MÍSTICA - LILIA GARELLI - (DN-04)

“… Señor, quédate con nosotros …”

San Cleofás en Emaús 

Riviera Maya, México; Junio 11 del 2025.

           MÍSTICA

                                                            Por: Lilia Garelli                                      

 

“…Si bien el “corazón” nos lleva al centro íntimo de nuestra persona,

 también nos permite reconocernos en nuestra integridad

 y no sólo en algún aspecto aislado…”

Papa Francisco - Dilexit Nos No. 15

DILEXIT NOS (4) - Él nos Amó

“Sobre el Amor Humano y Divino del Corazón de Jesucristo”  

Estimados en Cristo:

Seguimos en la reflexión del apartado “Volver al Corazón” en donde el Papa Francisco nos orienta sobre cómo apartar de nuestro corazón todo aquello que es negativo, violento y destructor, y que de manera contraria se fomenten en toda la sociedad la importancia de retomar la sensibilidad a la que nos dirige un corazón gentil y dispuesto a darlo todo por los demás.

“…Necesitamos que todas las acciones se pongan bajo el “dominio político” del corazón, que la agresividad y los deseos obsesivos se aquieten en el bien mayor que el corazón les ofrece y en la fortaleza que tiene contra los males; que la inteligencia y la voluntad se pongan también a su servicio sintiendo y gustando las verdades, más que queriendo dominarlas como suelen hacer algunas ciencias; que la voluntad desee el bien mayor que el corazón conoce, y que también la imaginación y los sentimientos se dejen moderar por el latido del corazón…” (PF – DN No. 13).

Si manejáramos los conceptos en los que se define al individuo en su unicidad como “único e irrepetible” podríamos entender mejor las características específicas de cada corazón perteneciente a esa persona en específico, porque como bien dice el Papa los términos que lo quieren definir bajo las teorías propias de cada ciencia, no terminan por hacerlo con claridad. “…Es una de esas palabras originarias “que significan realidades que competen al hombre precisamente en cuanto totalidad persona corpóreo-espiritual” (Karl Rahner, Algunas tesis para la teología del culto al corazón de Jesús, en Escritos de Teología, 1.3 Taurus, Madrid 1961,370) …” y continúa diciendo: “…Si bien “corazón” nos lleva al centro íntimo de nuestra persona, también nos permite reconocernos en nuestra integridad y no sólo en algún aspecto aislado…” (PF – DN No. 15).

El Papa Francisco termina este apartado mencionando los análisis que realizan algunos filósofos contemporáneos con respecto al mecanismo que puede utilizar el corazón para decidir; ellos mencionan que el corazón actúa cuando hay una emoción profunda bajo un estado de ánimo específico: “…El corazón oye de una manera no metafórica “la silenciosa voz” del ser, dejándose temblar y determinar (armonizar y unificar) por ella…” (PF – DN No. 16).

Por todo lo anterior, es más fácil comprender la necesidad que hay en la humanidad de reconstruir la sensibilidad del corazón, de ese “corazón de piedra” al “corazón de carne”, que desde el principio Dios constituyó para dar lo mejor que reside en el interior de cada uno de nosotros porque a través de él podemos darnos cuenta del sufrimiento, los anhelos y las necesidades de los demás aunque no nos lo digan, por ello el Papa nos dice: “… Esta fuerza única del corazón nos ayuda a entender por qué se dice que cuando se capta alguna realidad con el corazón se la puede conocer mejor y más plenamente.  Esto inevitablemente nos lleva al amor del que es capaz ese corazón, ya que “lo más íntimo de la realidad es amor” …” (PF – DN No. 16).

·        El Corazón que une los fragmentos:

En este apartado el Papa nos ayuda a reflexionar sobre las cualidades de un “verdadero corazón” al decirnos: “…el corazón hace posible cualquier vínculo auténtico, porque una relación que no se construya con el corazón, es incapaz de superar la fragmentación del individualismo…” (PF – DN No. 17).  En efecto hoy en día la humanidad ha tendido al narcicismo y a la autorreferencia, cado uno es el centro de sus deseos, sin importar lo que piensen los del alrededor;  sin duda esto nos lleva cada vez más a ser antisocial y por tanto a alejarse de Dios, siendo esta una de las estrategias más aplaudidas por el demonio quien, lo que más desea es que caigamos en el egoísmo y la soberbia que nos llama a la autosuficiencia; por ello el Papa nos recuerda las palabras del filósofo Heidegger quien decía que “…para recibir lo divino hay que construir una “casa de huéspedes” (Martín Heidegger, Aclaraciones a la poesía de Hölderlin, Alianza, Madrid 2005, 133) (PF – DN No. 17).

Si realmente deseamos tener un corazón libre de predisposiciones y juicios temerarios, debemos buscar sanar el corazón abriéndolo a los demás, porque esa será la mejor forma de ser nosotros mismos, cuando nos disponemos a encontrarnos con otros, compartiendo lo mejor de mí y así cada uno con el otro.

“…El corazón también es capaz de unificar y armonizar tu historia personal, que parece fragmentada en mil pedazos, pero donde todo puede tener un sentido.  Es lo que expresa el Evangelio en la mirada de María, que miraba con

el corazón.  Ella era capaz de dialogar con las experiencias atesoradas ponderándolas en el corazón, dándoles tiempo simbolizando y guardando dentro para recordar.  En el Evangelio, la mejor expresión de lo que piensa un corazón son los dos pasajes de san Lucas que nos dicen que María “atesoraba (syneterei) todas estas cosas, ponderándolas (symballousa) en su corazón” (Lc 2, 19-51) …” (PF – DN No. 19).

¡Qué mejor ejemplo! El de nuestra Madre del Cielo, María Santísima, reconociendo que a pesar de que no entendía tantas cosas, Ella solo “las guardaba cuidadosamente” en su interior, en su corazón sensible, sin mancha, siempre dispuesto a la Voluntad de Dios Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Recordemos la invitación de nuestro querido Papa Francisco, quien ya descansa en la Gloria de Dios, tenemos que “Volver al Corazón” para ver en las cosas sencillas y cotidianas de la vida la importancia de sentir en nuestro interior, la nobleza que hay en nuestro corazón de carne, sin temer a que nos lo lastimen, abrirlo a todos, porque para eso nos lo ha dado el Señor, para dar amor.

“…En el tiempo de la inteligencia artificial no podemos olvidar que para salvar lo humano hacen falta la poesía y el amor…” 

Papa Francisco - Dilexit Nos No. 20

Afectísima en Jesucristo,

Lilia Garelli

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