¡Alabado sea
Jesucristo!
Ciudad de México,
Agosto 16 del 2017
M E D I T A N D O L
A S
P A R Á B O L A S D
E
J E S Ú S D E N A Z A R E T
25 de 35
En el nombre del Padre + y del Hijo + y del Espíritu
Santo + Amén.
PADRENUESTRO
“Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea
tu nombre;...”
AVEMARÍA
“Dios te salve, María, llena eres de
Gracia. . .”
INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
“Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus
fieles, y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía Tu Espíritu Creador. Y renueva la faz
de la tierra. Oh Dios, que has iluminado
los corazones de tus hijos con la luz del Espíritu Santo; haznos dóciles a sus
inspiraciones para gustar siempre el bien y gozar de su consuelo. Por Cristo nuestro Señor. Amén.”
24.- “PARÁBOLA DE
LOS DOS HIJOS”
(Mt 21, 28 – 32)
“Pero,
¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos.
Llegándose al primero, le dijo: ‘Hijo, vete hoy a trabajar en la
viña.’ Y él respondió: ‘No quiero’, pero
después se arrepintió y fue. Llegándose al segundo, le dijo lo mismo. Y él respondió: ‘Voy, Señor’, y no fue. ¿Cuál de los dos hizo la voluntad del
padre?” –El Primero – le dicen. Díceles Jesús: “En verdad os digo que los
publicanos y las rameras llegan antes que vosotros al Reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros por camino de
justicia, y no creísteis en él, mientras que los publicanos y las rameras
creyeron en él. Y, vosotros, ni viéndolo
os arrepentisteis después, para creer en él.”
ACTOS DE
PREPARACIÓN:
Voy a asirme del Divino Don de la Fe ,
pues solo con él podré estar abierto al mensaje que Dios me quiere dar el día
de hoy. Por supuesto que éste no está en
las palabras que leeré y entenderé con mi razonamiento; se encuentra en la
interpretación, que solo con mi alma dispuesta y con mi corazón contrito puedo
lograr de cara a Cristo.
Así, con la Esperanza
firme y atenta a la voluntad de Dios, puedo captar para beneficio de mi
salvación toda la riqueza del significado de sus palabras, que son verdad y
vida en mi existencia.
Y dispuesto sinceramente a través de la Caridad , me entrego libre y voluntariamente al
llamado del Señor.
PETICIÓN:
Padre Santo, infunde en mí un amor
profundo a la obediencia, a fin de que no sea yo capaz de dudar del
cumplimiento de tus mandatos en mi vida y sea con ello fiel servidor de Tu
Palabra.
EL
TIEMPO Y EL LUGAR:
Jesús está ya en
Jerusalén; es la última semana de su vida, el fin de su Ministerio. Permanece casi todo el día en el Templo y el
acoso de los Sumos Sacerdotes es constante; ya se han presentado
enfrentamientos orales entre ellos y el Divino Maestro, con respecto a sus
enseñanzas.
En esta ocasión
el Señor predicará con parábolas dirigidas a la clase gobernante de los judíos
y a los Escribas y Fariseos que los apoyaban.
Éstos detentaban el poder y la interpretación y aplicación de las
Escrituras, algo que hacían siempre en favor de sus intereses y para engrosar
sus fortunas e incrementar su influencia.
LOS PERSONAJES Y
ELEMENTOS:
El hombre, es
Dios. Los dos hijos, soy yo; cuál de
ellos, depende de mi actitud ante el llamado del Señor. La viña, son los círculos de mi vida: mi
familia, mis amigos, mis colaboradores.
En una palabra, mi prójimo; los más cercanos a mí y a los cuales
desatiendo con mucha frecuencia. O los
más lejanos, de los que ya ni sé si viven o no.
MEDITACIÓN:
Cuántas y tantas
veces en mi vida me he percatado de mis actitudes, a veces negativas, ante la
voz de Dios. Por supuesto que le oigo,
pero a menudo hago lo posible por no escucharlo. (Oír, es percibir el sonido; escuchar es
poner atención a lo que se oye). Otras veces
le escucho y hasta le respondo; pero pronto me olvido de lo que le dije, y nada
hago. Y las perores, por supuesto, son
cuando con mis actitudes, le miento.
Estoy igual que
los Fariseos a los que Jesús les dice esta parábola; conozco perfectamente el
asunto y lo importante de mi participación, pero decido mantenerme al margen de
toda acción. Oigo la voz de Dios (en mi
esposa, en mis hijos; en un amigo o un pariente necesitado; en un trabajador o
dependiente mío con alguna urgencia; - pues todos ellos son la voz de Dios para
que trabaje en su viña-), y a mí se me ocurre poner toda clase de pretextos
para no actuar. Me invaden la soberbia,
el egoísmo y la vanidad; en lugar de ‘revestirme de amor, como vínculo de
perfecta unión’, como dice San Pablo.
Jesucristo hace
un planteamiento claro y comprometedor: la respuesta debe ser solo una,
actuar. Pero, ¿qué hay de mí?, ¿le
contesto a Dios que sí participaré y luego no hago nada?, esto es, ¿le miento
al Padre? O ¿es mi primer impulso rechazar las oportunidades que el Señor me da
para su gloria y alabanza; y después cuando ya no aguanto a mi conciencia que
me repite lo mal que estuve, es que me decido a actuar? Sabiendo Jesús la clase de gente que eran
aquellos fariseos, es que no menciona en su parábola al ‘hijo justo’, al que le
basta con oír al Padre, para actuar de inmediato. No como los Fariseos y como yo, que aún
escuchando y sabiendo, o miento o me arrepiento. Y está bien arrepentirse, pero, ¿no sería
mejor estar siempre dispuesto a las indicaciones del Señor? Humildad y obediencia, eso es lo que me falta
para ser digno de Dios.
Si mi Fe solo
modifica mi conocimiento, es Fe de sapiencia, no de acción; y si mi Fe no
actúa, está muerta. Si por Fe me percato
del llamado de Dios y nada hago, no soy digno de esa Fe, pues no la sigo, no la
ejecuto. La Fe debe moverme al bien, que es
acción para todas las cosas. La voz de
Dios ha de ser en mi alma como el viento que mueve las espigas en el campo: el
viento sopla, la espiga se mueve. Esto es: Dios habla, yo ejecuto. De nada me sirve creer en Dios si mis
manifestaciones son inertes a Su palabra.
Igual sucede con
la Esperanza ;
fallece por la inmovilidad. Y peor aún
si no es la mía, sino la de mi prójimo; que ve en mí ese rayo de luz que le
indica el camino para llegar a Dios.
Porque el Padre se vale hasta de mí para realizar sus propósitos; solo
que debo estar atento a sus mandatos y ejecutarlos.
Y qué decir de la Caridad , que es la acción
de Dios entre los hombres. ¿Cómo puedo
imaginarme un Amor Divino, (que ha sido puesto en mí Providencialmente en el
Bautismo junto con la Fe
y la Esperanza ),
sin actuar, sin ejecutar, inmóvil? ¡Ese
Amor no existe! ¡En todo caso, soy yo
quien lo mantiene atado e inservible! Por eso, ¡Hazme, Señor, instrumento de Tu
Amor!
FRUTO:
VOY A ESCRIBIR DOS PROPÓSITOS TANGIBLES Y
ALCANZABLES QUE DEBERÁN CAMBIAR MI VIDA, A FIN DE SER UNA PERSONA CONGRUENTE
ENTRE LO QUE ACABO DE APRENDER DE JESUCRISTO Y LO QUE DEBO HACER COMO UN DIGNO
SEGUIDOR DEL SEÑOR.
1
2
ORACIÓN A MARÍA:
Virgen Santísima, yo quiero ser como
Tú; dispuesto a que se haga la
Voluntad de Dios en mí; ayúdame a ser dócil y a estar atento
a las invitaciones de Tu Hijo, para que me convierta en un siervo de sus
mandatos.
Por Jesucristo
nuestro Señor. Amén.
PADRENUESTRO –
AVEMARÍA
En el nombre del Padre + y del Hijo + y del Espíritu
Santo + Amén.
V V V
Afectísimo en
Cristo de todos ustedes,
Antonio Garelli
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De Milagros y
Diosidencias. Solo por el gusto de
proclamar El Evangelio.
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