¡Alabado sea Jesucristo!
Ciudad de
México, Junio 10 del 2017
“De la abundancia del corazón, habla la
boca.”
Jesucristo
“Cada nación
tiene el gobierno que se merece.”
Joseph de
Maistre
TRAMPAS, EMBUSTES Y
TERGIVERSACIONES.
Muy
estimados todos en Cristo Jesús:
La primera vez que voté, tenía 18 años y pertenezco a la
primera generación de mexicanos que lo hizo a esa edad (las anteriores votaron
a los 21 años de edad); claramente el gobierno del presidente GDO, con LEA como
Secretario de Gobernación (Ministro del Interior), querían que la base votante
creciera en su favor; y así fue. Por
aquel entonces, la Ciudad de México apenas llegaba a 5 millones de habitantes y
el país no sobrepasaba los 51 millones; sin embargo, los jóvenes que en 1969
cumplían ‘la mayoría de edad’, más los que nunca habían votado (que ya eran
mayores de edad), sumaban más de 10 millones de personas, esto es, casi el 20%
del total de la población; algo desproporcionado para aquella época.
El Domingo pasado hemos vivido una votación más (la enésima
de mi vida, ya hasta perdí la cuenta de cuántas han sido) y las condiciones que
han imperado han sido las mismas, que de la primera que me acuerdo: trampas,
embustes y tergiversaciones de parte de los candidatos de los partidos y de
quienes les manejan las campañas políticas (a su favor, claro está). Nadie ha hablado con la verdad solamente;
nadie ha actuado solo dentro de la Ley; y todos han realizado acciones confusas
en contra de propios y extraños. Esa es
la razón por la que nunca me dediqué –ni me dedicaré jamás– a la política; hay
que ser falso, mentiroso, malintencionado y ruin.
Para mí: la verdad es blanca y la mentira es negra;
cualquier tono de gris es una falsedad.
Ni las mentiras bien dichas se convierten jamás en verdad; ni las
verdades a medias pueden sumarse para hacer una verdad completa. Las votaciones del pasado Domingo, nos han
mostrado al mismo México de mi primera juventud: políticos mentirosos, líderes
aprovechados y votantes por demás ilusos, tontos o de plano algo más grave. . .
desmemoriados y olvidadizos. Esto quiere
decir que en 50 años, no hemos mejorado.
Mientras eso no cambie (QUE POR SUPUESTO QUE SÍ PUEDE
CAMBIAR, CUANDO QUERAMOS), los resultados serán los mismos: grupos de poder
cada vez más limitados y fuertes; y gobernados cada vez más oprimidos y
desilusionados. Nosotros mismos evitamos
que las cosas cambien; somos los ciudadanos que votamos los que no queremos
variar los males, de los cuales luego nos quejamos. Ya hay evidencias en nuestro querido México
de que, cuando queremos, las cosas cambian. . . y para bien.
No entiendo por qué los mexiquenses quieren seguir teniendo
el mismo tipo de gobierno, si durante NUEVE DECENIOS les ha ido. . . menos bien
que como debiera; por no decir que muy mal.
Tampoco entiendo a los coahuilenses votando otra vez por quien los ha
saqueado tanto, que en sus próximas tres generaciones no van a poder pagar el
importe del saqueo. Así que, no me queda
más que estar de acuerdo con Joseph Maistre: “Cada
nación (o pueblo) tiene el gobierno que se merece.” Cuando
queramos, eso puede cambiar. . . solo tenemos TODOS que llenar nuestro corazón
de Verdad y de Bien, para que nuestra boca hable Bienaventuranzas.
Orar
sirve, oremos por nuestros Pueblos.
De
todos ustedes afectísimo en Cristo
Antonio
Garelli
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Veritelius
de Garlla, Apóstol Gentil
De Milagros y
Diosidencias. Solo por el gusto de
proclamar El Evangelio.
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