¡Alabado sea
Jesucristo!
Ciudad de México,
Agosto 9 del 2017
M E D I T A N D O L
A S
P A R Á B O L A S D
E
J E S Ú S D E N A Z A R E T
24 de 35
En el nombre del Padre + y del Hijo + y del Espíritu
Santo + Amén.
PADRENUESTRO
“Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea
tu nombre;...”
AVEMARÍA
“Dios te salve, María, llena eres de
Gracia. . .”
INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
“Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus
fieles, y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía Tu Espíritu Creador. Y renueva la faz
de la tierra. Oh Dios, que has iluminado
los corazones de tus hijos con la luz del Espíritu Santo; haznos dóciles a sus
inspiraciones para gustar siempre el bien y gozar de su consuelo. Por Cristo nuestro Señor. Amén.”
23.- “PARÁBOLA DE
EL RICO Y LÁZARO”
(Lc 16, 19 – 31)
“Era
un hombre rico que vestía de púrpura y lino, y celebraba todos los días
espléndidas fiestas. Y uno pobre,
llamado Lázaro, que, echado junto a su portal, cubierto de llagas, deseaba hartarse
de lo que caía de la mesa del rico… pero hasta los perros venían y le lamían
las llagas.
Sucedió,
pues, que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. Murió también el rico y fue sepultado.
Estando
en el Hades entre tormentos, levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham, y a
Lázaro en su seno. Y, gritando, dijo:
‘Padre Abraham, ten compasión de mí y envía a Lázaro a que moje en agua la
punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta
llama.’ Pero Abraham le dijo: ‘Hijo,
recuerda que recibiste tus bienes durante tu vida y Lázaro, al contrario, sus
males; ahora, pues, él es aquí consolado y tú atormentado. Y además, entre
nosotros y vosotros se interpone un gran abismo, de modo que los que quieran
pasar de aquí a vosotros, no puedan; ni de ahí puedan pasar donde nosotros.’
Replicó:
‘Con todo, te ruego, padre, que le envíes a la casa de mi padre, porque tengo
cinco hermanos, para que les dé testimonio, y no vengan también ellos a este
lugar de tormento.’ Díjole Abraham:
‘Tienen a Moisés y los profetas; que les oigan.’ Él dijo: ‘No padre Abraham; sino que si
alguno de entre los muertos va donde ellos, se convertirán.’ Le contestó: ‘Si no oyen a Moisés y los
profetas, tampoco se convencerán, aunque un muerto resucite.’”
ACTOS DE
PREPARACIÓN:
Si no fuera por la Fe ,
estas sapientísimas palabras de Jesús de Nazaret jamás podrían formar parte de
mi intelecto; pero, gracias a Dios, poseo este bendito Don y ahora más que
nunca voy a aplicar sus bondades.
Solo así lograré que la Esperanza ,
que mantiene vivo mi deseo de acceder a la presencia de Dios, actúe en mi alma
en beneficio de mi prójimo.
Porque es menester que me funda en la Caridad ,
para que deje de ser yo quien actúe y sea Cristo quien se manifieste en mí.
PETICIÓN:
Jesucristo, Señor y Redentor mío, entra
en mi corazón y planta en él la humildad que requiero para dilucidar con
claridad mis miserias humanas, de tal forma que pueda asirme a Tu Palabra para
mi salvación.
EL
TIEMPO Y EL LUGAR:
Solo en este último viaje permaneció El
Divino Maestro por más de un día en Jericó.
No tenía prisa; se nota en la frecuencia, duración y profundidad de las
parábolas que Jesús dijo en esa ocasión, y que los evangelistas registraron
para todos nosotros. Está a menos de
diez días de su Pasión y quiere aprovechar todo el tiempo que le sea posible en
la predicación de La
Buena Nueva.
Está rodeado de ricos, poderosos,
influyentes, escribas y fariseos que le persiguen por donde va para acosarlo y
hacerle caer en sus declaraciones. ¡Pobres ilusos, no saben a quién quieren
emboscar!
LOS PERSONAJES Y
ELEMENTOS:
El hombre rico
soy yo; que ni se me ocurra pensar que soy Lázaro. El Padre Abraham, es Dios. Lázaro, son todos
aquellos justos que siempre han aguardado la misericordia de Dios a través de
mis acciones, porque ellos saben que así puede ser; pero se han quedado
esperando.
MEDITACIÓN:
La esencia de
esta magnífica parábola, el Juicio Final individual, es lo único que realmente
me ha preocupado durante toda mi vida.
Después de haber recibido tantas gracias de parte de Dios, como mi
familia, mis dones personales y mis amigos; me resulta angustioso enfrentar mi
propio Juicio, y me surgen dudas y cuestiones muy elementales: ¿Tuve siempre
presente en mi vida a Dios? ¿Habré hecho suficiente para su alabanza con lo que
Él me dio? ¿Le glorifiqué en todo cuanto
llegué a representar y ser? ¡Qué difícil
situación es ésta!
Muchas, pero
muchas ocasiones me he comportado como ‘el hombre rico’: egoísta, derrochador,
parrandero e insensible; y aunque después de ese tipo de comportamientos
recapacito y busco el perdón y la reconciliación con Dios, vuelvo a caer en los
excesos y en las faltas de caridad. Por
eso me preocupa mi Juicio Final personal, porque no logro mantenerme en estado
de santidad. Es cierto (como lo dice San
Pablo), soy ‘materia caída por el pecado’; pero también es cierto que tengo
inteligencia, voluntad y libertad para buscar hacer solamente el bien. Me falta entrega a Jesucristo, me falta
tenacidad en la lucha, me falta donación a Dios. Esa es la verdad; por eso no permanezco en el
camino de la salvación.
Veo la desgracia
de otros y me afano por ser indiferente a ella.
Tengo conciencia de las necesidades, a veces de las más elementales, de
mis ‘prójimos’ (los más próximos a mí), y permanezco inmóvil para su ayuda. Y no me refiero solamente a lo material, pues
también soslayo sus requerimientos espirituales con mi inacción para ayudarlos
a acercarse a Dios. Muchas, muchas veces
soy como el ‘hombre rico’ de la parábola.
¡Cuánta verdad
hay en esta parábola! El diálogo entre
el Padre Abraham y el ‘hombre rico’, es idéntico a muchos que he sostenido con
Dios. Pero igual que los Escribas y
Fariseos que perseguían a Jesús, hago caso omiso de las últimas frases: ‘Si no oyen a Moisés y los profetas, tampoco
se convencerán, aunque un muerto resucite.’
¡Y que conste
que yo sí creo en la
Resurrección del Señor!
Luego entonces, soy peor que aquéllos incrédulos si no modifico mi
proceder respecto al prójimo y le amparo con todo cuanto tengo, soy y
represento. ¡Para eso he recibido dones,
bienes y talentos: para transmitirlos!, no solo para mi beneficio.
Si hasta hoy yo no había entendido así
este Evangelio, estoy más o menos justificado; pero desde hoy no tengo más
opción que la donación, la
Caridad en todas sus manifestaciones y una sincera enmienda
del bien que he dejado de hacer, amén de mis pensamientos, palabras y obras en
la transmisión del amor.
FRUTO:
VOY A ESCRIBIR DOS PROPÓSITOS TANGIBLES Y
ALCANZABLES QUE DEBERÁN CAMBIAR MI VIDA, A FIN DE SER UNA PERSONA CONGRUENTE
ENTRE LO QUE ACABO DE APRENDER DE JESUCRISTO Y LO QUE DEBO HACER COMO UN DIGNO
SEGUIDOR DEL SEÑOR.
1
2
ORACIÓN A MARÍA:
Virgen Santísima, intercede por mí ante
Tu Hijo, y haz posible que igual que Tú, sea yo ‘esclavo del Señor’ y pueda
cumplir sus palabras.
Por Jesucristo
nuestro Señor. Amén.
PADRENUESTRO –
AVEMARÍA
En el nombre del Padre + y del Hijo + y del Espíritu
Santo + Amén.
V V V
Afectísimo en
Cristo de todos ustedes,
Antonio Garelli
También me puedes seguir en:
De Milagros y
Diosidencias. Solo por el gusto de
proclamar El Evangelio.
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