¡Alabado sea Jesucristo!
Ciudad de
México, Diciembre 3 del 2017.
Cumpleaños de
Carlitos, Primigenio de mis Nietos.
“Buscad primero el
Reino de Dios y su Justicia. . .”
Jesucristo
(Mt 6, 33)
PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO
No más ‘pecados fáciles’.
Muy estimados todos, en Cristo Jesús:
El Tiempo de
Adviento debemos usarlo para ‘limpiar nuestra
alma y nuestro cuerpo, para recibir al Niño Dios de la mejor forma posible.’ La Navidad
debe significar para nosotros un “borrón
y cuenta nueva” de todo el mal que hemos acumulado durante el año,
consciente o inconscientemente.
Prepararnos para La Venida del Verbo, Dios Hecho Hombre, debe ser para
cada uno EL momento del año; para eso
sirve el Adviento.
No podemos alcanzar
grandes logros, si no dominamos día a día las pequeñas desviaciones de nuestro
ser; así que esos ‘pequeños pecaditos’,
deben ser borrados antes de cometerse.
En el pensamiento empiezan todos nuestros desaciertos; ya sea que los
meditemos pausadamente o los deduzcamos a velocidad supersónica, los Pecados
de Pensamiento dan cabida a males mayores. Aquí es donde debemos comenzar.
La intencionalidad
de nuestras deducciones, originan o eliminan las ‘malas acciones’; inclusive
antes de que la voluntad y el libre albedrío empiecen a funcionar. En un sinnúmero de ocasiones nuestros
pensamientos pueden ‘tomarnos por
sorpresa’, bien sea que estemos muy ocupados en otros asuntos, o que no
podamos detenernos a reflexionar tal o cual idea, o que ni siquiera nos demos
cuenta de lo que estamos pensando.
Para eso sirve orar,
para que pidamos la ayuda de Dios en nuestras obras; para que si estamos ‘muy
ocupados’, ALGUIEN MÁS tome el rumbo de nuestras acciones, y sean buenas por
definición. Para eso sirven los Santos Patronos,
las Intervenciones Marianas, y ante todo, ¡NUESTRO ÁNGEL DE LA GUARDA!, por
ello le invocamos diariamente:
“Ángel del Señor, que eres mi Custodio,
puesto que La Providencia Soberana me encomendó a
ti,
ilumíname, guárdame, rígeme y gobiérname en este
día.
Amén.” †
O más sencillo aún:
“Ángel de la
Guarda, dulce compañía,
no me desampares,
ni de noche ni de día.”
Amén. †
Esta Primera Semana
de Adviento, quitémonos de la cabeza los ‘pecadillos’, esos que solo pensamos;
los que nunca llegan a decirse y mucho menos a hacerse, pero que pueden ser
causa de males mayores. Convirtamos
nuestras intenciones en buenas acciones.
Hagámoslo por el Niño Dios que está por nacer.
Orar sirve, es la mejor forma de
permanecer con Dios.
De todos ustedes afectísimo en Cristo,
Antonio Garelli
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