¡Venga Tu Reino!
¿TE SIENTES PARTE DE LA IGLESIA?
Abril 3 del
2013
Muy queridos todos en Jesucristo:
Ya tengo muchas
preguntas que me han hecho mis diez amados lectores; voy a comenzar a
contestarlas una por una. Esta, que es la primera que abordaré, me la envía
Doña Martha Cienfuegos de la Ciudad de México; y me pregunta qué
puede hacer para sentirse parte de la Iglesia?
La Iglesia, mis
queridos amigos, no son los religiosos y religiosas; y los obispos, sacerdotes
y diáconos, solamente. . . La Iglesia somos todos. Todos nosotros, más ellos, formamos la
verdadera Iglesia ‘que es una, santa,
católica y apostólica. . .’ La Iglesia es el Cuerpo Místico de Cristo.
“Porque así
como en un solo cuerpo tenemos muchos miembros, mas no todos los miembros tienen un mismo oficio; así nosotros,
aunque seamos muchos, formamos en
Cristo un solo cuerpo, siendo todos recíprocamente
miembros los unos de los otros.” Rm 12, 4 y 5.
Este es el mejor
ejemplo que San Pablo encontró para explicarle a los judíos que vivían en Roma,
cómo es que todos, siendo muchos, podemos vivir juntos en uno. Y a mí me parece que el ejemplo es magnífico.
UN CUERPO HUMANO
ADULTO TIENE MÁS DE ¡CINCO BILLONES DE CÉLULAS! (no sé quién se puso a
contarlas, pero eso dicen las revistas ‘científicas’ al respecto); tiene muchos
sistemas interconectados, para multifuncionar bien; tiene: SISTEMAS
RESPIRATORIO, CIRCULATORIO, NERVIOSO, MUSCULAR, ESQUELÉTICO, DIGESTIVO,
EXCRETOR, REPRODUCTOR, AUDITIVO, OCULAR, OLFATIVO, GUSTATIVO Y SISTEMA
TEGUMENTARIO (piel, uñas y pelo). Muchos miembros visibles y contables; y
muchos no visibles e incontables.
¿A qué se habrá
referido San Pablo, exactamente? Pues a eso, precisamente a eso; a la
multiplicidad de órganos, aparatos y sistemas que nos forman como cuerpo; y a
la unicidad, que tan bien nos permite vivir en armonía. Como la Iglesia, que tiene tantos miembros,
potestades y jerarquías; y funciona de maravilla, gracias a la guía del
Espíritu Santo.
Ahora elevemos eso a
nivel espiritual. ¿Cuántos sistemas
tendrá nuestra alma? ¿Cómo será su ‘sistema deductivo’? ¿Y cómo el ‘preventivo’
o el ‘inquisitivo’? ¿Cómo hará para operar
las Virtudes Teologales?
Pero, ¿me siento yo
parte de ese cuerpo?, del Cuerpo Místico de Cristo que es Su Iglesia? ¿Qué soy
yo en ese Cuerpo?, qué función realizo? ¡¿Ninguna?!,
¿CÓMO PUEDE SER QUE
SIN REALIZAR NINGUNA FUNCIÓN, FORME YO PARTE DE ALGO MULTIFUNCIONAL? CÓMO PUEDE SER QUE SEA YO INAC-TIVO, EN UN
TODO QUE ES ABSOLUTAMENTE ACTIVO?
No tengan ni la
menor duda, pues, en el sentido en que se respondan esas sencillas y bien
intencionadas cuestiones (positiva o negativamente), es que puedo saber cuál es
mi situación dentro de la Iglesia, dentro del Cuerpo Místico de Cristo; dentro
de Cristo mismo.
Nadie ama lo que no
conoce. Y para amar a la Iglesia hay que conocerla; y la mejor forma de
conocerla es entrar en ella. Hay mil formas de entrar en el Cuerpo de Cristo,
pero solo mi voluntad me mantendrá dentro de él. Si yo quiero, Cristo quiere; y entonces,
cohabitamos. Si yo no quiero, porque esa
es mi decisión, libre y voluntaria; Cristo me respeta y me mantiene, o me
mantengo, mejor dicho, fuera de Su Iglesia, fuera de su Cuerpo, alejado de Él.
Aquí conviene que
nos volvamos a hacer la misma pregunta: ¿ME
SIENTO PARTE DE LA IGLESIA? Porque si no nos sentimos parte de la Iglesia,
a la que pertenecemos en virtud de nuestro Bautismo, es porque seguramente
hemos decidido no ser parte de ella. Este
asunto, entonces, es cuestión de voluntad; porque qué hacer o dónde hacerlo, sobra
a raudales. Nunca será suficiente todo lo
que hagamos, como para que la Iglesia no nos necesite más. Todos, absolutamente todos sabemos cómo ayudar;
es posible que no sepamos la mejor forma, pero sí sabemos cómo donarnos; más aun
si se trata del Cuerpo Místico de Cristo, que es su Iglesia.
Y solo una cosa más.
El mejor lugar para ayudar a la Iglesia, es en la Parroquia de la Diócesis donde vivimos, la
propia.
Suyo afectísimo en Cristo
Antonio Garelli
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