¡Alabado
sea Jesucristo!
Junio 26 del
2014.
LA
F.I.F.A.
Muy estimados todos en Cristo Jesús:
El correo que he
recibido simplemente tiene una pregunta, la cual les transcribo aquí: “¿qué
opina usted de la FIFA?” Yo soy
el menos indicado para emitir una opinión respecto del máximo organismo rector
del futbol como deporte, pues nunca he jugado futbol en equipo alguno (algo que
sí hice con el beisbol, el tenis, el futbol americano y el basquetbol); pero como comunicador, como ex profesor
universitario de ética y como cristiano católico, sí tengo mucho qué opinar
acerca del espectáculo que es La Copa del Mundo y sus organizadores.
De la primera de
estas celebraciones que tengo recuerdo, fue la realizada en Chile, en 1962; me
acuerdo que México perdió con Brasil y con España, pero que le ganó a
Checoslovaquia. También me acuerdo que, ya desde entonces, esta gran
celebración multinacional siempre tomaba tintes diplomáticos, políticos y
sociales (que discutían mi padre y mis tíos –sin llegar a un acuerdo, por
supuesto– terminando todos ‘muy serios’); y todavía tengo presentes los
comentarios de que ‘se gasta muchísimo
dinero’, ‘todo eso debieran dárselo a
los pobres’, etc., etc.
Como ven, CINCUENTA
Y DOS AÑOS DESPUÉS las cosas no han cambiado mucho: el equipo de México, a veces
gana y otras pierde; el Mundial sigue tomándose como pretexto para un sinnúmero
de causas sociales ajenas al futbol; y los 10,500 MILLONES DE DÓLARES gastados
por Brasil en la organización del evento, los reclaman también las clases
sociales menos favorecidas. Todo igual; seres humanos de entonces y seres
humanos de ahora; futbol de entonces y fútbol de ahora.
La que sí ha
cambiado, ha sido la FIFA; por aquellos años el lema de la Federación era
simplemente: “Por el bien del juego.”;
hoy esto se ha modificado y reza así: “Por
el Juego. Por el Mundo.” Antes el
lema aludía a lo que regulaba la Federación, el futbol. ¿Será que ahora también?
La FIFA, como casi
todas las organizaciones mundiales, multinacionales e internacionales, tiene
una DOBLE MORAL; o dicho de otra forma, “se acomodan de acuerdo a lo que más
les convenga”.
A la FIFA no le
importan los problemas sociales que sus despilfarros, en gastos e inversiones
ocasionan; a la FIFA le importa el ‘juego limpio’. Atiende solo la parte de su lema ‘Por el Juego’,
pero descuida la otra parte, ‘Por el Mundo’, que afecta a muchísimas más
personas que las de un juego de futbol. Y
lo hace por conveniencia.
La FIFA cree que es convenientemente
correcto usar la corrupción y la manipulación de las personas, para poder conseguir
sus objetivos de selección de países organizadores del Mundial de futbol. Sin embargo, el grito ensordecedor de: “BULTO” (o algo así), que emana desde las
tribunas contra algún jugador para distraerlo, lo juzga homofóbico y discriminatorio;
por más que lo estén haciendo sus iguales fuera de la cancha.
Así es la FIFA:
convenenciera, acomodaticia, embaucadora y desproporcionada; y lo es porque le
conviene. Pero lo más malo de todo esto,
es que la FIFA no es per se, sino que
es por los seres humanos que la integran, manejan y dirigen. La FIFA como tal,
ni vive, ni actúa, ni trasciende; son los hombres que la integran quienes provocan
el mal de la institución.
Cuando los jueces no
son justos, lo primero que generan es discordia. Y en el desacuerdo, lo que
triunfa es la segmentación de las partes.
Y ese es el método del Diablo desde el mismísimo Jardín del Edén:
confundir, dividir, pecar.
De todos ustedes,
con afecto en Cristo.
Antonio Garelli
De Milagros y Diosidencias.
Solo por el gusto de proclamar El Evangelio.
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