ha recogido a lo largo de los siglos y que han sido
aprobadas y enriquecidas por los Sumos Pontífices.
Ojalá
que para todos sea un estímulo para la oración personal y familiar, para la
oración de lo equipos y para el enriquecimiento espiritual de todos.
Roma, Italia, 15
de Agosto de 1992
Solemnidad de la
Asunción de
La Santísima
Virgen María a los Cielos
I. Al
Levantarse
El cristiano, en el momento en que
se despierta, santifica los primeros instantes del día dando gracias a Dios y
confiándole la jornada con sus trabajos, ocupaciones, preocupaciones, penas y
alegrías.
Invocación
¡Cristo Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Padrenuestro
Padre nuestro, que está en el Cielo,
santificado sea tu nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la Tierra como en
el Cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.
Avemaría
Dios te salve, María, llena eres de
Gracia. El Señor es contigo.
Bendita tú eres entre todas las mujeres
y bendito es el fruto
de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por
nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Petición Inicial
Señor y Padre mío, inspira mis
pensamientos, palabras y acciones y acompáñalos con tu ayuda, para que todas
mis actividades comiencen y terminen según tu voluntad y por amor a ti. Por
Jesucristo nuestro Señor. Amén.
II. Ofrecimiento
de obras
(preferentemente en la mañana)
En
el nombre del Padre + y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén
Oración a la Santísima Trinidad
Señor y Padre mío, Dios del Cielo y de
la Tierra, Padre Creador, Hijo Redentor, Espíritu Santo Santificador. Te adoro y te amo con todo el corazón, Te doy
gracias por haberme creado, por haberme redimido, por haberme llamado a la Fe
Católica y por haberme conservado durante esta noche. Te ofrezco en este día mi oración, mi trabajo
y mi cansancio, mis sufrimientos y mis alegrías; haz que todo lo haga por amor
a ti y según tu voluntad. Dame firmeza
en la vivencia de mi vocación cristiana, paciencia en el sufrimiento, audacia
en la confesión de mi fe, sabiduría en el camino de la vida, caridad den mis
relaciones con los hombres. Líbrame del
pecado y de todo mal. Que tu Gracia esté
siempre conmigo y con todos los que amo.
Amén.
Oración a Jesucristo
Jesucristo, fiel amigo de mi alma y Rey
Supremo del Regnum Christi, te
renuevo la ofrenda que te he hecho de mi vida, para que me enseñes a hacer tu
voluntad, para que me fortalezcas en tu seguimiento, para que te imite en las
virtudes cristianas, especialmente aquellas que más te agradan: la caridad, la
humildad, la justicia y la rectitud. Concédeme ser un apóstol fiel y celoso de
tu Iglesia y la gracia de poder anunciar en este día tu mensaje de salvación a
aquellos hermanos que encuentre en mi camino.
Que por la convicción con que viva mi Fe Católica y el ardor con que la
transmita, me convierta en fecundo conquistador de almas para el Reino. Amén.
Oración a la Santísima Virgen
Madre mía, vengo ante ti en este nuevo
día a bendecirte por las cosas grandes que ha hecho en ti Dios Todopoderoso, a
agradecerte las gracias que me has alcanzado, a consagrarte todos mis pensamientos,
palabras y obras y a pedirte tu bendición para mí y cada uno de los miembros
del Regnum Christi. Intercede ante Dios por nosotros que,
esparcidos por el mundo, nos esforzamos en vivir la Fe, La Esperanza y La
Caridad, de las que tú nos das tan admirable y alto ejemplo.
Concédeme imitar la vida de oración, de
obediencia. De humildad, de fidelidad de sacrificio y de sencillez que
compartiste con tu Hijo, nuestro hermano y Señor. Ayúdame a formar un corazón
manso y humilde como el de tu Hijo Jesucristo; y alcánzame la gracia de
recibirle en el Sacramento de su Amor, con el fervor con que tú lo hacías en
los años de tu soledad.
Dile a Jesús, oh Madre, cuánto le quiero
amar, cuáles son mis deseos de santificación y de apostolado. Dile con qué fervor y constancia quiero
servirle en el Regnum Christi, que ha
de ser un instrumento fiel para la extensión de su Reino entre los hombres.
Hasta aquí la
aportación del Manual de Oraciones (Primera entrega).
El Lunes próximo
entregaremos una aportación más.
Orar sirve, es bueno para nuestra alma y
nuestra mente.
De todos ustedes afectísimo en Cristo,
Antonio Garelli
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Solo
por el gusto de proclamar El Evangelio.
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