“… Señor, quédate con nosotros …”
San
Cleofás en Emaús
Riviera
Maya, México; Marzo 12 del 2025.
MÍSTICA
Por: Lilia Garelli
GAUDETE ET EXSULTATE (17)
Alegraos y Regocijaos
“Sobre el llamado a la
Santidad en el mundo actual”
Estimados en Cristo:
· Capítulo Cuarto – Algunas notas de la Santidad en el Mundo Actual:
En este Cuarto Capítulo el Papa Francisco tocará cinco grandes temas que envuelven las correctas manifestaciones del amor a Dios y al prójimo, el sentido que le da el Papa a este Capítulo es mostrarnos la importancia de fomentar en nosotros las virtudes que van en contra de la falsa espiritualidad que desafortunadamente algunas personas, que se dicen católicas, practican en su vida cotidiana sin darse cuenta que están equivocados; sin duda todo los subcapítulos que conforman este tema serán de vital importancia para que las reflexionemos personalmente y si encontráramos algún indicio de estas falsas prácticas en nuestra personalidad, tratemos de evitarlas, superando los conceptos de que “no son iguales” o bien el considerar que “será imposible desarraigarlas de mi forma de ser, porque así soy yo”. Reconocer nuestras debilidades nos ayudan a seguir adelante “en el camino de la santidad”.
· Aguante, paciencia y mansedumbre:
El Papa nos pide que estemos centrados y firmes en torno a Dios que nos ama y nos sostiene diciéndonos: “…Desde esta firmeza interior es posible de aguantar, soportar las contrariedades, los vaivenes de la vida, y también las agresiones de los demás, sus infidelidades y defectos. A partir de tal solidez interior, el testimonio de santidad, en nuestro mundo acelerado, voluble y agresivo, está hecho de paciencia y constancia en el bien…” (PF – GE No. 112).
En efecto, aunque nos parezca imposible hacerlo, es verdad que cuando actuamos amablemente y con razones con aquellos que nos agreden, ellos se detendrán e inclusive se confundirán en cuanto a nuestra reacción de tranquilidad no quedándoles otra opción que calmarse. Es importante que estemos alerta de nuestras propias tendencias agresivas y egocéntricas para evitar que se queden instaladas en nuestra forma de ser y que llegue el momento en que no nos damos cuenta que estamos reaccionando agresivamente inclusive con quien nos quiere y está cerca de nosotros. El Papa nos lo explica con estas palabras llenas de elocuencia:
“…San Pablo invitaba a los romanos a no devolver “a nadie mal por mal” (Rm 12,17), a no querer hacerse justicia “por vuestra cuenta” (v19), y a no dejarse vencer por el mal, sino a vencer “al mal con el bien” (v21). Esta actitud no es expresión de debilidad sino de la verdadera fuerza, porque el mismo Dios “es lento para la ira, pero grande en poder” (Na 1,3). La Palabra de Dios nos reclama: “Desterrad de vosotros la amargura, la ira, los enfados e insultos y toda maldad” (Ef 4,31) …” (PF – GE No. 113)
Es natural, dentro de nuestra corruptibilidad el que estemos en días difíciles en donde las preocupaciones nos abruman, o donde el malestar del mundo que vivimos nos ofuscan; por ello el Papa nos dice: “…Hace falta luchar y estar atentos frente a nuestras propias inclinaciones agresivas y egocéntricas para no permitir que se arraiguen: “Si os indignáis, no lleguéis a pecar; que el sol no se ponga sobre vuestra ira” (Ef4,26) …” (PF GE No. 114); pero no debemos olvidar que Dios nos ama y nos acompaña en todo momento, por ello debemos recurrir a la oración de súplica ante el Señor para solicitarle devotamente su ayuda para evitar caer en la tentación del malestar y la agresión contra nuestro prójimo.
El Papa continúa con uno de los males más normales hoy en día como es la violencia verbal a través de las redes sociales y de internet o de los diversos foros o espacios de intercambio digital, en donde aún los católicos, caemos en ellas. Peor aún como bien dice el Papa, cuando los “…medios católicos se pueden perder los límites, se suelen naturalizar la difamación y la calumnia, y parece quedar fuera toda ética y respeto por la fama ajena. Así se produce un peligroso dualismo, porque en estas redes se dicen cosas que no serían tolerables en la vida pública, y se busca compensar las propias insatisfacciones descargando con furia los deseos de venganza. (…) Es llamativo que a veces, pretendiendo defender otros mandamientos, se pasa por alto completamente el octavo: “No levantar falso testimonio ni mentir” y se destroza la imagen ajena sin piedad…” (PF – GE No. 115).
Sin lugar a dudas, en el mundo en el que vivimos parece imposible practicar las virtudes que nos permiten hacer la Voluntad de Dios en nuestro particular estado de vida; sin embargo, es necesario que consideremos que no podemos permitir que este mundo se equivoque siguiendo el camino del maligno, es urgente que formemos como bien nos dice el Papa Francisco “…la firmeza interior que es obra de la gracia y que nos preserva de dejarnos arrastrar por la violencia que invade la social, porque la gracia aplaca la vanidad y hace posible la mansedumbre del corazón…” (PF – GE No. 116); no perdamos la esperanza de ser cada uno, aunque sea una minúscula gota del inmenso mar, la que podría hacer algún cambio, porque si cada uno de nosotros fuéramos positivos y buscáramos realmente la paz interior personal, ella también podría permear, como un aliciente, para hacer posible una mejor sociedad.
El Papa Francisco nos aconseja que no nos invada la soberbia, representada por la suficiencia, en donde sentimos a todos poca cosa y a todos agentes de mejora por nuestras forzadas y nunca solicitadas lecciones, para ello nos recuerda las palabras de San Juan de la Cruz, quien proponía:
“…Sea siempre más
amigo de ser enseñado por todos,
que de querer enseñar aun al que es menos que
todos…”
San Juan de La
Cruz
Papa Francisco -
Gaudete et Exsultate No. 117
Afectísima en Jesucristo,
Lilia Garelli
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Solo por el gusto
de proclamar El Evangelio.
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