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martes, 24 de octubre de 2017

EL DEMONIO AL ACECHO DEL MESÍAS - INTRODUCCIÓN

¡Alabado sea Jesucristo!
  

EL DEMONIO
AL ACECHO
DEL MESÍAS
  
Antonio Garelli






De Milagros y Diosidencias. Solo por el gusto de proclamar El Evangelio.




“Corona de los ancianos, son los hijos de los hijos. . .”
                                                             Proverbios 17, 6.




Dios me ha dado ya mi corona, sin ser anciano aún;
por ello, este libro es para Mi Nieto
CARLITOS
primicia de mi longevidad.




Ni me alegro del tiempo pasado; ni me regocijo del que no ha llegado.
Tampoco es que ya esté o me sienta viejo y acabado;
es, simplemente, que ya soy abuelo y mi vida ha cambiado.




¡Alabado sea Jesucristo!

Ciudad de México, Octubre 25 del 2017

INTRODUCCIÓN


Muy pocas ocasiones nos ponemos a pensar en la vida de Dios Hecho Hombre, seguido muy de cerca por Satanás el Diablo; y sin embargo, éste se hizo presente en toda su existencia humana: antes, durante y después de su Encarnación.  El análisis de las Escrituras, especialmente de los Evangelios, da prueba de ello de manera evidente.  Y es que no pudo haber sido de otra forma, finalmente el Demonio sabía que la presencia del Verbo Encarnado entre los hombres, era el fin del reinado del pecado sobre la Tierra, porque a partir de su concepción, nacimiento, obra, muerte y resurrección, la humanidad contaría ya con el Redentor, “El Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”.

Me acuerdo en los años de mi adolescencia cuando leía los libros del Antiguo Testamento y me encontraba con citas referentes al Demonio; realmente me extrañaba que tan siniestro personaje fuera tomado en cuenta de manera tan propia y significativa.  Pondré dos ejemplos, solo para manifestarles el por qué de mis extrañezas: Job y Ezequiel.
“El día en que los Hijos de Dios venían a presentarse ante Yahveh, vino entre ellos el Satán.  Yahveh dijo al Satán: “¿De dónde vienes?” El Satán respondió a Yahveh “De recorrer la tierra y pasearme por ella” Y Yahveh dijo al Satán: “¿No te has fijado en mi siervo Job? ¡No hay nadie como él en la tierra; es un hombre cabal, recto, que teme a Dios y se aparta del mal!”  Respondió el Satán a Yahveh: “¿Es que Job teme a Dios de balde? ¿No has levantado tú una valla en tono a él, a su casa y a todas sus posesiones?  Has bendecido la obra de sus manos y sus rebaños hormiguean por el país.  Pero extiende tu mano y toca todos sus bienes; ¡verás si no te maldice a la cara!”  Dijo Yahveh al Satán: “Ahí tienes todos sus bienes en tus manos. Cuida solo de no poner tu mano en él.” Y el Satán salió de la presencia de Yahveh.”            
 Job 1, 6 – 12

Hasta el día de hoy, me cuesta trabajo entender el atrevimiento del autor del libro de Job: ¡Un diálogo entre Yahveh y Satanás; en el cielo, con el  mismísimo Dios en presencia!  Analizar este pequeño pasaje sería muy interesante, pero no es el tema que nos ocupa; será en otra ocasión, hoy solo está puesto para señalar mis sorpresas juveniles en cuanto al ‘contacto’ que existía entre Dios y Satán.

El otro pasaje es verdaderamente significativo, pues contiene entre líneas una gran enseñanza que por lo general pasamos por alto: en algún momento de su existencia, el ángel que se convirtió en Lucifer, tuvo preferencias, encargos muy exclusivos de parte de Dios.  Yo podría decir que era “el ángel entre los ángeles”, pues Dios le confió a su cuidado la obra maestra de la Creación: el hombre.

“. . . Eras el sello de una obra maestra, lleno de sabiduría, acabado en belleza.  En Edén estabas, en el jardín de Dios.  Toda suerte de piedras preciosas formaban tu manto: rubí, topacio, diamante, crisólito, ónice, jaspe, zafiro, malaquita, esmeralda; en oro estaban labrados tus aretes y pinjantes que llevabas, aderezados desde el día de tu creación.

Querubín protector de alas desplegadas te había hecho yo; estabas en el monte santo de Dios, caminabas entre piedras de fuego.  Fuiste perfecto en tu conducta desde que fuiste creado, hasta el día en que se halló en ti la iniquidad. . .”
Ezequiel 28, 11 – 15

         De este personaje es del que voy a tratar en este pequeño libro, del Diablo; voy a darle seguimiento a su presencia durante toda la vida de Jesús de Nazaret.  Cómo se esforzó directamente (o a través de otras personas, animales, cosas o situaciones), en hacer caer a Jesús, en impedirle su camino hacia la Redención, en obstaculizarle su meta final: ser El Cristo, El Salvador.

         Para ello tomaré los eventos más importantes de la vida del Señor, así como los sucesos anteriores y posteriores (inmediatos al hecho señalado), en donde abierta o veladamente se presenta Satanás tratando de impedir la labor de Jesucristo en pos del Bien, de la Verdad y de la Salvación. 

         Con estas setenta y siete reflexiones tengo la intención de proporcionar (a todos los cristianos interesados en librar la batalla contra el mal, la mentira y el pecado), un método de identificación del accionar del Demonio, llegando a conocer la ‘forma de actuar’ de los enemigos del Señor.

Orar sirve, oremos por nuestros Pueblos.

De todos ustedes afectísimo en Cristo

Antonio Garelli



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