¡Alabado sea Jesucristo!
Ciudad de
México, Noviembre 22 del 2017.
EL DEMONIO AL
ACECHO DEL MESÍAS
4 DE 77
I.4.- LA ADORACIÓN DE LOS
MAGOS
(Mt
2, 1-12)
“Nació Jesús en
Belén de Judea, en tiempo del rey Herodes, unos magos que venían de Oriente se
presentaron en Jerusalén, diciendo: ‘¿Dónde está el Rey de los judíos que ha
nacido? Pues vimos su estrella en el Oriente y hemos venido a adorarle.’
En oyéndolo, el
rey Herodes se sobresaltó y con él toda Jerusalén. Convocó a todos los Sumos Sacerdotes y
Escribas del pueblo, y por ellos se estuvo informando del lugar donde había de
nacer el Mesías. Ellos le dijeron: “En
Belén de Judea, porque así está escrito por medio del profeta:
‘Y tu Belén, tierra de Judá,
no eres, no, la menor entre los
principales clanes de Judá;
porque de ti saldrá un caudillo
que apacentará a mi pueblo Israel.’”
Entonces Herodes
llamó aparte a los magos y por sus datos precisó el tiempo de la aparición de
la estrella. Después, enviándolos a
Belén, les dijo: “Id e indagad cuidadosamente sobre ese niño; y cuando lo
encontréis comunicádmelo, para ir también yo a adorarle.”
Ellos, después
de oír al rey, se pusieron en camino, y he aquí que la estrella que habían
visto en el Oriente iba delante de ellos hasta que llegó y se detuvo en el
lugar donde estaba el niño.
Al ver la
estrella se llenaron de inmensa alegría.
Entraron en la casa; vieron al niño con María su madre y, postrándose,
le adoraron; abrieron luego sus cofres y le ofrecieron dones de oro, incienso y
mirra.
Y, advertidos en
sueños que no volvieran donde Herodes, se retiraron a su país por otro camino.”
§ § §
Si Leví de Cafarnaúm (San Mateo) no
hubiese escrito nada más que esto, ¡yo le amaría exactamente igual! Es tan significativo el hecho de que haya
sido redactado este acontecimiento en los Sagrados Escritos (que solo narra
Mateo), que hubiese sido suficiente para ser considerado como un gran
acierto. Primero, porque muestra la Divinidad , la Realeza y la Excelsa Humanidad
de Jesús; pues los regalos con los que es distinguido así lo manifiestan:
incienso como Dios; oro como Rey; y mirra como Elegido. Segundo, porque manifiesta la universalidad
del Niño, al convocar en un solo evento al cosmos y a la voluntad humana.
Tercero, porque evidencia la sobrenaturalidad de su persona al nacer judío, en
Judea y para todas las naciones.
¿Qué dónde está el acecho del Demonio?,
¡en todas partes! En las vicisitudes de
los magos; en el morboso interés de Herodes (mejor conocido por todos como “el
asesino de su pueblo”, por las masacres que realizaba y por las innumerables
ejecuciones que mandó perpetrar); en el sobresalto de Jerusalén. ¡En todos los acontecimientos se ve la
intervención malévola de Satanás! Ya no
sabe ni qué hacer para eliminar al Mesías, al Salvador; y eso que acaba de
nacer.
Pero, voy por partes y profundizando un
poco en cada evento. Veinte siglos
después, este sobrenatural y maravilloso incidente sigue llamando la atención y
provocando polémica. Hoy en día, la
ciencia astronómica cuenta con unos avances tecnológicos tan poderosos, que se
atreven a retar La Palabra
de Dios, dudando de su factibilidad, y cediendo finalmente ante ella, después
de muchas elucubraciones, porque es La Verdad. Que
si la conjunción de varios planetas en un mismo eje; que si una estrella fugaz
en varias etapas; que si un reflejo de algún asteroide; en fin, buscan y
rebuscan “la razón física” de La
Estrella de Belén, olvidándose que El Creador de todas las
estrellas, y de todas las cosas, se encontraba Hecho Hombre precisamente en
Belén.
Los milagros son eventos
extraordinarios que pueden ocurrir una o más veces, sin modificar la Ley Natural
permanentemente; esto es, si un milagro se materializa con elementos naturales,
(agua, viento, fuego, luz, tierra, etc.), solo permanecerán fuera de su
‘normalidad’ durante el tiempo del milagro, después de lo cual, volverán a su
estado natural.
Así, pues, El Milagro de La Estrella de Belén, que es
un efecto de luz y visión, solo duró el tiempo necesario para que los Magos de
Oriente localizaran al Niño Dios y pudieran adorarlo. Después de eso, ‘todo volvió a la naturalidad
de su estado’. Sin embargo, si bien Dios
opera milagros constantemente (la vida es un milagro perenne), también el
Demonio puede influir en ellos, ya que se trata de elementos naturales.
Cuando los milagros operan en la
voluntad, la inteligencia y/o la libertad de los seres humanos, únicos
provistos de estos atributos, entonces los cambios habrán de tener la
aceptación del operando del milagro, pues hasta Dios respeta las decisiones de
libre albedrío de cada uno de nosotros.
También Satanás está sujeto a estas determinaciones.
El Demonio pudo opacar temporalmente a
los Magos la visión de la
Estrella de Belén, pero no pudo tocar su voluntad al insistir
ellos, aún sin verla, en preguntar: “¿Dónde
está el Rey de los judíos que acaba de nacer?” Juego limpio.
Algo que le cuesta mucho trabajo a Satanás, pero que tiene que ajustarse
a los insalvables lineamientos establecidos desde siempre por Dios Creador.
El Salmo y la Profecía que se refieren
a este momento Glorioso de adoración humana a Dios Hecho Hombre, son un halago
para nuestros oídos y para nuestra voluntad, pues queda claramente asentado
quién ha nacido:
“. . . Los reyes de Tarsis y de las islas
traerán consigo tributo.
Los reyes de Sabá y de Seba todos pagarán el
suyo;
ante Él se postrarán los reyes, le
servirán todas las naciones.”
Salmo 71, 10-11
“Levántate y resplandece, Jerusalén,
porque ha llegado tu luz y
la gloria del Señor alborea
sobre ti. . .
Un sin fin de camellos te cubrirá,
jóvenes dromedarios
de Madián y Efá.
Todos ellos de Sabá vienen llevando oro
e incienso
y pregonando alabanzas a
Yahveh.”
Isaías 60, 1, 6.
Los magos, según Mateo, arriban
preguntando por el Rey de los judíos que ha nacido; y en sus indagaciones
llegan hasta el palacio de Herodes. Éste
en cambio, no pregunta por un rey, cuestiona en dónde nacerá el Mesías. Parecieran
dos cosas muy diferentes, sin embargo, todos se refieren al Niño Dios; al
Divino Maestro que será conocido durante su ministerio como Jesús de Nazaret.
La profecía citada a Herodes por los
Sumos Sacerdotes y los Escribas del pueblo, es del Profeta Miqueas de Moréset,
quien fue la Palabra
de Yahveh en tiempos de los reyes de Judá: Joatam, Ajaz y Ezequías, todos ellos
indignos de Dios. Completa dice:
“Mas
tú, Belén Efratá, aunque eres la menor entre las familias de Judá,
de ti ha de salir aquél que
ha de dominar a Israel,
y cuyos orígenes son de la
antigüedad, desde los días de antaño.
Por eso él los abandonará hasta el
tiempo en que dé a luz
la que ha de dar a luz.
Entonces el resto de sus hermanos
volverá a los hijos de Israel.
Él se alzará y pastoreará con el poder
de Yahveh su Dios.
Se asentarán bien, porque entonces se
hará él grande
hasta los confines de la
tierra. Él será la paz.”
Miqueas 5, 1-4
¡Qué bien se predice la Grandeza de Jesús! Con qué detalle tan evidente se describe al
Mesías. ¡Y esto es más de setecientos años antes del nacimiento de Jesús! Para todos estaba claro de quién se trataba
(ya sea El Rey para los magos de Oriente o El Mesías para Herodes y los judíos),
lo que sí es cierto, es que ‘la plenitud de los tiempos’ había llegado ¡y eso
lo sabía perfectamente bien el Demonio!, por eso estaba al acecho, porque su
reinado de pecado estaba a punto de iniciar la caída, de iniciar la demolición
de su supremacía sobre la humanidad.
De nada le sirven a Satanás las tretas
que su servidor incondicional, Herodes el Grande, le quiere hacer a los
visitantes; no funciona el engaño en que los quiere hacer caer para evitar su
cometido: dar gloria a Dios. Ya es un
hecho, Emmanuel ha nacido y por lo tanto, “Dios está con nosotros”. ¡Se acercaba la hora de la salvación del
mundo, y eso era lo que el Demonio quería evitar!
§ § §
Orar
sirve, oremos por nuestros Pueblos.
De
todos ustedes afectísimo en Cristo
Antonio
Garelli
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Veritelius
de Garlla, Apóstol Gentil
De Milagros y
Diosidencias. Solo por el gusto de
proclamar El Evangelio.
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