martes, 17 de junio de 2025

MÍSTICA - LILIA GARELLI - ÉL NOS AMÓ (DN-05)

“… Señor, quédate con nosotros …”

San Cleofás en Emaús 

Riviera Maya, México; Junio 18 del 2025.

           MÍSTICA

                                                            Por: Lilia Garelli                                      

 

“…si allí reina el amor, una persona alcanza su identidad de modo pleno y luminoso; porque cada ser humano ha sido creado ante todo para el amor, está hecho        en sus fibras más íntimas para amar y ser amado…”

Papa Francisco - Dilexit Nos No. 21

DILEXIT NOS (5) - Él nos Amó

“Sobre el Amor Humano y Divino del Corazón de Jesucristo”

 

Estimados en Cristo:

Continuamos con las reflexiones sobre esta Carta Encíclica que nos dejó el Papa Francisco Sobre el Amor Humano y Divino del Corazón de Jesucristo, en el apartado sobre “El corazón que une los fragmentos”  el Papa recuerda diversos momentos de su niñez en donde las pequeñas cosas de la vida, creaban un recuerdo inolvidable, esa sensación de bienestar que quizá en el momento no se tomaba en cuenta, pero que una vez llegada la vejez, se vienen a la mente, sin siquiera esforzarse, porque han marcado como una huella en el corazón.

“…Pienso en el uso del tenedor para sellar los bordes de esas empanadillas caseras que hacemos con nuestras madres o abuelas.  En ese momento de aprendiz de cocinero a medio camino entre el juego y la adultez, (…) hacer brotar sonrisas con una broma, calcar un dibujo al contraluz de una ventana, jugar el primer partido de futbol con una pelota de trapo, cuidar gusanillos en una caja de zapatos, secar una flor entre las páginas de un libro, cuidar un pajarillo que se ha caído del nido, pedir un deseo al deshojar una margarita.  Todos esos pequeños detalles, lo ordinario y extraordinario, nunca podrá estar entre los algoritmos, porque el tenedor, las bromas, la ventana, la pelota, la caja de zapatos, el libro, el pajarillo, la flor… se sustentan en la ternura que se guarda en los recuerdos del corazón…” (PF – DN No.20).

En efecto, todos y cada uno de nosotros, dentro de nuestra propia historia, tendremos recuerdos imborrables de momentos de ternura, alegría y experiencias positivas en la familia, la escuelo o lo que nos rodeara en ese momento: por ello el Papa las enfatiza para volver a aquella sensibilidad propia del corazón, tan olvidada hoy en día, por toda la ansiedad, rencores y predisposiciones que han enfermado nuestro interior.  Esa realidad vivida por todo nuestro ser, es como bien dice el Papa el núcleo de cada ser humano, la integralidad de su persona compuesta de alma y cuerpo, identidad anímica y corpórea; “…Todo se unifica en el corazón, que puede ser la sede del amor con la totalidad de sus componentes espirituales, anímicos y también físicos…” (PF – DN No. 21).

Si tomáramos la definición y funciones anatómicas del corazón lo tomaríamos como que es el músculo que bombea la sangre rica en oxígeno y nutrientes a los tejidos del cuerpo a través de los vasos de la sangre.  El corazón mantiene la sangre en movimiento en el cuerpo de forma unidireccional, es un circuito cerrado donde nada se pierde y por tanto es vital para la vida; y así como es un órgano vital para la vida corpórea, se podría, por qué no, considerar como el centro que integra lo anímico y espiritual de los sentimientos y emociones del ser humano y lo reparte a todo el ser de donde surgen las intenciones y decisiones voluntarias que la persona realiza.

Desafortunadamente, cuando en el mundo se observan tantas injusticias, violencia y en resumen un ambiente en donde la “civilización de la muerte” es la que prevalece, como bien dice el Papa, podríamos pensar que “es signo de un mundo sin corazón”; (…) “Amando, la persona siente que sabe por qué y para qué vive.  Así todo confluye en un estado de conexión y de armonía.  Por eso, frente al propio misterio personal, quizás la pregunta más decisiva que cada uno podría hacerse es: ¿tengo corazón? …” (PF – DN No. 23).

·        El Fuego:

En este apartado el Papa Francisco nos explica parte de la teología en la que San Ignacio de Loyola basaba sus Ejercicios Espirituales, en donde el principio se rige “con toda la fuerza del corazón” hasta llegar a las mociones que nos muestra Dios, esto es según Michel de Certeau, S.J., sacerdote jesuita, historiador, teólogo y filósofo: 

“…de un querer de Dios y de un querer del propio corazón que permanece “otro” en relación con el orden manifiesto. Algo inesperado se pone a hablar en el corazón de la persona, algo que nace de lo incognoscible, remueve la superficie de lo conocido y lo conflictúa.  Es el origen de un nuevo “ordenamiento de la vida” a partir del corazón. No se trata de discursos racionales que habría que llevar a la práctica, haciéndolos pasar a la vida, de modo que la afectividad y la práctica serían simplemente consecuencias -en dependencia- de conocimientos asegurados. (Cf. Michel de Certeau, L’espace du désir ou le “fondement” des Exercices Spirituels: Christus 77(1973), pp. 118-128) …” (PF - DN No. 24).

Esta percepción de la inspiración que Dios nos da en ocasiones, cuando el alma está dispuesta a la visión trascendente de la voluntad de Dios, generalmente se da cuando estamos en oración, es al principio difícil de entender, pero con la práctica de cada meditación de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio vamos tomando consciencia en nuestra comprensión espiritual; es por ello necesario que la consistencia de nuestra oración se vuelva una necesidad espiritual habitual, que desea profundizar voluntariamente, porque como nos dice Michel de Certeau, S.J., no es una comprensión racional que surge de conocimiento y te lleva a una determinada acción, es una moción espiritual; la práctica de la oración fervorosa diariamente y la práctica anual de los Ejercicios Espirituales son medios que le podemos dar a nuestro corazón para profundizar en las cosas del Señor.

Sigamos el consejo del Papa Francisco: “…Allí donde el filósofo detiene su pensamiento, el corazón creyente ama, adora, pide perdón y se ofrece a servir en el lugar que el Señor le da a elegir para que lo siga.  Entonces entiende que es el tú de Dios, y que puede ser un yo porque Dios es un tú para él.  El hecho es que sólo el Señor nos ofrece tratarnos como un tú siempre y para siempre. Aceptar su amistad es cuestión de corazón y eso nos constituye como personas en el sentido pleno de la palabra…” (PF – DN No. 25)

Afectísima en Jesucristo,

Lilia Garelli

También me puedes seguir en:

diosidencias@gmail.com          lilia.garelli@gmail.com

https://twitter.com/antoniogarelli   y  https://www.facebook.com/tono.garelli

 www.demilagrosydiosidencias.blogspot.mx 

Solo por el gusto de proclamar El Evangelio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario