Alemán Español Español Francés Inglés Inglés Italiano Polaco Portugués Portugués Ruso Chino
DA CLIC EN UNA BANDERA PARA OTRO IDIOMA

jueves, 25 de mayo de 2017

LA DEGRADACIÓN DEL ORDEN (I de II)

¡Alabado sea Jesucristo!

Ciudad de México, Mayo 25 del 2017


“... tomad las armas de Dios, para que podáis resistir en el día malo,
y, después de haber vencido todo, manteneros firmes.”
San Pablo (Ef 6, 13)

LA DEGRADACIÓN DEL ORDEN (I de II)

Muy estimados todos en Cristo Jesús:

El Siglo XX completo, fue el escenario de una constante degeneración de las estructuras de las sociedades existentes, en todo el mundo.  Comparado con el Siglo XIX, se podría decir que ‘nada quedó igual’.  Cambiaron las fronteras, cambiaron las formas de gobierno, cambiaron la producción, la economía y la forma de riqueza; cambiaron los valores de la familia, los círculos sociales y hasta las identificaciones nacionales.

Cambiaron las religiones, también; las ‘milenarias’, las que son la base de todas las demás: el hinduismo (fundado en 3,000 a. de J.C.), el budismo (500 a. de J.C.), el confucianismo (250 a. de J.C.), el cristianismo (30 A.D.), y el islamismo (622 A.D.); todas se modificaron en el Siglo XX.  Algunas han variado poco, otras han tornado sus estructuras; y hay las que, inclusive, han cambiado sus escritos originales. TODAS HAN CAMBIADO, unas más, otras menos, pero todas han tenido modificaciones sustanciales.  

Algunas tienen en sus fieles laicos nuevos grupos de desarrollo inter e intra-eclesial –no necesariamente teologales o litúrgicos, aunque también los hay–;  y otros han iniciado con ellos (con los laicos), nuevas formas de reclutamiento, selección y contratación de ‘hombres dispuestos a morir por nada y a matar a todos’. Hay las que cambian su moral de acuerdo al color de gobernante en turno.

El problema de todos estos cambios se ha debido a que el Orden se degradó, se degeneró, se corrompió.  No digo que esto nunca haya existido antes, solo señalo que en el Siglo XX ocurrió con mayor intensidad, más amplitud y en mucho menos tiempo. 

El Orden, el cual aceptamos como el ‘ámbito de materias y actividades en el que se enmarca algo o alguien’, sufrió severos cambios; modificaciones que lo llevaron (al orden), a un ‘deterioro estructurado y funcional’ que ha dado como consecuencia la ‘pérdida progresiva de la normalidad, que ya no corresponde s su primera calidad’.  En pocas palabras, lo que antes entendí-amos como ORDEN, ya no es lo mismo hoy.

Todo el Mundo padece la falta de Orden, Inglaterra, Alemania o Francia, en la Eurozona; Turquía, Siria e Irak, en el Medio Oriente; Corea del Norte y China en Asia; TODA África; y Estados Unidos, Venezuela y México; y estos, solo por mencionar casos específicos de cambios estructurales, son países, TODOS, que han de revisar sus estructuras de Orden, sus ámbitos de Orden y sobre todo, sus definiciones esenciales de Orden.

El Orden y el Bien Común están directamente relacionados entre sí; si cambia el primero, NECESARIAMENTE ha de cambiar el segundo.  El Gobierno o el Gobernante –hasta el Orden del Siglo XX– era ante todo, el procurador de Bien Común para su sociedad gobernada.  Eso ya no lo es más.  Las leyes, los sistemas jurídicos y la procuración de justicia, carecen de un Orden capaz de regular, mediar o definir la trayectoria de los instrumentos legales; en torno a las mayorías y el Bien Común.  Hoy la ley es cada vez más ‘grupúscula’, más convenenciera, menos justa.

La criminalidad absurda, la indignante corrupción y la infame impunidad en que la falta de Orden ha hundido a nuestro querido México, será el tema de mi próximo comentario.

Orar sirve, oremos por nuestros Pueblos.

De todos ustedes afectísimo en Cristo

Antonio Garelli




También me puedes seguir en:
Veritelius de Garlla, Apóstol Gentil



De Milagros y Diosidencias.  Solo por el gusto de proclamar El Evangelio.

1 comentario:

  1. a nivel personal lamento confesarme falta de elementos datos para alientar el movimiento intelectual que me permita una comprensión particular, sin embargo a nivel general puedo reconocer en la objetividad de su aseveración, a la Verdad, todo esto había de suceder.

    ResponderEliminar