¡Alabado sea
Jesucristo!
Ciudad de México,
Mayo 31 del 2017
M E D I T A N D O L
A S
P A R Á B O L A S D
E
J E S Ú S D E N A Z A R E T
14 de 35
En el nombre del Padre + y del Hijo + y del Espíritu
Santo + Amén.
PADRENUESTRO
“Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea
tu nombre; . . .”
AVEMARÍA
“Dios te salve, María, llena eres de Gracia.
. .”
INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
“Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus
fieles, y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía Tu Espíritu Creador. Y renueva la faz
de la tierra. Oh Dios, que has iluminado
los corazones de tus hijos con la luz del Espíritu Santo; haznos dóciles a sus
inspiraciones para gustar siempre el bien y gozar de su consuelo. Por Cristo nuestro Señor. Amén.”
13.- “PARÁBOLA DE
LOS SIERVOS VIGILANTES”
(Lc 12, 35 – 40)
“Estén
ceñidos vuestros lomos y las lámparas encendidas, y sed como hombres que
esperan a que su señor vuelva de la boda, para que, en cuanto llegue y llame,
al instante le abran.
Dichosos
los siervos, que el señor al venir encuentre despiertos: yo os aseguro que se
ceñirá, los hará ponerse a la mesa y,
yendo de uno a otro, les servirá. Que venga en la segunda vigilia o en la
tercera, si los encuentra así, ¡dichosos de ellos!
Entendedlo
bien, si el dueño de la casa supiese a qué hora iba a venir el ladrón, no
dejaría que le horadasen su casa.
También vosotros estad preparados, porque en el momento que no penséis,
vendrá el Hijo del hombre.”
ACTOS DE
PREPARACIÓN:
Este es el evento más importante y
menos comprendido de mi existencia: Mi Juicio Final; por lo tanto, imploraré al
Señor todo el poder de su bendito don de la Fe ,
para estar abierto a sus palabras y el significado de cuanto ellas guardan para
mí. Para entonces nada valdrá, solo
creer cuanto Dios diga.
Para este
preciso instante de nuestra vida es que la Esperanza , como Don de Dios, tiene su
razón. Solo hay dos cosas después del
Juicio Final de cada quien: aguardar por la vida eterna celestial o, a falta de
méritos e indulgencias, sufrir las consecuencias de ‘la muerte segunda, de la
cual ya no hay resurrección’.
Y si por alguna circunstancia de mi
vida pasé por alto el inmenso valor del Divino Don de la Caridad ,
aquí es cuando sabré por qué ‘el amor nunca pasa’ y por qué todos somos
‘juzgados en el amor’.
PETICIÓN:
Jesucristo, creador y redentor mío,
ayúdame a permanecer expectante a tus designios para poder recibirte
alegremente todos los días de mi vida.
EL
TIEMPO Y EL LUGAR:
En verdad, qué
días más increíbles debieron haber sido esos en los cuales el Divino Maestro se
ponía a enseñar a la gente; ya fuera en Cafarnaúm, en la pobre casa de Pedro a
la orilla del Lago; en Jericó, en la explanada de la mansión de Zaqueo; o aquí,
en Bethania, en la hacienda de Lázaro su amigo. Además, estando tan cerca de
Jerusalén, me imagino el gentío que debió haberse reunido en esta ocasión para su predicación. ¡Cómo debieron haber
disfrutado todos esas largas estadías del Rabbunní!
Ya sean los dueños de la casa (que en gran honor recibían, hospedaban y
atendían al Señor), o los asistentes, invitados o no, a tan grande ocasión;
solo recordarlo me anima el alma.
Pero esta vez es
exclusiva, solo se la ha dicho a los discípulos, a sus más allegados, a los que
andan con Él de continuo. Éstos a los
que se les está terminando el tiempo de disfrutar al Gran Rabbuní, aunque ellos
no lo saben (o no se han dado cuenta), a pesar de los anuncios de la pasión que
ya les ha hecho el Señor. Y como Jesús
sí lo sabe, les quiere dejar claro, muy claro, algunas cosas.
LOS PERSONAJES Y
ELEMENTOS:
El señor que
está fuera de casa, es Jesús después de su muerte y resurrección; los siervos que permanecen despiertos, somos
todos los que queremos ser seguidores del Maestro. El regreso del amo, es la Segunda Venida de Jesucristo,
es el momento de nuestro juicio, después
de nuestra vida en la Tierra.
MEDITACIÓN:
¡Qué sutilmente
ejemplificó Jesús a sus discípulos el momento culminante de la existencia
humana; El Juicio Final! Estar
preparado, permanecer vigilante, no dormirme; todos esas son acciones con las
que el Señor ejemplifica cuál debe ser mi posición delante del pecado; y estas
actitudes de guardia solo puedo mantenerlas si estoy dispuesto, de cara a Él, a
seguir sus enseñanzas de amor, de entrega y de misericordia, para mi salvación.
Por supuesto que
Jesús sabía cuánto podríamos ser tentados por el demonio para caer en sus
argucias; él mismo sufrió las tentaciones y enfrentó a Satanás hasta dominarlo
con su inquebrantable deseo de permanecer fiel al Padre. Y si el Verbo hecho hombre lo logró, también
yo lo puedo lograr; todo lo que debo hacer es usar el mismo método que Él
utilizó: conciencia tranquila, fidelidad a Dios y rechazo tajante a las ofertas
del Diablo.
¡Claro, decirlo
es muy fácil; pero hacerlo, eso es lo difícil!
Nadie ha dicho jamás que vencer al demonio sea algo sencillo, pero lo
que sí es cierto es que se puede hacer: con obediencia, esa es la forma. Satanás no puede hacer nada si soy obediente;
él solo sabe triunfar sobre los desobedientes, sobre los autosuficientes, sobre
los soberbios e incrédulos.
Que yo esté
vigilante ante el pecado, significa que debo estar pendiente de mis acciones
para saber cuál puede ser el resultado de las mismas. Y el resultado también puedo saberlo con
anterioridad; solo basta que lo compare con aquello a lo que debo ser
obediente, a lo que debo ser fiel, en lo que debo creer.
Pero es que . .
.
¡Este es el
problema! La duda, la autosuficiencia, la soberbia. Por eso dice el Divino
Maestro: “Entendedlo bien, si el dueño de
la casa supiese a qué hora iba a venir el ladrón, no dejaría que le horadasen
su casa.”
¡Claro está! El
Diablo no me va a atacar cuando esté preparado, obediente y fiel; no, lo hará
cuando esté desprevenido, cuando haga algo que sé que no debo hacer, cuando sea
infiel a mis promesas y a mi Dios. Vigilar, esa es la acción más poderosa
contra el demonio.
Y todavía está
el otro asunto, no menos importante: ¿cuál será mi último día? No lo sé; y por lo tanto, todos mis días deben
ser como si fuera el último respecto del pecado. Debo mantener mi estado de gracia; debo estar
reconciliado con Dios lo más frecuente que sea posible. “También
vosotros estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo
del hombre.”
Orar, esa es la
clave: permanecer en oración constante con Dios nuestro Señor. Igual que Él lo hizo como hombre, permanecer
orando al Padre. Pedir su Santo Espíritu
para fortalecernos delante de las ocasiones de pecado.
FRUTO:
VOY
A ESCRIBIR DOS PROPÓSITOS TANGIBLES Y ALCANZABLES QUE DEBERÁN CAMBIAR MI VIDA,
A FIN DE SER UNA PERSONA CONGRUENTE ENTRE LO QUE ACABO DE APRENDER DE
JESUCRISTO Y LO QUE DEBO HACER COMO UN DIGNO SEGUIDOR DEL SEÑOR.
1
2
ORACIÓN A MARÍA:
Madre Santísima, que has quedado por
Mandato Divino como protectora de los hombres, te pido tu maternal ayuda a fin
de que pueda yo permanecer alerta, obediente y fiel a los designios de tu Hijo
y pueda con ello lograr su aceptación.
Por Jesucristo
nuestro Señor. Amén.
PADRENUESTRO –
AVEMARÍA
En el nombre del
Padre + y del Hijo + y del Espíritu Santo.
Amén.
V V V
Afectísimo en
Cristo de todos ustedes,
Antonio Garelli
También me puedes seguir en:
De Milagros y
Diosidencias. Solo por el gusto de
proclamar El Evangelio.
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