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jueves, 23 de agosto de 2018

HOMOSEXUALIDAD Y DEPRAVACIÓN


“Santifícalos con La Verdad.
Tu Palabra es La Verdad.”


Ciudad de México, Agosto 23 del 2018.


“Vence al mal con el Bien.”
San Pablo Apóstol



HOMOSEXUALIDAD Y DEPRAVACIÓN

Muy estimados todos, en Cristo Jesús:

¿Qué fue primero, el huevo o la gallina?” Esta capciosa pregunta la escuché por primera vez en la Ciudad de México del 1960; nosotros estábamos arribando a la gran ciudad procedentes de un pueblo muy pequeño, pero hermoso: Tuxpan, Veracruz.  Atrás habíamos dejado un rancho, un bellísimo río y La Naturaleza; así que, para un niño de nueve años, enseñado por la naturaleza, esa preguntita era poco más que tonta.

¡Por supuesto que lo primero que se necesita es un huevo, para tener una gallina!  Y, ¿quién puso ese huevo? ¡Pues una gallina! Entonces, lo primero fue la gallina, no el huevo. . . y así sucesivamente.

Hoy leí que un Eminentísimo Cardenal ha dicho que este horripilante período que está viviendo la Iglesia por los abusos sexuales, se debe a la aceptación de la homosexualidad en nuestras sociedades; que por esa razón se han multiplicado los casos de sacerdotes, consagrados y fieles involucrados en abominables actos de homosexualidad, transexualidad, lesbianismo y más. . .

Yo le recomendaría a todos nuestros clérigos que si van a abrir la boca, sea para pedir perdón y ofrecer disculpas SINCERAMENTE.  Nada más.  No tratar de explicar los depravados hechos de que nos hemos enterado, justificando a los malos con el mal y suponiendo la generalidad de uso para justificar el abuso.  No importa qué fue primero, si el huevo o la gallina; lo que importa es que son muchísimos casos con evidencia, testimonio y proceso legal; ¡¡Y QUE NO DEBERÍA EXISTIR NI UNO SOLO!!

No, no son las desviaciones sexuales de nuestra sociedad lo que ha causado tan denigrantes acontecimientos, es la depravación sexual a la que le hemos dado cabida; es el pecado infame con el que convivimos; son las desviaciones morales que permitimos y, es más, solapamos y callamos.  No es la sociedad, somos los individuos.  No es que el mal ‘pulule’ por doquier, es que no lo rechazamos en nuestro ser y hacer.   

Ha dicho (cuando Papa), el Papa Emérito Benedicto XVI que “. . . no porque el mal sea la actuación de la mayoría, y sea aceptado, ya está bien; el Mal es Mal porque es un desapego del Bien, no por su transigencias o aceptaciones.

Si yo escribo aquí todo lo que me apena, mortifica y molesta esta situación, servirá de poco o de nada en aquellos que han vivido tales abusos sexuales; tanto el abusador como el abusado.  No es que de palabra nos adhiramos a la pena de canallas e inocentes; es que tenemos que MATERIALMENTE ERRADICAR LA DEPRAVACIÓN SEXUAL DE NUESTRAS VIDAS; ES QUE DEBEMOS DENUNCIAR Y DEMANDAR A LOS ABUSADORES, al momento en que sepamos que hayan cometido sus infamias; más aún si éstos son sacerdotes, monjas, monjes o cualquier tipo de consagrados o ministros de culto.  

Yo espero que en el cielo a estos tales los clasifiquen como perpetradores del ‘pecado contra el Espíritu Santo, del cual no hay perdón.  El mal de muchos, es consuelo de tontos.

Aquí les dejo el acceso a la Carta del Papa sobre este asunto.

Orar sirve, es bueno para nuestra alma y nuestra mente.

De todos ustedes afectísimo en Cristo,

Antonio Garelli





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