“Hazme un instrumento de tu Paz…”
San Francisco de Asís
Riviera Maya, México; Junio 30 del 2024.
LA ViÆ cÆli
El camino al cielo
Las Catacumbas de
Roma, es la de El Buen Pastor
Fig. 1
Fig. 2
Jesús El Buen Pastor – Siglo II El Buen
Pastor – Siglo III
Catacumba de Santos Marcelino y Pedro Catacumba de Santa
Priscila
Fig. 3
La Iconografía Cristiana, también representó al Señor como
El Buen Pastor atendiendo a sus
ovejas.
Fig. 4
Aun en nuestros
días, El Buen Pastor sigue presente
+ + +
XI Estación:
Tres Afirmaciones
de Amor
“Después de haber comido, dice Jesús a Simón Pedro: "Simón hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?" Le dice él: "Sí, Señor, tú sabes que te quiero." Le dice Jesús: "Apacienta mis corderos." Vuelve a decirle por segunda vez: "Simón hijo de Juan, ¿me amas?" Le dice él: "Sí, Señor, tú sabes que te quiero." Le dice Jesús: "Apacienta mis ovejas." Le dice por tercera vez: "Simón hijo de Juan ¿me quieres?" Se entristeció Pedro de que le preguntas por tercera vez: "¿Me quieres?" y le dijo: "Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero." Le dice Jesús: "Apacienta mis ovejas."
"En verdad, en verdad te digo: cuando eras joven, tú mismo te ceñías, e ibas adonde querías; pero cuando llegues a viejo, extenderás las manos y otro te ceñirá y te llevará adonde tú no quieras." Con esto indicaba la clase de muerte con que iba a glorificar a Dios. Dicho esto, añadió: "Sígueme."”
Evangelio según San Juan 21, 15-19
. . . Y, a plena luz del día, después de haber disfrutado todos la Divina Presencia del Señor, viene el silencio más profundo y purificador que podamos imaginar, ante la intempestiva pregunta: “Simón hijo de Juan, ¿me amas más que estos?”
A mí me parece demasiado humano asimilar este evento en el Lago de Tiberíades, con la triple negación de Pedro el día de la aprehensión del Señor. Primero, porque los actores principales de ambos momentos son Jesucristo (ahora Resucitado) y Simón Pedro; segundo, porque esa referencia (tres negaciones contra tres preguntas) pareciera como un ‘cobro’ de igual a igual de lo que había sucedido; y tercero, porque pareciera que el Señor ‘quiere dejar en evidencia’ a Simón. Ninguno de los tres supuestos tiene concordancia con la realidad que quiere establecer El Señor.
Y hago este comentario a sabiendas de que muchos de los Sacerdotes que tocan el tema (algunos de ellos grandes predicadores, a los que quiero y admiro; e incluso algunos Santos Papas), sí realizan la analogía de “tres negaciones versus tres afirmaciones de amor”. De ninguna manera voy a decir algo al respecto, que pudiese verse como ofensivo ante la prédica de tan venerables siervos de Dios. Lo que haré es establecer mi punto de vista y mi percepción de Fe en el asunto.
Es la Tercera Aparición de Jesucristo al grupo de sus Apóstoles y Discípulos, las dos anteriores fueron en El Cenáculo; ya que las otras cinco fueron menos concurridas todas: una a las Santas Mujeres (tomando en cuenta que solo eran cuatro), una a María de Magdala, otra a Pedro y otra a los dos Discípulos de Emaús. Incluyendo, por supuesto, la Primerísima a María Madre. Todos han palpado ya ‘La Viæ Cæli’ (El Camino al Cielo).
En esta ocasión solo están Los Once Apóstoles. La pregunta: “Simón hijo de Juan, ¿me amas más que estos?”, ante tan distinguida concurrencia, no puede llevar la intención de ‘evidenciar’ a Simón Pedro; primero porque está formulada por Jesucristo Resucitado (quien es el Amor Perfecto –ese que no lleva cuentas del mal– aparte de ser Dios); y segundo porque ellos dos, Cristo Jesús y Pedro, ya han tenido una Aparición personal en donde pudieron haber saldado sus cuentas de Fidelidad, Amor y Fe.
Además de ello, hay que considerar
la razón por la que se escribe el Evangelio según San Juan, (en el 96 A.D.,
sesenta y tres años después del suceso), que es el reconocimiento de La Iglesia
como Institución Fundada por Jesucristo; el amor, el respeto y la obediencia al
Papa (sucesor de San Pedro como Vicario de Cristo); y sobre todo, el
fortalecimiento de la Fe de los Cristianos al final del I Siglo y principios
del II. San Juan narra el acontecimiento
para dejar claramente expuesto QUIÉN ES EL PASTOR DE LAS OVEJAS DEL SEÑOR,
alguien a quien se lo pidió con tres cuestiones de amor, de entrega y de
perseverancia; y a quien solo le ha manado “APACIENTA MIS OVEJAS.”
Para San Juan la pregunta no es el ‘cobro’ de una triple negación anterior, sino el reconocimiento del Vicario de Cristo (Simón Pedro) como Pastor de Su Rebaño.
Otra consideración importante que hemos de hacer, es el idioma en el que está escrito el Evangelio: en griego. El amor para los griegos tiene varios niveles, por ejemplo: filó y agapé; que son los usados por San Juan. Veamos todo el diálogo bíblico-evangélico según la Vulgata Latina de Scio:
15Y
cuando hubieron comido, dice Jesús a Simón Pedro:
"Simón hijo de Juan, ¿me amas (diligis) (agapé) más que éstos?"
Le responde: "Sí, Señor, tú sabes que te amo (amo
te) (filó)."
Le dice: "Apacienta mis corderos."
16Le
dice (por) segunda vez:
"Simón hijo de Juan, ¿me amas (diligis) (agapé)?"
Le dice él: "Sí, Señor, tú sabes que te amo (amo
te) (filó)."
Le dice Jesús: "Apacienta mis ovejas."
17Le dice (por) tercera vez: "Simón hijo de Juan
¿me amas? (amas me) (filó)"
Se entristeció Pedro de que le preguntas por tercera
vez: "¿Me quieres?"
y le dijo:
"Señor, tú lo sabes todas las cosas: tú sabes que te amo (amo te) (filó)."
Le dice Jesús: "Apacienta mis ovejas."
Como se puede observar, en el versículo 15 y 16 Jesús pregunta agapé y Pedro contesta filó; y finalmente en el versículo 17 Jesús pregunta filó y Pedro responde filó. Aquí ya preguntaron y respondieron ambos en el mismo sentido: (filó); y eso es lo que Juan quiere destacar. Pudieron haber sido cuatro o más las ocasiones que Jesús preguntara (hasta que Pedro contestara en el mismo plano), y entonces no existiría la posibilidad de que se asimilara esta conversación a las tres negaciones de Simón Pedro.
Y una cosa más, que generalmente no lo sabemos; los pastores de rebaños no son los dueños de los animales que llevan a pastar (ellos desempeñan un oficio, una labor, un encargo); y esta es la razón por la que Cristo le dice: “Apacienta MIS ovejas.” Las ovejas NO SON de Pedro, SON DE CRISTO. Simón Pedro solo es el pastor, no el dueño del rebaño. Y está muy claro que tal mandato lo está diciendo Cristo frente al grupo completo de Apóstoles, para que ellos sepan QUIÉN SE QUEDA A CARGO DE ELLOS, Y QUIÉN ES EL PASTOR DE LOS CORDEROS DEL SEÑOR.
Yo creo que siempre será mejor relacionar el Pasaje de “Las Tres Preguntas de Amor” en el Lago Tiberíades, con El Buen Pastor; que imaginarse a Cristo cual ‘justiciero de par a par’.
Orar sirve, nuestra alma lo agradece y nuestra mente también.
De todos ustedes afectísimo en Cristo,
Antonio Garelli
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Solo por el gusto
de proclamar El Evangelio.
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