martes, 18 de marzo de 2025

MÍSTICA - LILIA GARELLI - (GE-18)

“… Señor, quédate con nosotros …”

San Cleofás en Emaús

Riviera Maya, México; Marzo 19 del 2025.

Festividad de San José, amadísimo Padre Adoptivo.

   MÍSTICA

                Por: Lilia Garelli

“…Cristo padeció por vosotros, dejándoos un ejemplo para que sigáis sus huellas

1 Pedro 2,21

GAUDETE ET EXSULTATE (18)

Alegraos y Regocijaos

“Sobre el llamado a la Santidad en el mundo actual”  

Estimados en Cristo:

Continuamos con el apartado de Aguante, Paciencia y Mansedumbre del Capítulo Cuarto, el que nos ha mostrado tantas formas sencillas de comprender estas virtudes para ponerlas en práctica en nuestra propia vida.

El Papa nos habla ahora de cómo ser humildes de verdad para que se arraigue en nuestro corazón este preciosa virtud; ciertamente no es fácil aceptar ser humilde en este mundo, porque lo entendemos mal, pensando que el ser humilde es ser dejado, aceptar todo tipo de insultos que denigran nuestra dignidad, no parece ser una forma adecuada de reacción ante la violencia verbal e inclusive cobarde como la que hemos visto que se aplica en las redes sociales; pero es necesario aprender el sentido que Dios le da a la humildad, por ello el Papa nos dice:

“…La humildad solamente puede arraigarse en el corazón a través de las humillaciones.  Sin ellas no hay humildad ni santidad.  Si tú no eres capaz de soportar y ofrecer algunas humillaciones no eres humilde y no estás en el camino de la santidad.  La santidad que Dios regala a su Iglesia viene a través de la humillación de su Hijo, ése es el camino.  La humillación te lleva a asemejarte a Jesús, es parte ineludible de la imitación de Jesucristo…” (PF – GE No. 118).

El Papa nos explica más adelante a detalle el sentido de ser humildes en la vida cotidiana, porque no se trata de ir al extremo de situaciones de martirio, sino de momentos que se nos presentan en el diario vivir “…aquellos que callan para salvar a su familia, o evitan hablar bien de sí mismos y prefieren exaltar a otros en lugar de gloriarse, eligen las tareas menos brillantes, e incluso a veces prefieren soportar algo injusto para ofrecerlo al Señor:  “En cambio, que aguantéis cuando sufrís por hacer el bien, eso es una gracia de parte de Dios…” (1 P 2,20) …” (PF – GE No. 119).

Por otro lado, es importante lo que nos explica el Papa Francisco, la humildad no es deprimirse y alejarse de la sociedad para no tener ningún contacto con aquellos que nos pueden lastimar, o que nos pueden incomodar creando algún malestar; ni tampoco, por otro lado, llegar al extremo de buscar ser confrontado por los demás, porque sería masoquismo, es necesario llegar al término medio o bien comprender a fondo lo que Dios espera de nosotros, porque sin lugar a dudas el llegar a ser humilde con los conceptos de Dios, será una tarea a lograr:

“…Es una gracia que necesitamos suplicar: “Señor, cuando lleguen las humillaciones, ayúdame a sentir que estoy detrás de ti, en tu camino” …” (PF – GE No. 120).

Para poder lograr la verdadera humildad arraigada en el corazón, la podremos lograr estando siempre cerca de Jesucristo, nuestro Señor, siguiendo sus pasos, comprendiendo cuando Dios nos pide vencernos a nosotros mismos y dar un paso más cerca de su gracia santificante que nos permite tener seguridad interior y así poder perseverar en el bien dentro de las decisiones que tome en cada momento de mi vida, sin importar si son malos momentos “aunque camine por cañadas obscuras” (Sal 23,4); o “si un ejército acampa contra mí (Sal 27,3)”; porque como bien nos dice el Papa:  “…Él transmitió a santa Faustina Kowalska que “la humanidad no encontrará paz hasta que se dirija con confianza a la misericordia divina”.  Entonces no caigamos en la tentación de buscar la seguridad interior en los éxitos, en los placeres vacíos, en las posesiones, en el dominio sobre los demás o en la imagen social: “Os doy mi paz, pero no como la da el mundo” (Jn 14,27) …” (PF – GE No. 121).

·        Alegría y Sentido del Humor:

En este nuevo apartado, el Papa nos invita a vivir un espíritu capaz de vivir con alegría y con buen humor porque no se trata de vivir apocados, melancólicos o apáticos, bien nos dice que el santo debe vivir sin perder el realismo con nuestra mira puesta en la esperanza; sabemos bien que Cristo nos envió al Espíritu Santo para que nos acompañe en el gozo de vivir cerca de Dios y conforme a su Voluntad. “…Alegraos siempre en el Señor; os lo repito, alegraos…” (Flp 4,4)

El Papa menciona diversos textos del Antiguo Testamento donde los profetas nos anunciaban el tiempo de Jesús, que nosotros estamos viviendo, como una revelación de la alegría: “Gritad jubilosos” (Is 12,6); “¡Salta de gozo, Sión; alégrate, Jerusalén!. Mira que viene tu rey, justo y triunfador” (Za 9,9); “¡No os pongáis tristes; el gozo del Señor es vuestra fuerza!” (Ne 8,10) …” (PF – GE No. 123).

En efecto, tenemos muchas razones por las que debemos estar alegres, a pesar de lo que nos muestra el mundo en el que vivimos, por ello la religión católica nos muestra múltiples formas de superar los desafíos y superar la desesperanza que no es amiga de nuestra fe; debemos demostrar que realmente se acrecienta nuestra fe a través de la alegría de sabernos salvados y de contar con el apoyo del Espíritu Santo, quien nos da la fortaleza para seguir adelante hasta encontrarnos con nuestro creador.

María es nuestro gran ejemplo, ella supo descubrir la felicidad de ser escogida ante tal responsabilidad, a pesar de ser tan joven y de no conocer a ciencia cierta todo lo que iba a suceder.

“…Se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador…”   -  Lc 1, 47

Papa Francisco - Gaudete et Exsultate No. 124

Afectísima en Jesucristo,

Lilia Garelli

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