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lunes, 24 de agosto de 2015

EL HOMBRE ES DE DONDE SE HACE

¡Alabado sea Jesucristo!

México, D. F., Agosto 24 del 2015.

EL HOMBRE ES DE DONDE SE HACE,
NO DE DONDE NACE.

Muy estimados todos en Cristo Jesús:

Con motivo de mi comentario “Santos Hechos en México – Fray Junípero Serra, Santo”, que publiqué aquí el 10 de agosto pasado; un muy buen amigo, españolete él, me ha contradicho respecto de si San Junípero es santo gringo o mexicano.  Él dice que de ninguno de los dos, que será ‘uno más de los cientos de españoles (747) que ya están en los altares’.  Es probable, pero yo insisto en que “El hombre es de donde se hace, no de donde nace.

Cuántos y cuántos ejemplos hay de esta verdad popular (debe haber millones de casos), seres humanos que nacieron en un lugar y se desarrollaron en otro muy diferente; en algunas ocasiones, hasta impensable. El mejor ejemplo de ello es nuestro Señor Jesucristo mismo: nació en Belén de Judá, pero se crió y ‘se hizo hombre’ en Nazaret de Galilea; por eso le conocemos como “Jesús de Nazaret”.  Pasó de ser ‘Judío de estirpe’, a ‘simplemente Galileo’.  Así es la vida.

Para México, como País, hay una cantidad increíble de estos casos; hombres y mujeres que dejaron su lugar de nacimiento o su patria, y llegaron a estas tierras por su propia decisión o porque fueron enviados, sin tener opción.  De cualquier modo, no nacieron aquí, pero aquí se hicieron hombres; y mejor aún, hombres de bien y de valor.  Hombres para recordar, para imitar, para admirar; muchos de ellos, “Hombres de Dios”.  

La Conquista y Evangelización de Nueva España generó tal cantidad de estos hombres, que hasta ‘forjaron’ una nación que antes no existía: La Nación Mexicana.  Aquí, antes del País que hoy somos, había muchos pueblos a los que solo los reunía la guerra y el vasallaje; pero entre ellos, no eran comunes, no se sentían los unos de los otros; antes al contrario, se agredían unos a otros.  La Conquista, para disgusto de muchos, terminó con eso; pero desafortunadamente no cambió la condición de esclavitud de la mayoría.  Sin embargo, la Evangelización sí alcanzó grandes diferencias y enormes ventajas; con La Fe Cristiana encabezándolo todo.

Para ejemplo, basta un botón.  Fray Juan de Zumárraga, nació en Durango, Vizcaya, España; pero allá solo era Sacerdote Franciscano.  En cambio, cuando el Emperador Carlos V lo envió a Nueva España, para que acompañara con su santa labor la conquista que realizaba Hernán Cortés, se hizo el hombre que llegó a ser; digno Primer Obispo de México y posteriormente, dignísimo Arzobispo Metropolitano Primado de México (también el primero en tierras continentales de América). 


Así como él, hay muchos hombres que, ‘dejándolo todo’ quisieron seguir al Señor en tierras desconocidas para ellos; quisieron hacerse mejores hombres y mujeres en las adversidades de la Evangelización de Nueva España, en lugar de permanecer ‘cómodos’ en sus lugares de origen en Europa.  Los hay Santos, Beatos, Venerables y Siervos de Dios; también presbíteros, clérigos, monjes, monjas y legos; mujeres y hombres, laicos, seglares comprometidos con el Señor y Su Iglesia. 

(Ahora, leer para saber.)

Santo (en 2015) Beato Fray Junípero Serra

Beato Vasco de Quiroga, I Obispo de Michoacán

Beato Fray Sebastián de Aparicio

Fray Pedro de Gante, Siervo de Dios

Fray Toribio de Benavente (Motolinia), Siervo de Dios

Fray Bartolomé de las Casas

Estos, solo por mencionar algunos de la larga lista de religiosos que, viniendo de Europa –en especial de España– ‘se hicieron’ en México-Nueva España; quiero decir, la Historia los registra, no por el lugar en donde hayan nacido, sino por lo que hicieron y se hicieron ellos mismos, en las Paradisíacas Tierras del Anáhuac.

Orar sirve, oremos por México.

De todos ustedes, con afecto en Cristo.

Antonio Garelli



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De Milagros y Diosidencias.  Solo por el gusto de proclamar El Evangelio.

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